La Idea de Bien en Platón: Significado y Funciones Clave
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La Idea de Bien en Platón
La Idea de Bien: Para Platón, la Idea de Bien es la Idea suprema, representa la máxima perfección y, por tanto, lo máximamente real. Es también la expresión del orden de lo real (causa final y causa del orden del mundo), así como de la unidad del Mundo de las Ideas (principio unificador de todas las Ideas). Todas las Ideas participan de ella. Además, es la causa de su realidad (función ontológica) y de su cognoscibilidad (función epistemológica), y además su conocimiento es el objetivo último de la educación filosófica del gobernante, pues se requiere para poner orden tanto en la propia alma como en la sociedad (función ético-política). La Idea de Bien cumple, pues, al menos estas 5 funciones en el sistema filosófico de Platón.
En el texto, Platón trata de explicar qué es la Idea de Bien, pero lo hace por analogía con el sol, al que llama “el hijo del bien”. Por lo que se refiere a la función epistemológica de la Idea de Bien, el texto viene a decir en 508b-d que, lo mismo que el sol hace visibles los objetos visibles al iluminarlos con su luz, la Idea de Bien hace inteligibles las Ideas al iluminarlas con la verdad y de este modo el alma puede lograr de ellas un conocimiento claro (inteligencia). En 508d también se dice que la Idea de Bien, al tiempo que causa el conocimiento y la verdad de las demás Ideas, ella misma es también objeto de conocimiento, es más, es la meta última que persigue la educación filosófica. En esto también se asemeja el bien al sol: el sol no sólo hace visibles las cosas sensibles, sino que también él mismo es visible y objeto de la visión (508b).
También dice el texto que, al igual que el sol, el Bien en sí no es sólo causa de la cognoscibilidad de las Ideas, sino también de su ser mismo y de su esencia, y es que las Ideas, en tanto que modelos de perfección, copian o imitan a la Idea de Bien, de la cual participan. Por último, el texto esboza hacia el final una enigmática frase sobre cuyo significado los expertos han debatido mucho: “El bien no es esencia, sino algo que está por encima de aquélla”. Un significado posible de esta frase es que las esencias de las cosas sensibles son, en sentido estricto, las Ideas. La Idea de Bien sería la esencia de todas las esencias, es decir, una especie de súper-esencia en torno a la cual la realidad en su conjunto alcanza el orden y el sentido.
La Esencia y la Generación
En general, en filosofía se ha denominado “esencia” a la naturaleza última e invariable de una cosa, o de la realidad en general, que es, por así decirlo, su verdadero ser en base al que se explican sus cualidades y su comportamiento. Para Platón las esencias de las cosas sensibles se hallan, no en ellas, sino “separadas” de ellas; son las Ideas trascendentes. En el texto se viene a decir que la Idea de Bien aporta a las cosas inteligibles, además de su inteligibilidad, “el ser y la esencia” (509a). “Esencia” tiene aquí en parte el significado que hemos mencionado antes de naturaleza invariable y última de una cosa, pero creemos que, para entenderlo bien en este contexto, hay que contraponerlo al término “la generación”.
Esta expresión es usada por Platón en varias ocasiones para referirse al mundo sensible, que es un mundo de cosas que nacen y mueren; en este texto va asociada también a “las cosas que son vistas”, de las que se dice que reciben del sol “la generación, el crecimiento y la alimentación” (509a). Análogamente, las cosas que son inteligidas reciben de la Idea de Bien “el ser y la esencia”. Así, el Bien es causa del ser de las cosas inteligibles, lo mismo que el sol es causa de las cosas sensibles. Entendemos que con las expresiones “esencia” y “generación” se alude, respectivamente, al carácter invariable de las realidades inteligibles y al carácter perecedero y cambiante de las realidades sensibles. Las primeras son esencias invariables e ingénitas, mientras el ser de las segundas se caracteriza por “la generación y el crecimiento”; no son esencia. Tampoco son propiamente “ser”, sino devenir, que, como se sabe, es algo intermedio entre el ser (lo permanente e invariable) y el no ser (la nada).