Francisco de Goya: Evolución Artística y Legado en la Modernidad

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Francisco de Goya: Un Artista entre Épocas

Ahora hay que considerar a Francisco de Goya (1746-1828) como un artista que en su colosal obra anunció la modernidad e influyó poderosamente en los pintores de las siguientes generaciones. Le tocó vivir un periodo de transformación en el arte, pues vio los últimos coletazos de estilos como:

  • El Barroco
  • El Rococó
  • El Academicismo
  • El Neoclasicismo
  • El Romanticismo

Su obra es, por un lado, reflejo de todos estos estilos; por otro, recrea y reinventa continuamente, adelantándose a su época.

Innovación Técnica y Temática

Su sentido del color influirá en el arte contemporáneo, ya que lo utiliza como medio de expresión. Su pincelada es suelta, vigorosa, relegando el dibujo a un lugar secundario. A esto se une su técnica, al utilizar indistintamente los pinceles, los dedos o la espátula. Su gusto por la realidad es una peculiaridad que lo aísla de su tiempo y lo enlaza con el nuestro.

Goya vivió un periodo históricamente crucial: la Revolución Francesa y la Guerra de la Independencia Española, eventos que también influyeron profundamente en sus pinturas.

Evolución de su Obra

Goya nos ha legado una obra ingente: óleos, grabados, cartones para tapices, cuyo estilo varía enormemente en el tiempo. Su paleta, de colores claros y brillantes en un principio, se irá oscureciendo paulatinamente hasta llegar a las sombrías Pinturas Negras. Sus temas iniciales (religiosos, cortesanos y galantes) irán dejando paso a otros relacionados con la historia del momento y, sobre todo, a la expresión de su desgarrado mundo interior.

Su sordera, a partir de 1792, y la visión de las atrocidades de la Guerra de la Independencia influyeron también decisivamente en este cambio de estilo.

Primeros Años y Ascenso en la Corte

En 1763, viajó a Madrid, llamado por Francisco Bayeu, su futuro cuñado, con quien acabó de formarse como pintor. Realizó sus primeros trabajos importantes en Zaragoza, principalmente obras de temática religiosa como las pinturas para la Cartuja de Aula Dei y, sobre todo, los frescos del Regina Martyrum de la Basílica del Pilar.

Llamado por Mengs, Goya estaba dispuesto a iniciar su carrera como pintor de la corte. En esta etapa pinta los famosos cartones para la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara. Recibe también el encargo de grabar las obras de Velázquez, lo que supondrá un conocimiento exhaustivo del pintor sevillano. A esa época pertenecen numerosos retratos de los monarcas y de personajes de la corte. Al mismo tiempo, realiza escenas castizas sobre la vida cotidiana del pueblo madrileño y, de nuevo, una obra religiosa cumbre: las excelentes pinturas de la bóveda del templo de San Antonio de la Florida en Madrid, donde distribuye los distintos personajes a distintas alturas, concibiendo la composición con criterios escenográficos.

La Guerra, la Sordera y las Pinturas Negras

Apenas iniciado el siglo XIX, muere su mujer. Goya presencia los horrores provocados por la Guerra de la Independencia, que plasmó en dos de sus más conocidas obras: La carga de los mamelucos y Los fusilamientos del 3 de mayo, así como en su impactante serie de grabados Los Desastres de la Guerra.

En ese tiempo, su acusada sordera y la soledad darán como fruto las Pinturas Negras, con las que decoró las paredes de la Quinta del Sordo. Son pinturas que muestran su desesperanza y desengaño, al igual que su serie de grabados Los Disparates.

Últimos Años en Burdeos

Instalado en Burdeos (Francia) desde 1824, jubilado por propia petición, practica la litografía y concibe su última obra maestra: La Lechera de Burdeos.

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