Fundamentos del Matrimonio, la Familia y la Persona: Perspectiva Teológica y Filosófica

Clasificado en Filosofía y ética

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1. El Matrimonio y la Familia: Una Conexión Profunda

1.1 Conexión Radical entre el Matrimonio y la Familia: La comunión bipersonal de los esposos da origen a la comunidad y la comunión pluripersonal de la familia. Es una comunidad de personas vinculadas por el amor dentro del hogar creado por los esposos. Es comunión y comunidad de generaciones. Toda familia tiene su origen en la unión del varón y la mujer. Con la concepción y el nacimiento, “un nuevo tú” humano participa en la órbita del “nosotros” de los esposos.

2. Rasgos Esenciales del Matrimonio según la Naturaleza del Amor Conyugal

1.4 Rasgos Esenciales del Matrimonio según la Naturaleza del Amor Conyugal: El matrimonio tiene características propias, originarias y permanentes. El contenido del amor conyugal, entre un hombre y una mujer, nace de la admiración ante el otro que incluye una llamada a la comunión. La revelación del amor conyugal implica una promesa de plenitud en una comunión que los cónyuges deberán construir mutuamente. En cuanto a las características constitutivas del amor conyugal:

  1. Totalidad: La plenitud de la entrega es el primer elemento de la belleza del amor conyugal. Esa plenitud es la respuesta adecuada al descubrimiento del valor de la otra persona con la que se comparte ese amor.
  2. Unidad: El amor requiere que los cónyuges se vinculen o entreguen recíprocamente en todos los aspectos de su persona, físicos y espirituales, formando una unidad.
  3. Indisolubilidad y Fidelidad: El amor no es un mero sentimiento, tampoco es un simple impulso natural irracional; sino que, ambas concepciones son ajenas a la libertad humana. Se requiere así, un amor incondicional y definitivo, no sometido a prueba, porque acepta a la persona como es y puede llegar a ser, hoy y siempre, y en exclusividad, en cuanto única e irrepetible.

3. El Sacramento del Matrimonio

1.6 El Sacramento del Matrimonio: Asume la realidad humana del amor conyugal y “capacita y compromete a los esposos y a los padres cristianos a vivir su vocación de laicos”. Del amor esponsal de Cristo por la Iglesia, cuya plenitud se manifiesta en la entrega consumada en la Cruz, brota la sacramentalidad del matrimonio.

4. El Amor y la Formación Social de la Familia

2.1 El Amor y la Formación Social de la Familia: La familia, fundada y vivificada por el amor, es una comunidad de personas: del hombre y de la mujer esposos, de los padres y de los hijos. Su primer cometido es el de vivir fielmente la realidad de la comunión entre sus miembros. La familia es un espacio de comunión tan necesaria en una sociedad cada vez más individualista; en la familia se aprende a amar, a dar y recibir lo que no se puede ni comprar ni vender, sino sólo regalar libre y recíprocamente. Del amor nacen relaciones vividas como entrega gratuita, que “respetando y favoreciendo en todos y cada uno la dignidad personal como único título de valor, se hace acogida cordial, encuentro y diálogo, disponibilidad desinteresada, servicio generoso y solidaridad profunda”. La familia es la primera e insustituible escuela de sociabilidad. Todos los miembros de la familia tienen la responsabilidad de construir, día a día, la comunión de personas, haciendo de la familia una “escuela de humanidad más completa y más rica”. El ser humano ha sido creado para amar y no puede vivir sin amor. La comunión primera se instaura y desarrolla entre los cónyuges; en virtud del pacto de amor conyugal ellos están llamados a crecer continuamente en su comunión a través de la fidelidad cotidiana a la promesa matrimonial de la recíproca donación total.

5. El Aborto: Una Perspectiva Teológica

3. El Aborto: Proviene de la palabra latina “aboriri”, perecer. Es la pérdida de una vida fetal. La Iglesia Católica entiende por aborto la muerte provocada del feto, realizada por cualquier método y en cualquier momento del embarazo desde el instante mismo de la concepción. Rechaza y prohíbe esta práctica en todas sus posibilidades: “el aborto y el infanticidio son crímenes abominables”. La doctrina católica sobre el aborto no proviene de la autoridad eclesiástica, sino que está fundamentada en lo más profundo de la naturaleza de las cosas, que la Iglesia tiene el deber de transmitir. La Iglesia Católica se apoya en las investigaciones científicas y filosóficas que afirman la existencia y, por tanto, la continuidad de la vida humana desde la concepción. En fase embrionaria, el ser humano tiene un alma, y por consiguiente, es un hombre, con igual derecho a vivir que su madre. En consecuencia, ni la madre, ni el profesional médico, ni otro ser humano puede legítimamente tomar la decisión de eliminar esa vida.

6. Los Principios Originarios de Primer Grado

2.6 Los Principios Originarios de Primer Grado: Son aquellos de carácter permanente y universal que constituyen el fundamento último de la doctrina. Generan la base del razonamiento y de la aproximación a todo el problema humano y social.

6.1. El Principio Teológico

2.6.1. El Principio Teológico: (la idea de Dios) Es real, personal, trascendente, primera verdad y bien sumo. Dios existe y ha creado el mundo. Es un principio de razón y de Fe; la existencia de Dios Creador puede ser conocido con certeza por sus obras gracias a la luz de la razón humana. (¡DIOS es inmanente!). Santo Tomás utiliza la siguiente estructura para sus pruebas sobre la existencia de Dios:

  • Existencia de un efecto universal en todos los seres.
  • Principio de causalidad: todo es causado.
  • El proceso causal tiene un origen.
  • Dios existe y es la causa primera.

En cuanto a la diferencia entre el cristianismo con otras religiones, la principal es la Santísima Trinidad (el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo), que son tres en uno, debido a que el amor entre el Padre y el Hijo es el Espíritu Santo. Cabe destacar que para creer en este triángulo (Santísima Trinidad) deben cumplirse los siguientes criterios:

  • La razón natural.
  • La Fe sobrenatural.

6.2. El Principio Cristológico

2.6.2 El Principio Cristológico: El principio teológico nos lleva a este principio. Cristo es el único hijo de Dios, que entra en la historia de la humanidad para salvar al hombre. Asimismo, Dios fue engendrado (que no creado), ya que no es temporal (todo lo creado implica una limitación temporal). Dios es una sustancia metafísica que se nos escapa al ser humano. Se trata de un Dios personal, vivo histórico y concreto. Cristo es la perfección del proceso de auto-comunicación de Dios con la humanidad. El amor es renuncia, es lo contrario del egoísmo, y nunca te cambia. La paciencia de Dios, es nuestra salvación, porque cuando quieres a alguien por encima de todo, eres paciente. Existen Referencias históricas no eclesiales oficiales sobre Jesús. En cuanto a la citas bíblicas:

  • Cuatro evangelios.
  • Tres sinópticos.
  • El evangelio de Juan, que conecta con el último libro del apocalipsis.

Por otro lado, existe tanto el juicio final individual (la muerte de cada uno), como el juicio final universal (cuando separará a los buenos de los malos, resucitándolos en un cuerpo espiritual). El juicio final individual supone la separación del cuerpo y del alma, el cuerpo desaparece, y el alma va al cielo; hasta que se produce el juicio final universal. En Cristo se compendia el nuevo, y el antiguo testamento. Cuando aparece, el mismo se refiere a sí mismo como el hijo del hombre.

6.3. El Principio Antropológico

2.6.3. El Principio Antropológico: El hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios. Este creó todo para el hombre, pero el hombre fue creado para servir y amar a Dios. Ocupa un lugar central y tiene primacía sobre el resto de la creación. Todos los seres humanos tienen la misma dignidad ontológica en cuanto que todos son hijos de Dios.

6.4. El Principio Ius Naturalista

2.6.4. El Principio Ius Naturalista: Existe una Ley Natural: un conjunto de principios universales y permanentes, captables por la razón y fundados en la naturaleza del hombre. Está expuesta, en sus principales preceptos, en el Decálogo de Moisés. Es la expresión del orden impuesto por Dios en el universo. Es el límite que Dios establece a lo creado. Tiene que haber una diferencia entre el creador y lo creado. Todo es Dios. La creación se encuentra en un estadio inferior (los hombres y mujeres nos encontramos en este estadio). Existe unos límites a nuestra naturaleza (ley natural), debido a que condiciona nuestra conducta, sobre lo que somos y sobre lo que no debemos ser. Son una serie de principios últimos, iguales para la humanidad y que permanecen en el tiempo, son captables por la razón y fundados en la naturaleza del hombre. La ley natural está en la consciencia. Por consciencia moral se entiende que es la visión de las condiciones de la rectitud de vida, y el juicio de nuestros actos conforme a esa visión. Se relaciona con obrar acorde a la propia dignidad. El dominio moral solo se ejerce cuando los seres humanos son libres, y por tanto, responsables. Los preceptos morales se imponen a la consciencia. Gracias a estos valores universales, los humanos entendemos y diferenciamos el bien del mal.

7. La Solidaridad

La Solidaridad: Es la derivación directa del concepto cristiano de persona: todos los seres humanos comparten el ser hijos de Dios, creados a su imagen y semejanza. Los hombres constituyen una unidad, lo que obliga moral y gravemente a todos a la cohesión y al servicio mutuos. Expresa la radical fraternidad de todos los hombres. Existen dos niveles: igualdad en el hecho de la creación, y en el beneficio de la redención. Asimismo, considera las dos dimensiones del hombre: una material, y otra de carácter espiritual. Se expresa ante todo en la justa distribución de bienes, en la equitativa remuneración del trabajo y en el esfuerzo a favor de un orden social más justo. Se realiza también en la comunicación de los bienes espirituales de la fe, aún más importantes que los materiales.

8. Los Atributos de la Persona

3. Los Atributos de la Persona:

8.1. La Razón

3.1 La Razón: El cristianismo primitivo realizó un esfuerzo de siglos para la absorción de los elementos esenciales de la filosofía griega: el elemento básico es el de razón. A partir del modelo platónico se distinguen dos acepciones de razón:

  1. La Razón Universal (LOGOS): rige el orden del mundo. Esta, según Platón, radica en un mundo superior. Sus esencias supremas son las ideas: el bien, la verdad y la belleza.
  2. La Razón Individual, PARCIAL Y LIMITADA de cada hombre: permite captar ese orden superior, pero el ascenso del mundo sensible al inteligible nunca se produce de manera completa, sino entre dificultades. Los aspectos de las ideas que captamos en el mundo sensible solo son elementos limitados y parciales que permiten por la Razón individual llegar a la concepción de que existen tales elementos en otro mundo superior.

El cristianismo integra la fe y la razón: “No hay, pues, motivo de competitividad alguna entre la razón y la fe; una está dentro de otra, y cada una tiene su propio espacio de realización”. Sin embargo, la incorporación del aristotelismo se produce especialmente gracias a Santo Tomás de Aquino: “La luz de la razón y la luz de la fe proceden ambas de Dios; por tanto, no pueden contradecirse entre sí”.

8.2. La Libertad

3.2 La Libertad: Es la esencia radical de la persona. Dios nos ha creado radicalmente libres porque nos ama; todo es producto de su benevolencia. La libertad es el poder radicado en la razón y en la voluntad (la libertad está tanto en el pensamiento racional como en la voluntad), de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por sí mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí mismo. La libertad es en el hombre una fuerza de crecimiento y de maduración de la verdad y la bondad (cuánto más me dirijo al bien, más crezco). La libertad alcanza su perfección cuando está ordenada a Dios, nuestra bienaventuranza (Catecismo de la Iglesia Católica. 1731).

  1. Libertad NATURAL: Los humanos somos libres por naturaleza, ya que Dios nos ha hecho así. Es un patrimonio exclusivo de los seres racionales (según León XIII), el resto de los seres NO son libres (un animal o una persona discapacitada no es libre). La libertad natural es la facultad de elegir unos medios determinados para alcanzar un fin. Esto implica la responsabilidad de nuestros propios actos, debido a que los seres humanos distinguimos entre el bien y el mal. Sólo desde la libertad se puede construir el amor.
  2. Libertad (autonomía) MORAL: Es la interpretación que sostiene que el hombre es absolutamente libre, sin restricciones, para determinar por sí mismo lo que es objetivamente bueno o malo. Sin embargo, NO tenemos autonomía moral, no podemos interpretar que somos absolutamente libres, sin restricciones, porque tenemos límites. Por tanto, no puedo determinar por mi mismo lo que es bueno o malo, ya que Dios ha establecido límites en nuestra naturaleza.

8.3. Los Atributos de la Persona: Sus Dos Dimensiones

3.3 Los Atributos de la Persona: Sus Dos Dimensiones:

  1. El ALMA: A menudo este término designa en la Sagrada Escritura la vida humana. Pero designa también lo que hay de más íntimo en el hombre y de más valor en él, aquello por lo que particularmente es imagen de Dios: “el alma significa el principio espiritual del hombre”. La iglesia enseña que cada alma espiritual es directamente creada por Dios. Es, asimismo, un principio espiritual de la persona (invisible ante los ojos e intangible), procede de la absorción de la filosofía griega. El alma es la “forma” del cuerpo, es inmortal, y está llamada a Dios en el juicio final.
  2. El CUERPO: El cuerpo del hombre participa en la dignidad de la imagen de Dios: “es cuerpo humano precisamente porque está animado por el alma espiritual, y es toda la persona humana la que está destinada a ser, en el cuerpo de Cristo, el templo del Espíritu”. El monismo establece que o sólo somos cuerpo, o sólo somos alma (son excluyentes entre sí). Por un lado, los materialistas dicen que sólo somos cuerpo; mientras que, el espiritualismo, por el contrario, dice que no hay cuerpo sin materia, sólo el alma existe. Sin embargo, los dualistas establecen que sólo existe el alma encerrada en un cuerpo (el cuerpo es una mera cárcel); existe cuerpo y alma, pero lo que permanece es el alma. La tercera postura, la unidad sustancial, establece que la persona es como una moneda de dos caras; es decir, que la persona es el cuerpo y el alma a la vez, indivisibles (esta doctrina proviene de Aristóteles y Santo Tomás). La parte física (cuerpo), es temporal y finita, además de momentánea. Por el contrario, el alma es inorgánica (porque no se puede corromper, y permanece en el tiempo), es atemporal (porque no le afecta el transcurso del tiempo, es decir, no se altera), y por último, es inespacial (no esta sujeta al espacio físico).

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