La Guerra Fría y sus Consecuencias: Del Conflicto Ideológico a la Caída del Comunismo

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El Fin del Comunismo y el Auge de Nuevos Conflictos

El Gobierno de Gorbachov y la Caída de la URSS

Los breves mandatos de Andropov y Chernenko anunciaron las dos dinámicas políticas que se manifestaron hasta el final de la URSS. Por un lado, apareció la dicotomía entre los dos sectores principales del PCUS: los reformistas y los «stalinistas»; y por otro lado, surgió la oposición entre el «centro» y las diversas repúblicas que conformaban la Unión Soviética. Esta lucha se acentuó en la década de 1980 por los graves problemas económicos que padecían los países comunistas.

En 1985 llegó al poder en la URSS el dirigente de la corriente reformista, Mikhail Gorbachov, quien puso en marcha una serie de reformas económicas y políticas, junto a los dirigentes del PCUS, para reconducir la situación existente en la Unión Soviética.

Las Reformas Económicas

El deseo de sacar a la Unión Soviética de la profunda crisis que sufría a comienzos de la década de 1980 fue el origen de las políticas de reforma de Gorbachov. En el ámbito económico se produjo la conjunción de una serie de factores que venían provocando una deterioración desde hacía años:

  • El estancamiento demográfico favoreció la disminución de la población activa, así como su envejecimiento. A este factor se sumó también el atraso del aparato productivo, todo lo cual provocó una peligrosa disminución de la productividad.
  • Las prioridades se centraron en la industria pesada y de bienes de equipo, de tal manera que se descuidaron las industrias de bienes de consumo y la agricultura.
  • Las redes de transporte se fueron deteriorando, incluyendo el transporte de la energía. Por esta razón, no resultaban extrañas las crisis de abastecimiento, determinadas por la irregularidad de la producción y la distribución.

Los factores políticos también se hicieron notar:

  • La decisión de priorizar el complejo industrial militar significó la detracción de recursos de otros sectores para encaminarlos a la producción militar.
  • La falta de una política económica clara en los años anteriores dificultó la toma de decisiones, contribuyendo a desorganizar aún más la economía.

Los factores tecnológicos incidieron notablemente en la crisis final del sistema soviético, fundamentalmente por dos razones:

  • El complejo militar-industrial absorbió casi todos los recursos científicos y tecnológicos soviéticos, tanto en términos económicos como humanos.
  • El uso y la difusión de las tecnologías de la información, que constituía en Occidente el núcleo del desarrollo tecnológico y científico, estaba muy condicionado en la Unión Soviética por la censura y el control informativo que ejercía el PCUS.

Esta situación provocó una fuerte dicotomía entre una industria militar puntera y tecnológicamente muy avanzada y una industria civil atrasada y cada vez menos eficaz. La mayoría de las medidas fueron en una misma dirección: descentralizar un sistema planificado, pero sin introducir realmente una economía de mercado.

Las Reformas Políticas: Perestroika y Glasnost

La acción política llevada a cabo por Gorbachov se concretó alrededor de dos actuaciones fundamentales: la perestroika y la glasnost.

Se denomina perestroika al conjunto de reformas aplicadas para democratizar el régimen y conseguir una apertura política. La glasnost, por su parte, fue la política de transparencia informativa que acompañó el proceso de reformas.

Las reformas políticas no pretendían acabar con el régimen socialista. El objetivo era adaptarlo a las nuevas condiciones políticas y sociales para modernizarlo. La consecuencia más salientable fue que el monopolio político del PCUS desapareció, surgiendo nuevas fuerzas que aprovecharon las posibilidades abiertas para la acción política.

Otras medidas pretendieron introducir espacios de libertad en la sociedad soviética. Por último, se comenzó a elaborar un nuevo proyecto de constitución que les concedía mayor libertad a las repúblicas. En conjunto, se trató de un proceso de liberalización política que acabó provocando una descomposición muy rápida del régimen socialista.

El Modelo Maoísta en China: Del Gran Salto Adelante a la Revolución Cultural

El fracaso de la aplicación del modelo económico soviético provocó un cambio en la política económica china. El objetivo fue entonces crear un comunismo de base agraria, por lo que en el año 1958 se introdujeron las llamadas comunas populares. Las comunas eran unidades económicas que compaginaban tareas agrícolas e industriales y que debían ser autosuficientes. Este conjunto de políticas se denominó como el Gran Salto Adelante.

El Gran Salto Adelante consistió en una serie de medidas inconexas y sin apoyo en la lógica económica que fracasaron y tuvieron unos resultados sociales desastrosos. Fue tan lamentable el resultado que incluso dentro del férreo y monolítico Partido Comunista Chino aparecieron voces contrarias al gobierno de Mao y, por primera vez, se hizo visible la existencia de una soterrada oposición. Ambos factores hicieron que el gobierno volviera a cambiar la política económica, priorizando la agricultura sobre la industria.

La adopción de un modelo diferenciado del soviético se volvió a reafirmar durante la Revolución Cultural, iniciada en 1965 y que duraría hasta la muerte de Mao en 1976. La Revolución Cultural fue una gigantesca campaña de movilización y de represión contra todos los opositores, sobre todo los intelectuales. El resultado fue, además de una campaña de asesinatos y encarcelamientos, una gran desorden social y económico, así como una grave postración intelectual.

El modelo de comunismo chino y su vertiente teórica, el maoísmo, ganó durante las décadas de 1960 y 1970 mucho prestigio en los países subdesarrollados y entre determinados círculos intelectuales occidentales que desconocían la realidad interna del país. Se configuró como una vía peculiar al socialismo, sobre todo tras la ruptura con la URSS en 1963. Se pensaba que era un modelo más apropiado que el soviético para los países agrícolas y atrasados que pretendían implantar el socialismo. De hecho, el modelo maoísta se exportó a otros países vecinos, dando lugar a algunos de los regímenes políticos más despiadados de Asia, como el de los jemeres rojos en Camboya.

La Época de Kruschev: La Desestalinización

Tras la muerte de Stalin en 1953, se desató una lucha por el poder entre dos corrientes dentro del PCUS: una partidaria de mantener la esencia del stalinismo y otra que reivindicaba la revisión de la etapa anterior para corregir sus excesos. En esta lucha, que duró tres años, venció la corriente revisionista, que se impuso en el XX Congreso del PCUS, con Nikita Kruschev como cabeza visible desde su cargo de primer secretario del comité central.

Lo mismo ocurrió en los países bajo dominación soviética en el este de Europa. Ya desde el momento de la muerte de Stalin había habido corrientes críticas contra el férreo control de Moscú, pero en 1956 estallaron la insurrección de Poznan en Polonia y la revuelta húngara. Ambas fueron aplastadas por el ejército soviético, pero constituían un aviso sobre los problemas del stalinismo.

Con Kruschev en el poder se inició un período de revisión y reformulación del modelo soviético que supuso la condena de la práctica política que había caracterizado el gobierno de Stalin. En esencia, este cambio significó una cierta liberalización política y una variación de la política económica hacia una planificación menos rígida. Este proceso político e ideológico se denominó desestalinización.

Nikita Kruschev fue el político que, entre 1956 y 1964, dirigió la revisión de la obra de Stalin. Este político impulsó la transformación de una dictadura unipersonal en un régimen aún totalitario pero menos brutal. En el ámbito interno podemos distinguir dos características que definieron los cambios introducidos por Kruschev:

  • El funcionamiento político del PCUS varió ostensiblemente. Disminuyó la represión sobre los enemigos políticos, tanto la de dentro del mismo partido como la referida a los disidentes políticos o intelectuales. La apertura política del PCUS se materializó en su XX Congreso (1956). En él se establecieron los dos postulados fundamentales del cambio: el primero fue la condena del régimen estalinista y el segundo fue la aceptación de la existencia de otros posibles modelos de transición al socialismo diferentes del soviético.
  • Como parte del proceso de cambio también se intentó reorientar la economía planificada soviética hacia la satisfacción de las necesidades de la población, y no tanto hacia la industria pesada y de bienes de equipo.

Los cambios provocados por Kruschev supusieron un nuevo impulso económico para la URSS y una mejora de las condiciones sociopolíticas en todos los países bajo la influencia soviética. No obstante, la apertura política despertó el temor de gran parte de los dirigentes del PCUS (la nomenklatura), temerosos de que el revisionismo pudiera poner en peligro el sistema comunista y sus propios privilegios como grupo social preferente de la Unión Soviética.

El Surgimiento del Tercer Mundo y sus Desafíos

La Evolución Económica de los Nuevos Países: El Paso de la Economía Colonial a la Independencia

Las causas del subdesarrollo económico de los nuevos países se remontan a la dominación colonial. Durante ese período, las economías de las colonias se subordinaron a los intereses y a las necesidades de las metrópolis. En los territorios coloniales no se desarrolló ningún mercado interno viable ni se promovió la modernización económica. Esta herencia se sumó a la situación de inestabilidad política en que quedaron muchos de estos países tras la marcha de las administraciones coloniales. Como consecuencia de todo esto, las condiciones para iniciar cualquier proceso de desarrollo económico resultaron inalcanzables para muchos de los nuevos Estados.

La situación se intensificó por la sucesión de gobiernos corruptos en muchos de estos países, que se apropiaron de las riquezas nacionales en su propio beneficio.

Características del Subdesarrollo

Los países del Tercer Mundo (principalmente las antiguas colonias) se caracterizan por los siguientes rasgos:

  • Desarticulación de su agricultura, orientada a la exportación e incapaz de satisfacer las demandas alimentarias de su población.
  • Crecimiento demográfico muy elevado, que generó una enorme presión sobre los recursos.
  • Recurso al endeudamiento como medio de compensar los déficits comerciales y de financiar las necesidades de inversión. A menudo, estos capitales acaban en manos de particulares debido a la corrupción.
  • Aparición de unas desigualdades económicas y sociales extremas en que una minoría muy reducida concentró la mayor parte de la riqueza y una gran mayoría careció de lo necesario para poder subsistir con dignidad. Esta división social tan radical impidió la creación de un mercado interior potente y articulado.
  • Grave déficit educacional que impidió que gran parte de su población accediera a una formación absolutamente necesaria en un mundo dominado por los cambios científico-técnicos. Como consecuencia, la productividad del trabajo se mantuvo muy baja.

El Neocolonialismo: La Persistencia de la Dependencia

Los países del Tercer Mundo se encuentran en una situación de dependencia económica que se ha denominado neocolonialismo. Con este término se intentó definir una situación en que un territorio consigue la independencia política pero mantiene una dependencia económica respecto de su antigua potencia colonizadora. Sin el dominio político directo, esta dependencia se logra mediante el control de los mecanismos económicos, pero también a través del control indirecto.

El neocolonialismo es visible principalmente a través de tres mecanismos: la dependencia financiera, la dependencia tecnológica y, por último, la dependencia comercial.

  • La dependencia financiera: Los países desarrollados tuvieron interés en facilitarles préstamos a los subdesarrollados. Estos préstamos crearon una enorme deuda externa de los países pobres que supone un freno a cualquier posibilidad de desarrollo.
  • La dependencia tecnológica: El atraso tecnológico de los países del Sur obligó a estos a comprarles a los países del Norte las tecnologías que necesitaban. Los pagos por este concepto, que se denominan royalties o regalías, siempre fueron muy elevados e impidieron desarrollar tecnologías propias.
  • La dependencia comercial: La mayoría de los países del Tercer Mundo tienen una situación de déficit comercial crónico, ya que venden materias primas a precios muy bajos y compran productos elaborados y tecnología a precios más elevados, con lo que la balanza comercial es siempre negativa.

El Conflicto Árabe-Israelí: Un Legado de Tensiones

La Creación del Estado de Israel y las Orígenes del Conflicto

El problema árabe-israelí se remonta a finales del siglo XIX con la aparición del movimiento sionista, que defendía la creación de un hogar nacional para el pueblo judío en los territorios de Palestina. En 1922, el Reino Unido obtuvo el mandato sobre Palestina y permitió la paulatina llegada de colonos judíos. Pero la influencia masiva se produjo durante la Segunda Guerra Mundial, huyendo de la persecución nazi, y se redobló acabado el conflicto, cuando muchos decidieron abandonar Europa.

El asunto pasó a la ONU. En la Asamblea General se aprobó la propuesta de partición, principalmente gracias al apoyo estadounidense, donde la comunidad judía tenía un gran poder. El plan fue aceptado por los judíos, pero no por los árabes.

Los árabes se negaban a la creación de un Estado judío en una tierra que consideraban suya; además, argumentaban que el territorio asignado a los palestinos estaba fragmentado en regiones aisladas entre sí.

Las Guerras entre Árabes e Israelíes

La aplicación del plan se realizó en 1948. El Reino Unido se retiró de la zona y se proclamó el Estado de Israel. Inmediatamente, los países árabes, junto con los palestinos, intentaron invadir el territorio judío y estalló la primera guerra árabe-israelí. La victoria israelí le permitió ampliar su territorio y, de este modo, la capacidad para recibir nuevos inmigrantes. Paralelamente, surgió el problema de los refugiados palestinos, que se vieron obligados a abandonar las tierras ocupadas por Israel y a establecerse en la región de Cisjordania y en el sur del Líbano.

Desde entonces, Israel y sus vecinos han tenido varios conflictos:

  • En 1956 estalló una nueva guerra por causa de la nacionalización del Canal de Suez por parte del presidente Nasser, lo que llevó a la segunda guerra árabe-israelí.
  • Once años después, en 1967, volvió a estallar una nueva guerra, la tercera guerra árabe-israelí o Guerra de los Seis Días. El Estado judío lanzó un «ataque preventivo». En poco tiempo, las fuerzas israelíes derrotaron a sus vecinos y lograron conquistar y ocupar «franjas de seguridad» en todas sus fronteras con la excusa de protegerse frente a nuevos ataques.
  • La cuarta guerra árabe-israelí o Guerra del Yom Kippur se produjo en 1973, cuando Egipto y Siria lanzaron un ataque para recuperar los territorios perdidos en la guerra anterior.

Ninguno de estos conflictos resolvió la devolución de los territorios conquistados por Israel y la creación de un Estado palestino. Desde 1973 no ha habido más guerras entre Israel y sus vecinos. Las relaciones entre Egipto e Israel se normalizaron gracias a los Acuerdos de Camp David de 1978. No obstante, sí que ha habido conflictos indirectos, como la Guerra Civil del Líbano o la breve invasión israelí del sur del Líbano en 2006.

El Problema Palestino: La Lucha por un Estado Viable

El problema palestino hace referencia al conflicto que mantienen los palestinos con Israel por la consecución de un Estado viable. Tiene su origen en la ocupación israelí de Gaza y Cisjordania a raíz de la Guerra de los Seis Días. Esta ocupación provocó un verdadero éxodo de palestinos. Los israelíes poblaron esos territorios con colonias.

Los primeros signos de resistencia palestina se concretaron en la formación de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) en 1964. Esta organización atacaba a Israel mediante acciones terroristas. Esta política se prolongó hasta la década de 1970, ya con Yasser Arafat al frente de la organización.

La nueva forma de lucha de los palestinos fue la Intifada de 1987. La conferencia de Madrid de 1991 inició la aproximación entre ambos bandos, que acabó plasmándose en los Acuerdos de Oslo de 1993, por los que se crearon zonas autónomas gobernadas por los propios palestinos a través de la denominada Autoridad Nacional Palestina (ANP).

El atraso y la tensión entre la ANP e Israel llevaron a una segunda Intifada en 2000. Además, entre los palestinos ganaron terreno los radicales islamistas de Hamás, que utilizaron el terrorismo para atacar a Israel. Con todo, el triunfo de Hamás en las elecciones palestinas de 2006 supuso un nuevo alejamiento de Israel.

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