Explorando el Arte de Velázquez, Peters y Gentileschi: Maestros del Barroco
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Velázquez, Peters y Gentileschi: Maestros del Barroco
Velázquez: Diego Rodríguez de Silva y Velázquez fue un pintor español del siglo XVII, encuadrado en el estilo barroco. Velázquez fue el mayor maestro de la pintura barroca española y es considerado uno de los artistas más trascendentes de la historia del Arte universal. Su arte se caracterizó por la variedad de temas (mitológicos, retratos, religiosos, paisajes, cuadros de historia), la pintura sin boceto previo (“alla prima”), el realismo, el ennoblecimiento de los personajes, el uso de la perspectiva aérea, la integración del espectador en la escena y el aspecto conceptual de sus cuadros, pues requieren de una segunda lectura intelectual. A lo largo de su vida, Velázquez evolucionó desde la corriente naturalista-tenebrista, hacia un clasicismo marcado por una pincelada más suelta y abocetada. Su obra se divide en 6 grandes etapas:
- Etapa de formación en Sevilla (“El aguador de Sevilla”)
- Su llegada a la corte madrileña, donde se convierte en pintor de Cámara de Felipe IV (“El triunfo de Baco / Los Borrachos”)
- Su primer viaje a Italia (“La fragua de Vulcano”)
- La segunda etapa madrileña (“La Rendición de Breda / Las Lanzas” y “El retrato ecuestre del príncipe Baltasar Carlos”)
- Su segundo viaje a Italia (“Retrato del papa Inocencio X” y “La Venus del espejo”)
- La tercera etapa madrileña (“Las Meninas” y “Las Hilanderas”)
Clara Peeters: Es una de las pocas mujeres pintoras del siglo XVII, la pionera de los bodegones. Características de la creatividad de Clara Peeters. La artista es conocida por sus imágenes escrupulosas, composiciones sofisticadas, mostradas desde un punto de vista bajo, y transferencia magistral de texturas magistrales. Gracias a ella, la popularidad de los llamados cuadros de "banquete" (o "desayunos"), es decir, lujosos conjuntos de vasos, vasijas de cerámica, otros platos, alimentos, bebidas y flores, ha aumentado significativamente. No solo fue la única pintora flamenca que escribió solo bodegones en el siglo XVII, sino que también fue una de las primeras pintoras famosas en incluir un autorretrato en ellos. Este elemento innovador pronto penetró en el mundo del arte y se asoció con la obra de los flamencos del siglo XVII, quienes fueron influenciados por Clara Peeters.
Cuadros famosos de Clara Peeters: "Bodegón con pescado, una vela, alcachofas, cangrejos y camarones", "Bodegón con queso, almendras y pretzels", "Bodegón con flores, copas doradas, monedas y conchas".
Artemisia Gentileschi: Pintora italiana. Hija del también pintor Orazio, con quien se educó artísticamente y del que se muestra deudora, sobre todo en sus primeras obras. Después de una estancia en Florencia (1614-1620), se estableció en Roma entre 1620 y 1627, con breves viajes a Génova y Venecia. En 1630 se encontraba ya en Nápoles, donde situaría su taller, manteniéndose siempre en estrecho contacto con Stanzione. Allí desarrolló lo más fecundo de su producción, convirtiéndose en una de las figuras artísticas más importantes de la ciudad, influyendo en todo el medio napolitano. En 1638-1639 tuvo lugar un paréntesis de su estancia napolitana, pues viajó a Londres, donde se encontraba su padre. Allí no dejó de pintar, conociéndose sus trabajos para la nobleza inglesa. Su primera obra firmada y datada es una Susana y los viejos (1610), que mostraba ya dos de las preocupaciones que serían frecuentes en su pintura: la representación de heroínas y el desnudo femenino. Sus numerosos viajes la situaron en lugar de privilegio para el conocimiento y la valoración tanto de la pintura contemporánea como de los máximos ejemplos del siglo anterior. Formada en el caravaggismo suavizado de su padre, del que supo también reproducir sus modos elegantes, mostró su preferencia por unos tonos más dramáticos que aquél. A la vez, gustó de utilizar unas entonaciones cromáticas y lumínicas de una forma que los caravaggistas no habían sabido trabajar hasta entonces. Esto la convirtió en protagonista de primera fila en la metamorfosis de la pintura napolitana a lo largo de la década de 1630, en la que partiendo del más estricto naturalismo se llegaba al aprecio de los valores atmosféricos y cromáticos del neovenecianismo.
Obras: Judith decapitando a Holofernes.