La Filosofía de San Agustín: Verdad, Felicidad y el Orden Social
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La Filosofía de San Agustín
Verdad y Felicidad
Para San Agustín, la búsqueda de la verdad y la felicidad son fundamentales. El cuerpo, aunque centrado en el alma, es necesario para el conocimiento. Existen cuatro miradas que profundizan en la verdad:
- Mirada Sensitiva: El cuerpo percibe los objetos exteriores, sintiéndolos en nosotros mismos. La sensación es una adecuación de las cosas al alma.
- Mirada de la Memoria: La memoria compara y relaciona las percepciones presentes con las pasadas, reconociéndonos como un yo en diferentes situaciones. Es la conciencia de uno mismo.
- Mirada del Entendimiento: La inteligencia elabora ideas universales, base del conocimiento científico. Este conocimiento, aunque valioso, es solo una preparación para el verdadero.
- Mirada de la Sabiduría: El alma encuentra verdades inmutables y eternas, superiores a lo aprendido. Estas ideas, esencia del alma, se fundamentan en Dios. El objetivo de la sabiduría es conocer a Dios, colmando las ansias de verdad y felicidad.
Política, Organización y Orden
La organización política de San Agustín se basa en la jerarquía del conocimiento: artes liberales, filosofía, fe y conocimiento de Dios. La religión y la verdad deben someter a todas las demás. La paz, deseada por todos, requiere del orden, que a su vez lleva a Dios.
El orden justifica, exige, planifica, organiza, demanda reflexión y análisis, dando a cada cosa su valor. La importancia de los valores tiene repercusiones individuales y sociales. El orden implica concordia para la toma de decisiones.
A mayor perfección de los seres, mayor respeto y esfuerzo en sus relaciones. En la sociedad, el orden se plasma en la justicia, que respeta la dignidad, los valores subjetivos y la reflexión interior que lleva a Dios (respeto a la propiedad privada y su uso correcto). La justicia es una exigencia principal del Estado.
Política y Organización Social
El ser humano encuentra a Dios en su interior, pero esta búsqueda puede llevar al autoengaño. Por ello, se necesitan órganos externos, como la Iglesia, para guiarlo.
La vida social, según San Agustín, nace del amor, causa eficiente y formal de la sociedad. La sociedad es un conjunto de seres racionales unidos por la comunidad de objetos amados. Una causa social no divina ni espiritual es legítima.
La historia muestra sociedades más o menos perfectas según sus amores: moral y ética versus guerra y destrucción. La humanidad se divide entre amores temporales y amores divinos/espirituales.
El tiempo es lineal, con un principio y un final (Dios). La ciudad también tiene un principio y un fin, la ciudad celestial de Dios. Existen dos tipos de ciudades:
- Ciudad Terrenal: Amores temporales, pecado, desorden, búsqueda de bienes terrenales, unidad en la autoridad para dominar individuos (ismos inevitables si se parte del amor a uno mismo).
- Ciudad Celestial: Fin de toda sociedad, se rige por el orden, busca a Dios, el vínculo ciudadano se basa en la caridad y la solidaridad, no en la autoridad.