El Guernica de Picasso: Símbolo del Siglo XX y la Guerra Civil Española

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El Guernica (1937), de Pablo Picasso, es una de las obras más importantes del siglo XX, no solo por su valor artístico, sino también por su profundo significado político. Este óleo sobre lienzo, de dimensiones considerables (3,57 x 7,82 m), se encuentra en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en Madrid.

Contexto Histórico y Traslado a España

Originalmente, la obra estuvo depositada por su autor en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) en 1939. Picasso estipuló que la obra permanecería allí hasta que en España se instaurase un gobierno democrático. Finalmente, El Guernica fue trasladado a España en 1981, primero al Casón del Buen Retiro, de forma temporal, y posteriormente a su ubicación actual, el Museo Reina Sofía.

El Bombardeo de Guernica y su Impacto

La obra ilustra un episodio decisivo de la Guerra Civil Española: el bombardeo de la población vasca de Guernica, el 26 de abril de 1937. Este ataque fue perpetrado por la Legión Cóndor alemana, que servía al ejército franquista. El acontecimiento tuvo una enorme resonancia a nivel mundial, ya que, por primera vez, la aviación arrasaba una población civil indefensa, compuesta principalmente por mujeres, niños y ancianos, dado que los hombres se encontraban en el frente.

Encargo y Proceso Creativo

El gobierno republicano había encargado a Picasso un mural de grandes dimensiones para el Pabellón de la República Española en la Exposición Universal de París, en el verano de 1937. El bombardeo de Guernica se convirtió en el tema central de la obra. Picasso, en un proceso creativo relativamente corto (del 1 de mayo al 4 de junio), plasmó su obra definitiva, tras numerosos estudios previos, que fueron fotografiados por Dora Maar.

Características Formales y Estilísticas

  • Formato: El formato apaisado estaba condicionado por su ubicación original en un muro del edificio de la exposición. Este formato confiere a la obra el aspecto de un friso clásico.
  • Espacio: La escena se desarrolla en el interior de una habitación, pero se rompe con la concepción tradicional del espacio en la pintura. El espacio es plano, sin una distinción clara entre lo que está delante y detrás. Las figuras, con la excepción del caballo, carecen en su mayoría de volumen.
  • Iluminación: Parece una escena nocturna. La luz que la ilumina procede de una bombilla, un quinqué y las llamas, aunque también parece emanar de las propias figuras y objetos.
  • Color: El cuadro está pintado principalmente en blanco y negro, con una gama variada de grises y algunos toques azulados. Esta paleta monocromática intensifica el dramatismo de la escena.
  • Expresividad: Picasso deforma dramáticamente las figuras para expresar el horror de la guerra. Incluye detalles de gran expresividad, como la lengua afilada del caballo, la mano enérgica del guerrero seccionado y las bocas abiertas en un gesto de alarido.
  • Composición: La distribución de las figuras transmite magistralmente la desesperación y la confusión, creando una verdadera angustia espacial.

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