Explorando la Creatividad, la Estética y la Tragedia Aristotélica: Perspectivas Filosóficas del Arte
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La Creatividad
La creatividad se había venido entendiendo como un proceso consciente en el que se conectaban dos ideas que hasta ese momento se habían pensado como separadas. Existen infinitas combinaciones entre las ideas. Se logró identificar en el proceso creativo las siguientes fases:
- Trabajo: Intento consciente de aprendizaje y adquisición de conocimientos del problema estudiado en el que se puede durar días o años.
- Períodos inconscientes de incubación: Se producen gracias a interrupciones en la rutina. Se produce una pausa o una fase de descanso, pero Poincaré se dio cuenta de que en realidad la mente sigue trabajando en el problema.
- Momento de intuición: Poincaré explica que tras la fase de incubación una idea nueva irrumpe en la conciencia de forma repentina. Esta idea es un punto de partida.
- Periodo consciente para desarrollar la idea: Una vez que la nueva idea llega a la consciencia es necesario un proceso consciente para desarrollarla totalmente. Esto permite evaluar el alcance de la nueva idea y comprobar si conduce a la solución buscada. Este matemático también afirma que el proceso inconsciente puede llegar a ser muy elaborado.
Experiencia Estética
Se refiere a las vivencias y emociones que se despiertan en el espectador ante un paisaje o obra de arte, como una pintura. Supone una ruptura con la cotidianidad; frente a la rutina, observar y ver que nos encontramos ante algo único y nos produce asombro. Nace de una relación desinteresada del espectador con aquello que se está contemplando. Deja al espectador en un estado de admiración, simplemente contempla. Existe un distanciamiento respecto al objeto bello que se está contemplando.
La Tragedia Aristotélica
Según este filósofo, toda tragedia se divide en tres partes: inicio, nudo y desenlace. La trama, la cadena de acontecimientos que se van destrenzando y que dan lugar al relato, es lo más importante de la obra. Una trama bien elaborada tiene que enlazar cada una de las partes de la obra de forma necesaria. La necesidad que conduce de una parte a otra del drama es lo que distingue a la ficción de la realidad histórica. La verosimilitud no depende, por tanto, del realismo de los personajes. Para Aristóteles, la grandeza de la tragedia se encuentra en su capacidad para revelar la falta de correspondencia entre las cualidades morales de un hombre y las circunstancias que le toca vivir. La tragedia enseña que para ser feliz hay que ser virtuoso, pero puede que eso no sea suficiente. El efecto que la tragedia provoca en el espectador es la catarsis, su purificación. El sufrimiento que soporta el héroe provoca compasión y piedad en el espectador, pero al mismo tiempo es un hecho placentero, porque permite apreciar la unidad de la obra y contribuye a que el espectador tome distancia de los sentimientos de los personajes y se dé cuenta de que su sufrimiento no es comparable con el que experimenta el héroe.
La Función del Arte
La función del arte es proporcionar entretenimiento y placer. Puede tener una dimensión moral y, por tanto, una función educadora. El arte reivindica la individualidad en el marco de una sociedad masificada.
Theodor Adorno y el Arte
Adorno consideraba que el arte se había convertido en una forma más de consumo de masas. Según su reflexión, las sociedades occidentales han utilizado la cultura como un instrumento de homogeneización y manipulación con la finalidad de desactivar cualquier instancia crítica y convertir al ser humano en un ser anónimo. Reconoce que en el pasado el arte estaba subordinado al poder y a la religión (arte masificado y arte auténtico). Adorno explica que todo aquello que las obras de arte cosificadas ya no pueden decir, lo sustituye el sujeto por el eco estereotipado de sí mismo que cree percibir en ellas. La industria de la cultura es la que pone en marcha este mecanismo. Ese arte que antes le era extraño y que al devolvérselo lo puede manejar, así es como Adorno explica que el arte masificado se hace pasar por auténtico. Se puede mantener vivo mediante el hermetismo; cuando el arte se expresa de forma difícil pierde su capacidad de convocar a grandes masas.