Fomentando la Resiliencia Infantil: El Poder de los Buenos Tratos y el Apoyo Familiar

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La Importancia de los Buenos Tratos y la Resiliencia en el Desarrollo Infantil

El artículo Buenos tratos y resiliencia aborda la importancia de la crianza positiva en el desarrollo infantil y la construcción de la resiliencia. El buen trato se refiere a un conjunto de acciones y actitudes de los adultos hacia los niños y adolescentes que favorecen su desarrollo integral. Implica la satisfacción de sus necesidades básicas, la creación de vínculos afectivos seguros y el respeto a sus derechos, además de promover la autoestima, la confianza y la autonomía.

La neurología, la etología humana y las neurociencias han demostrado que el entorno y las experiencias tempranas influyen directamente en la estructura y función del cerebro infantil. Destacan que el afecto, la seguridad y la estimulación positiva potencian la plasticidad cerebral y favorecen el desarrollo emocional y cognitivo. La etología humana resalta la importancia de la interacción social en la crianza.

El proceso de los buenos tratos infantojuveniles comienza con la creación de un apego seguro entre el niño y sus cuidadores, lo que permite el desarrollo de la confianza y la regulación emocional. Posteriormente, se fortalecen habilidades como la resiliencia, la empatía y la autonomía a través de una crianza basada en el respeto y la comunicación.

Causas de las Incompetencias Parentales

Las principales causas de las incompetencias parentales incluyen:

  • Historia personal de maltrato o negligencia.
  • Problemas de salud mental en los cuidadores.
  • Consumo de sustancias psicoactivas.
  • Falta de redes de apoyo social y comunitario.
  • Estrés económico y dificultades laborales.
  • Desconocimiento de pautas de crianza positiva.

Capacidades Parentales Fundamentales

Para garantizar un desarrollo infantil saludable, los padres deben contar con capacidades fundamentales como:

  • Sensibilidad y empatía hacia las necesidades del niño.
  • Capacidad de protección, brindando seguridad física y emocional.
  • Estabilidad emocional para regular sus propias emociones.
  • Habilidades de comunicación positiva, fomentando el diálogo respetuoso.
  • Capacidad para establecer normas y límites adecuados según la edad del niño.
  • Fomento de la autonomía y la autoestima.
  • Acceso a redes de apoyo social que les permitan buscar orientación y ayuda cuando sea necesario.

Acciones Basadas en Modelos de Resiliencia

Las acciones preventivas y curativas basadas en los modelos de resiliencia incluyen:

  • La promoción del apego seguro desde la infancia.
  • La educación en habilidades parentales.
  • La intervención temprana en familias en riesgo.
  • La creación de redes comunitarias de apoyo.
  • La prevención y tratamiento de la violencia intrafamiliar.
  • El fortalecimiento de políticas públicas que garanticen los derechos de los niños y adolescentes.

Clasificación del Maltrato en Cuanto a Gravedad

Casos de Maltrato Leve

Cuando la conducta maltratante no es frecuente y su intensidad es mínima. Los efectos del maltrato recibido no han provocado daños en el niño ni se prevé que se produzcan. Si se ha producido daño, este no es significativo por no requerir intervención o tratamiento especializado. En estas circunstancias, se procurará, siempre que sea posible, la intervención desde el propio ámbito en que se haya detectado el maltrato, en colaboración con los Servicios Sociales de las Corporaciones Locales, quienes prestarán el asesoramiento y apoyo necesario.

Maltrato Moderado

Cuando el maltrato recibido, por su intensidad o frecuencia, ha provocado daños en el niño, o se prevé que puedan producirse en su futuro inmediato. Por tanto, se requiere de algún tipo de intervención o tratamiento especializado, así como el establecimiento de un plan de intervención interdisciplinar y personalizado por parte de los Servicios Sociales de las Corporaciones Locales, en coordinación, entre otros, con los servicios educativos y sanitarios para salvaguardar la integridad del menor dentro de su núcleo familiar.

Maltrato Grave o Severo

Cuando los efectos del maltrato pueden hacer peligrar la integridad física o emocional del niño o provocar daños significativos. O existe un alto riesgo de que puedan producirse los episodios de maltrato, bien porque el niño es muy pequeño o padece algún tipo de enfermedad o discapacidad que le hace severamente vulnerable. En estos casos, se deriva a la Sección de Protección a la Infancia de la Gerencia Territorial de los Servicios Sociales de la provincia correspondiente. Estas circunstancias podrán implicar la adopción de una medida protectora por parte de la Gerencia Territorial de los Servicios Sociales de Castilla y León.

Acciones Preventivas

Educación

  1. Promoción de los servicios en primera infancia buscando mejorar el acceso a la educación y el cuidado.
  2. Garantizar la escolarización obligatoria y el control del absentismo escolar.
  3. Prevenir el fracaso escolar.
  4. Programas de garantía social dirigidos a menores en situación de rechazo del sistema ordinario.
  5. Programas de integración social para menores con dificultades especiales.
  6. Medidas compensatorias concretas dirigidas a menores procedentes de medios desfavorecidos.

Apoyo Familiar

  1. Educar para la responsabilidad parental dirigida a familias monoparentales, padres y madres separados, abuelos que cuiden a sus nietos, etc.
  2. Programas dirigidos a evitar castigos físicos en el ámbito familiar.
  3. Apoyo familiar para promover buenas funciones parentales.
  4. Ayudas económicas para necesidades básicas.
  5. Programas de orientación y mediación para facilitar el encuentro entre padres separados y sus hijos.
  6. Ayuda a domicilio.

Acciones de Protección

  1. Respetar la autonomía personal, libertad y dignidad de los menores.
  2. Priorizar la intervención en el entorno familiar, procurando la participación de los padres para que, siempre que sea posible, el menor permanezca en el hogar.
  3. Si es necesaria la separación, que sea lo más rápido posible, garantizando una calidad de vida mejor que la que tenía.
  4. Participación del menor y sus padres en función de sus capacidades.
  5. Interdisciplinariedad en el diagnóstico de los casos.
  6. Seguimiento y control del caso.

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