El impacto de la Segunda Guerra Mundial en la descolonización: el fin del imperio colonial

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El impacto de la Segunda Guerra Mundial en la descolonización

La guerra alteró el orden colonial que existía en 1939. Por un lado, la derrota de las metrópolis aliadas frente al Eje mostró que eran vulnerables, siendo especialmente humillantes las que infligieron los japoneses en Asia. Por otro, los movimientos nacionalistas que ya habían tomado impulso en algunos territorios en la etapa anterior, aumentaron su influencia y prestigio en la lucha contra los nuevos invasores. Además, sus líderes se legitimaron como nuevos dirigentes en detrimento de los gobiernos europeos (británicos, franceses, holandeses...).

El final de la guerra acentuó aún más la denuncia de la explotación colonial y la defensa de la democracia se asoció al derecho a la independencia, que proclamaron algunos países (Argelia, Vietnam...) frente a la oposición de las metrópolis. Los movimientos de liberación nacional se vieron reforzados y se dotaron de líderes carismáticos como Nehru, Gandhi, Ho Chi Minh y Sukarno en Asia; y Nasser, Senghor y Lumumba en África.

Algunos de ellos pertenecían a las élites locales, estudiaron en Universidades europeas y tenían adscripciones ideológicas diversas (comunistas, reformistas, defensores de las identidades culturales indígenas etc.), pero todos participaban de un fuerte carácter nacionalista.

La independencia del Magreb (1954-1960)

En 1945, el norte de África era una zona de cultura musulmana bajo dominio de los países europeos. Egipto, protectorado británico, se convirtió en país independiente en 1922, y Libia, antigua colonia italiana, accedió a la independencia el mismo año.

Marruecos y Túnez eran protectorados franceses con gobiernos indígenas formales, con participación de élites locales. En ambos países se forjaron movimientos nacionalistas que se oponían al dominio francés y que desarrollaron formas de resistencia cada vez más importantes.

Ante esta situación, Francia, cuyos intereses en estos territorios eran limitados, optó por iniciar un proceso negociador. Marruecos se independizó en 1956, con el antiguo sultán Mohamed V como nuevo rey. El monarca fijó su objetivo en ocupar el Rif (norte de Marruecos), que era protectorado español, lo que no fue aceptado por el gobierno español; pero, la incorporación tuvo que hacerle frente a una fuerte rebelión de los rifeños (1958-1959).

Por su parte, Túnez se convirtió en república presidida por el líder nacionalista Habib ben Burguiba, que acabó con las antiguas instituciones y expulsó a las autoridades francesas (1957).

Argelia: un caso especial

Argelia era una colonia muy importante para Francia, que la administraba directamente y en la que vivían un buen número de colonos franceses propietarios de tierras y con pujantes negocios. El dominio francés había sido contestado desde 1945 por la Frente de Liberación Nacional (FLN), que inició un movimiento insurreccional para conseguir la independencia. Francia, que acababa de perder Vietnam, respondió militarmente enviando un fuerte contingente de tropas. Se inició una guerra muy cruel que duró hasta 1962.

La difusión de los métodos empleados por los franceses (torturas, asesinatos, violaciones...) generó una opinión pública contraria a la guerra y propició una crítica creciente en la metrópoli por los métodos represivos empleados. Por el contrario, la población francesa de la colonia (pieds noirs) presionó al gobierno del general De Gaulle para mantener su dominio y se mostró contraria a la convocatoria de un referéndum de autodeterminación. Impulsó manifestaciones en contra e incluso llegó a crear una organización terrorista de extrema derecha, la OAS, que no dudó en atentar contra el presidente francés para impedir la realización del referéndum.

El FLN creció a pesar de la represión, intensificó la guerrilla y no eludió las acciones terroristas contra civiles franceses, árabes colaboracionistas..., hasta que en julio de 1962 se proclamó la República Popular y Democrática de Argelia, presidida por Ben Bella. Fue un régimen de tendencia socialista, que impulsó la reforma agraria, la nacionalización de empresas básicas y el partido único, pero fue destituido por un golpe de estado militar en 1965.

La debilidad de la metrópoli

La debilidad de la metrópoli no era solo militar sino también económica, lo que:

  • Llevó a cuestionar la rentabilidad económica de los imperios: los gastos eran muy elevados (administración, ejército...), existían el pago de impuestos a los ciudadanos y los beneficios solo eran para quienes tenían negocios en las colonias.
  • Incrementó las voces críticas al dominio colonial, tanto por razones ideológicas (explotación, violencia...) como políticas (defensa de la autodeterminación).

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