Guerra Civil Española: Evolución Política y Consecuencias (1936-1939)

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Evolución Política y Consecuencias de la Guerra Civil Española

La Segunda República durante la Guerra

Se formó un nuevo gobierno presidido por Francisco Largo Caballero, que se enfrentó al dilema de potenciar la autoridad republicana frente a las fuerzas obreras revolucionarias para ganar la guerra o potenciar la Revolución Obrera como única garantía para la victoria. Los sucesos de Barcelona en marzo de 1937 llevaron a la dimisión de Largo Caballero y a la formación de un nuevo gobierno presidido por Juan Negrín, partidario de resistir a toda costa ante la eventualidad de un probable enfrentamiento bélico en Europa. Negrín trasladó el gobierno a Barcelona a la vez que organizaba el Ejército Popular bajo la creciente influencia del PCE y la URSS. Se impulsó una economía de guerra, con colectivizaciones en la industria destinada a disminuir la escasez de alimentos y materias primas, y se enviaron las reservas de oro del Banco de España a la URSS para la adquisición de armamento. Estas medidas vinieron acompañadas del Programa de los 13 puntos, que establecía una amnistía y elecciones democráticas que decidiesen el futuro de España, el cual fue rechazado por el Gobierno de Franco.

El Bando Sublevado y la Construcción del Nuevo Estado

El ejército sublevado organizó la Junta de Defensa Nacional, que fue pronto reconocida por las potencias fascistas de Europa, las cuales canalizaron todo tipo de ayuda material y militar al nuevo régimen. Alemania envió la Legión Cóndor, Italia organizó el envío de más de 50.000 hombres y diversas empresas estadounidenses y británicas aportaron suministros para la guerra. Tras la muerte de Sanjurjo, la jefatura recayó en el general Francisco Franco, que se hizo nombrar Generalísimo. Se aprobó el Decreto de Unificación, por el que se creó Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensivas Nacional-Sindicalistas (FET de las JONS), a cuya cabeza se situó Franco.

La construcción del nuevo estado se completó con la derogación de la Constitución de 1931 y de todas las leyes que se derivaban de ella, como los Estatutos de Autonomía, la Reforma Agraria, las leyes educativas, las libertades y derechos individuales y toda la legislación laica republicana. Esto hizo que la Iglesia Católica considerase la Guerra Civil como una Cruzada. Estas medidas vinieron acompañadas de la censura de los medios de comunicación, la prohibición de partidos y sindicatos, que se sumaron a una brutal campaña de represión con miles de encarcelados y fusilados, como el poeta Federico García Lorca o Blas Infante.

Consecuencias de la Guerra Civil

La mayoría de los historiadores coinciden en una cifra superior a 700.000 víctimas causadas por la violencia militar, los bombardeos, el hambre y las enfermedades. A esta cantidad hay que sumar más de 300.000 personas que marcharon al exilio. Se perdió más del 30% de la producción industrial y agroganadera, a lo que habría que sumar la descapitalización del Banco de España y las deudas de guerra con la Alemania nazi.

La pérdida del respeto por la vida humana se evidenció con los miles de asesinados y fusilados, que dejaron una secuela de rencor y odio, presentes en la sociedad española, dividida en dos mitades enfrentadas hasta la “reconciliación” promovida tras la Constitución de 1978. La principal consecuencia política fue la formación de un gobierno republicano en el exilio y la implantación de la Dictadura del General Francisco Franco (1936-1975), el cual mantuvo una dura represión de los vencidos, junto al alineamiento de España con las potencias fascistas. Esto nos acarreó el aislamiento internacional tras la Segunda Guerra Mundial, del que no saldremos hasta la recuperación del sistema democrático tras 1978.

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