Impacto de la Deforestación y Protección de Recursos Naturales en la Colonia

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Para levantar una ciudad hacía falta madera. Para hacerla funcionar, para transportar sus productos, para cobijar, alimentar y calentar a la población fue necesario arrasar con todos los árboles existentes en varias leguas a la redonda. Los muebles, las puertas de las casas y a veces sus techos, las cercas de los jardines y hasta las llantas de las carretas se hicieron de cuero.

Muchas veces se mataban ganados cimarrones para hacer fuego con sus huesos y su grasa.

Existían algunas reglamentaciones para el uso del recurso forestal.

Intereses Públicos y Legislación Colonial

Pero para entender sus implicancias, tenemos antes que hablar un poco de la forma en que aparecen los intereses públicos en la legislación colonial. En ese orden feudal la importancia de los bienes de uso colectivo era mucho mayor que en la actualidad y que por ende también lo era la defensa jurídica de esos bienes.

Para las partidas de Alfonso el Sabio existen los bienes que son comunes a hombres y animales, los que pertenecen al común de algún pueblo, los que pertenecen a un hombre solo y los que no pertenecen a ninguno.

Este carácter común del aire y del agua significa que necesariamente cualquier persona es parte interesada en cualquier litigio que afecte a estos recursos naturales del modo “los ríos, puertos y caminos son comunes aun a los que son tierra extraña”.

Defensa de los Recursos Naturales

A partir de aquí son innumerables los ejemplos en los cuales los reyes reiteran que son de uso común los recursos de agua y suelo; este último para la extracción de lana y también para el pastoreo del ganado. La mecánica de defensa de estos intereses era la siguiente: como se trataba de bienes de uso público, los vecinos denunciaban ante el cabildo cualquier impedimento que tuviesen para el uso de esos bienes. La escasez del recurso forestal en la región pampeana hacía especialmente importantes estos mecanismos de defensa de quienes debían utilizarlo.

Del mismo modo, en 1695, los vecinos de Buenos Aires piden al cabildo que logre la derogación de un impuesto que el gobernador había colocado a la extracción de madera de los montes naturales, insistiendo los demandantes en su carácter común. Sin embargo, las leyes de protección de los recursos naturales suelen ser fácilmente violables. Se plantaron durazneros que servían para provisión de frutas y leña, por lo cual no debían ser talados sino podados periódicamente.

En algunos casos cortaron tantos durazneros que dejaron Buenos Aires sin frutas.

Conflictos por el Uso del Recurso Forestal

En distintas partes del territorio colonial aparecen conflictos por el uso de recursos forestales.

Estos fueron muy visibles en el caso del Riachuelo, cuyo puerto natural había sido la verdadera razón de localización de Buenos Aires en el sitio en que fue fundada. Al principio los barcos entraban bastante bien al Riachuelo, pero más tarde tuvieron que quedarse esperando que subiera la marea para poder ingresar.

Así Belgrano afirma que hacer plantíos es sembrar la abundancia.

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