Impresionismo: Revolución Artística del Siglo XIX - Características y Origen

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El Impresionismo: Revolución Artística del Siglo XIX

El Impresionismo surge en la segunda mitad del siglo XIX como una reacción al rechazo que experimentaban los artistas innovadores, cuyas obras no eran aceptadas en los salones académicos del Clasicismo. Estos artistas se agruparon bajo el nombre de Sociedad Anónima de Pintores, Escultores y Grabadores, incluyendo figuras destacadas como Renoir, Monet, Pissarro, Sisley y Cézanne.

Con el tiempo, el Impresionismo original declinaría, dando paso a los movimientos neoimpresionistas.

El término "impresionista" fue inicialmente impuesto de manera peyorativa por el crítico Louis Leroy al contemplar la obra "Impresión, sol naciente" de Monet. Sin embargo, las burlas iniciales que sufrieron estos artistas eventualmente se transformarían en reconocimiento y éxito.

Características Principales del Impresionismo

El objetivo principal del Impresionismo era reemplazar el ideal clásico de belleza por un concepto de libertad artística, lo que implicaba una profunda exploración de la historia y la realidad circundante. Varios factores influyeron en esta nueva visión:

  • El impacto del ferrocarril y la noción de velocidad.
  • La influencia de la fotografía, que demostró que la visión se basa en el color y no en el dibujo.
  • La invención del óleo en tubo, que permitió a los artistas liberarse de la preparación de pigmentos y salir a pintar al aire libre.
  • La importancia de la naturaleza y la luz: el aire libre reveló una nueva realidad llena de luminosidad y color.
  • La obsesión por el tiempo, reflejada en una pincelada rápida y ágil.

El paisaje se convirtió en el tema predilecto, ya que concentraba todos los intereses impresionistas: el aire libre, el contacto con la naturaleza y el estudio de la luz, que se modifica con el paso del tiempo y cambia sus matices según la hora. También fueron frecuentes las representaciones del agua, la nieve y el hielo. Aunque la figura humana perdió frecuencia, no desapareció por completo. Degas, por ejemplo, se destacó en escenas de interior, mostrando un particular interés por temas como la danza y los caballos, ambos relacionados con la velocidad y la captura del instante.

La técnica impresionista se caracteriza por ser rápida, con pinceladas largas y cargadas. Esta técnica fue criticada por los defensores de la tradición, quienes argumentaban que las obras impresionistas parecían más esculturas sobre lienzo que pinturas.

El color negro desaparece, incluso en las sombras, al igual que el blanco puro en las luces. Los demás colores se utilizan puros y mezclados, creando una paleta vibrante y luminosa.

La ausencia de perspectiva tradicional es otra característica clave. Desaparece el punto de fuga, y los impresionistas optan por una pintura plana y bidimensional, reflejando la forma en que la retina humana percibe el mundo.

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