Historia del Pueblo de Israel: Desde el Reinado de David hasta la Dominación Romana

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El Reinado de David: Unificación y Esplendor de Israel

David, cuyo nombre significa "ser amado", fue ungido para ser el gran rey de Israel. Gobernó con justicia y firmeza, conquistó la ciudad de Jerusalén y estableció allí su residencia. Organizó el reino en base a instituciones sólidas y un fuerte ejército. David amaba a Dios profundamente y le expresaba su gratitud con fervor por las maravillas que hacía por su pueblo. El Libro de los Salmos es un testimonio de su gran devoción.

El Cisma de Israel: División y Debilitamiento

El cisma de Israel fue provocado por varios factores, entre ellos:

  • Gran desigualdad social.
  • Vaciamiento del sentido de la fe; la gente se limitaba a cumplir con ciertas normas.
  • Gobierno despótico que no cumplía con la alianza.

Diez tribus se sublevaron contra la autoridad y formaron un estado independiente. Esta división fue desastrosa y significó un gran debilitamiento para el poder del pueblo. Los israelitas tuvieron que recurrir al auxilio de pueblos vecinos para combatir unos contra otros. Los profetas, hombres ungidos elegidos por Dios para hablar al pueblo en su nombre, denunciaron con valentía los pecados de los israelitas, la corrupción, el abuso de poder y las injusticias sociales.

Destrucción y Destierro: Consecuencias de la Infidelidad

Los reinos de Judá e Israel fueron invadidos y dominados por los imperios asirio y babilónico. Los israelitas comenzaron a mirar con nostalgia el pasado, a recordar la alianza y el gran amor con que Dios los había elegido como su pueblo.

Los Profetas del Destierro: Esperanza en la Restauración

Tras la experiencia del exilio, los israelitas descubrieron nuevas formas de adorar a Dios, sin templo, sin arca de la alianza, sin ciudad ni sacerdotes. Pusieron su esperanza en la llegada del Mesías, que debía venir a rescatarlos para siempre, a renovar la alianza que Dios había hecho con sus padres y a devolverles la tierra prometida.

El Dominio Persa: Reconstrucción y Retorno

Misión de Nehemías y Esdras

Bajo el Imperio Persa, Nehemías organizó la reconstrucción de la ciudad de Jerusalén entre los años 445-433 a.C. Esdras, por su parte, se ocupó de organizar el culto del nuevo templo y regresó a Jerusalén cerca del año 450 a.C. Su función principal fue contribuir a la reconstrucción de la ciudad.

El Imperio Babilónico y la Liberación

El rey Nabucodonosor de Babilonia cayó bajo el dominio del rey Ciro de Persia, quien se mostró más compasivo con los judíos y ordenó que se les permitiera volver a su patria. Sin embargo, las consecuencias del destierro se hicieron sentir: ya no tenían reyes, ni jueces, ni sacerdotes que los guiaran.

La Espiritualidad de los Pobres de Yahvé

Los "Pobres de Yahvé" buscaban vivir de una forma sencilla y humilde, agradando a Dios de todo corazón, permaneciendo en su presencia todos los días de sus vidas, poniendo en Él toda su confianza y aprendiendo a obedecer su voluntad en las acciones cotidianas.

El Imperio Griego: Opresión y Resistencia

Los griegos prohibieron el culto al Dios verdadero y la fe de los judíos, atentando contra la identidad del pueblo. Intentaron colocar imágenes de dioses paganos en el templo. En algunos sectores del pueblo comenzó a gestarse una oposición armada y violenta. Un sacerdote y sus hijos llevaron a cabo una lucha de guerrillas contra el poder de los Seléucidas. Finalmente, se les permitió el control sobre el templo y la práctica de sus cultos. Años más tarde, obtuvieron el permiso para organizar la conducción política e instaurar una nueva monarquía.

El Imperio Romano: Pérdida de la Esperanza y el Resto Fiel

El "resto fiel" era una pequeña porción del pueblo que aún esperaba, contra toda esperanza, la llegada de la salvación. Sostenían la esperanza mesiánica, según la cual Dios enviaría a un Mesías definitivo para salvar a su pueblo y redimirlo para siempre de todos sus pecados. El romano Pompeyo incorporó Palestina al imperio y destruyó el templo de Jerusalén. Muchos judíos abandonaron la fe ante tanta adversidad y perdieron la esperanza en Dios. Muchos partieron hacia otras tierras.

El Reinado de Salomón: Paz, Sabiduría y Prosperidad

Salomón, cuyo nombre significa "paz", sucedió a David en el trono y engrandeció Israel, gobernando con poder y sabiduría. Construyó el primer templo de Jerusalén para guardar el arca de la alianza. Al comenzar su reinado, le pidió al Señor que le concediera sabiduría para gobernar a su pueblo. Israel creció como nación y vivió una época de gran prosperidad. David comenzó la construcción de un gran templo para albergar el arca de la alianza, obra que fue culminada por su hijo Salomón.

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