Explorando las Formas Instrumentales del Barroco: Suite, Sonata, Concierto y Fuga

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Las Formas Instrumentales del Barroco

5. Las formas instrumentales del barroco. Formas herederas del siglo XVI, las nuevas formas creadas a principios del siglo XVII y que luego trataremos más ampliamente (suite, sonata, concierto y fuga) conviven durante la primera mitad del siglo con géneros musicales pertenecientes al stile antico.

La Suite Barroca

La suite, que puede ser para teclado solo (clave) o para orquesta, puede definirse como una sucesión de piezas instrumentales de carácter contrastado regida por dos principios: tonalidad única y el estilo particular de la danza, en general de forma binaria. Estas danzas se oponen siempre por su tempo y su coreografía. El número de piezas que constituyen la suite no es fijo; pero a comienzos del siglo XVII, se habían establecido como más habituales la allemande, la corrente, la zarabanda y la giga, aunque también era posible encontrar otras como la obertura, la sinfonía, el preludio, la pavana, la gallarda, la chacona, el bourré, el rigodón, el pasacalle. A mediados del siglo XVII, la suite ya estaba plenamente formada y fue acogida en el marco de la música de concierto.

La Sonata Barroca

Las sonatas son virtuosísticas y serias, mientras que las canzone presentan un desarrollo más alegre. Se distinguen dos modalidades de sonata barroca: la sonata da camera, destinada al concierto, y la sonata da chiesa, reservada para la iglesia. La sonata de iglesia incluye de tres a cinco movimientos contrastados en su tempo: lento-vivo-lento-vivo. Desde el punto de vista de su instrumentación, tanto las sonatas de cámara como las de iglesia pertenecen al tipo de la sonata en trío, concebida para dos partes solistas o principales (en general, dos violines), sostenidas por un bajo continuo. La sonata de la primera mitad del siglo XVII aspira especialmente al virtuosismo, como ocurre en algunas sonatas para clave de Scarlatti y del Padre Soler. Se trata de sonatas breves para clave, de un solo movimiento, en las que a veces se anuncian los dos temas contrastantes (rítmico y melódico) de la futura sonata clásica. La influencia de Scarlatti sobre el Padre Soler resulta evidente en las Ochenta sonatas para clavecín, la obra que más fama le ha dado. También es autor de Seis conciertos para dos violines, viola y clave y de los Conciertos para dos...

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