Guerra Civil Española: República, Revolución Social y Bando Sublevado (1936-1939)
La República Durante la Guerra Civil (1936-1939)
Gobierno de Largo Caballero
El gobierno de Largo Caballero reforzó la intervención económica del Estado mediante la creación de los Comités Directivos para iniciar el proceso de nacionalización de la Banca y controlar las oligarquías financieras. Los resultados económicos de la gestión de Largo Caballero no fueron favorables a la República y tuvo que recurrir a las reservas de oro del Banco de España para hacer frente a los gastos de la guerra.
Las tensiones entre las fuerzas políticas y sindicales fueron en aumento. En mayo de 1937, el enfrentamiento entre el PCE y el POUM tuvo carácter bélico en las calles de Barcelona, provocando la dimisión de Largo Caballero, que se negó a disolver el POUM.
Gobierno de Juan Negrín
El gobierno de Juan Negrín estaba apoyado fundamentalmente por los comunistas del PCE, que se habían convertido en la principal fuerza de izquierdas. El reforzamiento de la autoridad gubernamental y la coordinación militar permitieron realizar las grandes ofensivas republicanas de Teruel y del Ebro. Intentó negociar la finalización del conflicto, pero la negativa de Franco a cualquier negociación lo obligó a defender una política de resistencia a ultranza.
El Gobierno de Negrín elaboró un plan económico y social. Algunas de las medidas establecidas eran:
- Garantizar la propiedad de las tierras para quien las trabajase.
- Establecer mejoras en las condiciones de trabajo de las clases obreras urbanas y rurales.
- Dar la posibilidad de que el obrero agrícola o campesino pudiera escoger libremente entre el trabajo colectivo o individual de la tierra.
Tras la caída de Cataluña, Azaña dimitió como presidente de la República. Rematada la guerra, ya desde el exilio, los políticos republicanos mantuvieron las instituciones de la Segunda República hasta 1977.
La Revolución Social en el Bando Republicano
En el bando republicano, las organizaciones obreras de izquierdas vieron la oportunidad de realizar la revolución social. Con distinta intensidad, se aplicaron diversas medidas de colectivización y planificación económica, especialmente en Cataluña, Andalucía y Aragón.
País Vasco
En el País Vasco no se produjo un deterioro del poder de las autoridades establecidas y, tras la aprobación de su Estatuto de Autonomía, se estableció un gobierno de concentración con hegemonía del PNV.
Cataluña
En Cataluña, la Generalitat perdió el control efectivo sobre las calles, convirtiéndose la CNT en la fuerza dominante. La necesidad de hacer frente a los problemas cotidianos de la población hizo que se creara el Comité de Milicias Antifascistas. La coordinación de las fuerzas de izquierdas permitió la formación de un nuevo gobierno.
Una vez rematada la lucha inicial contra los sublevados, la Generalitat inició la planificación económica con medidas como:
- Los salarios, los horarios de trabajo y los alquileres urbanos fueron modificados en beneficio de los trabajadores.
- El control de las fábricas y su producción quedó en manos de sus respectivos comités obreros.
- La organización de los servicios públicos fue controlada por las fuerzas sindicales.
Paralelamente, la Generalitat decretó la colectivización de las industrias y de las grandes propiedades rústicas. Como resultado, disminuyó la producción y faltaron los suministros.
Andalucía y Aragón
En Andalucía y Aragón se produjo una intensa colectivización de las tierras realizada por los campesinos y las fuerzas revolucionarias de izquierda. Las tierras eran explotadas colectivamente, el dinero fue suprimido y los talleres fueron sometidos al control y a la planificación de los sindicatos. Las colectivizaciones anarquistas fueron muy criticadas por otras fuerzas de izquierda.
Paralelamente a las transformaciones económicas, se vivió con apasionamiento el deseo de igualdad en los aspectos externos y la vida cotidiana experimentó una auténtica proletarización. La calle se llenó de uniformes obreros, la mujer asumió tareas y funciones productivas... Los cambios en los nombres de personas fueron también significativos y traducían el ambiente de laicismo que se pretendía conseguir. La guerra repercutió directamente en la vida cultural y las artes.
La España Sublevada
Los militares sublevados crearon la Junta de Defensa Nacional en Burgos, el primer órgano de mando de los sublevados. Estaba presidida por el general Cabanellas. Su objetivo fundamental era la coordinación militar de las columnas militares y civiles, bajo un mando único. La Junta asumió también funciones administrativas y políticas, poniendo las bases del nuevo Estado frente al Gobierno republicano. Declaró fuera de la ley a todas las fuerzas políticas y sociales que hubieran formado parte o ayudado al Frente Popular.