Fetichismo, magia y religión: una comparación de sistemas de creencias

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La religión

El fetichismo (la reverencia o adoración a un objeto – por ejemplo, un diamante – por el mero hecho de serlo, independientemente de que acoja a un “espíritu”) se diferencia de la religión (adoración o súplica a un numen, a un dios o a un ser sobrenatural).

Hay interpretaciones, según las cuales fetichismo y religión se contraponen; otras, que dicen que el fetichismo es el origen de la religión.

Ambos fenómenos –religión y fetichismo– son diferentes de la magia, que no “adora” nada, sino que actúa. La magia se divide en magia homeopática “lo semejante actúa sobre lo semejante” (vudú) y magia contaminante: lo que ha estado en contacto con otra cosa, mantiene su influjo sobre ésta después de separadas.

La magia supone una manipulación de objetos, es de carácter impersonal, mientras que la religión apela a seres personales (los númenes): Frazer estableció así una distinción radical entre la magia y la religión, pero no es del todo exacto: pues a veces el mago pretende obligar a los númenes.

Según Frazer, al no funcionar la magia ni la religión –que se suceden una a otra– aparece la ciencia. Según algunos autores, la magia ha sido el precedente efectivo de la ciencia, por su aplicación (aunque errónea) de la teoría causa-efecto. Según otros, ha bloqueado el camino para la aparición de la ciencia.

En un estado preestatal o de estado débil, la magia tiende a marchar a la par de la religión. En una sociedad estatalizada, la magia tiende a ser considerada como ilícita (sea magia blanca o magia negra).

Según alguna teoría, lo sagrado, en las sociedades primarias, se manifestaría en la adoración al numen, y en las sociedades secundarias, en el fetichismo y la magia.

Entre estos tres factores de lo sagrado –religión propiamente dicha, fetichismo y magia– se da un conflicto, una dialéctica. Por ejemplo, el conflicto entre magos, chamanes y sacerdotes. Es frecuente el conflicto, por ejemplo, religión contra magia y fetichismo. Pero también pueden darse los del estilo religión contra religión.

Religiones primarias

Son aquellas en las que el animal se elevaría a la categoría de numen (ser susceptible de adoración religiosa). Es la propia del hombre primitivo. El numen es un animal que vive en un lugar sagrado (que todavía no es un templo). Empiezan a surgir expertos en el trato con los animales, que todavía no son sacerdotes, así como rituales de culto, ofrendas y sacrificios, tabúes e instrumentos cultuales.

Religiones secundarias

Surge cuando se domestican las primeras especies de animales. El animal ha perdido su poder de fascinación, su fuerza. Pero las figuras de los númenes primarios, los animales, tienen aún cierto prestigio: hay rastros de ellos en la religión egipcia y se proyectan ahora en la bóveda celeste, como signos del zodiaco. Ejemplos: las religiones mitológicas de Grecia y Roma, de China, de los indios de Hispanoamérica.

Aparece el templo, heredero del lugar sagrado de las religiones primarias: los númenes son ahora los dioses, con forma humana, el templo no es la casa permanente de los dioses, sino su habitáculo ocasional (templos de Mesopotamia). Aparecen también los sacerdotes, verdaderos especialistas religiosos, que tienden a organizarse jerárquicamente y a participar en la administración del poblado, aunque sin formar propiamente una iglesia (sacerdotes egipcios). Se desarrollan las liturgias y las dogmáticas.

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