Jesús: Títulos Cristológicos, el Reino de Dios, Parábolas y Milagros
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Títulos Cristológicos: Los Nombres de Jesús
Estos son algunos de los nombres o títulos que Jesús recibió o se le atribuyeron, reflejando diferentes aspectos de su identidad y misión:
- Mesías: Equivalente a Cristo (griego) o Ungido (hebreo). Jesús, sin embargo, a menudo mostraba cautela con esta etiqueta, ya que la expectativa popular era la de un Mesías descendiente de David que expulsaría militarmente a los romanos, un rol que Jesús no asumió de esa manera.
- Hijo del Hombre: Título que Jesús usaba frecuentemente para referirse a sí mismo. Evoca la figura celestial del libro de Daniel (Daniel 7:13-14), que recibe poder y un reino eterno, en contraste con las 'bestias' que simbolizan los imperios opresores. Representa un reino de origen divino, centrado en lo humano y no en el poder terrenal opresivo.
- Hijo de Dios: Este título subraya una relación única y excepcionalmente cercana entre Jesús y Dios Padre. Aunque otros en la tradición judía podían ser llamados 'hijos de Dios' en un sentido adoptivo o de elección, en Jesús adquiere una profundidad particular. Los evangelios muestran que otros lo reconocen así, aunque Jesús mismo no lo usa como auto-designación principal.
- Señor (Kyrios): En el contexto judío del siglo I, 'Kyrios' (Señor en griego) se usaba para referirse tanto a Dios (en la traducción griega del Antiguo Testamento, la Septuaginta) como a figuras de autoridad. Al dirigirse a Jesús como 'Señor', sus seguidores expresaban respeto y, progresivamente, reconocían su divinidad, equiparándolo con Dios.
- Siervo: Este título conecta a Jesús con los cánticos del 'Siervo Sufriente' del profeta Isaías (especialmente Isaías 53). Describe a alguien cuya obediencia y sufrimiento expían las culpas del pueblo y restauran la alianza con Dios.
- Profeta: En una época en que se consideraba que la profecía directa había cesado en Israel, siendo reemplazada por la enseñanza de los rabinos o maestros de la Ley, la aparición de Jesús fue vista por algunos como el retorno de la figura profética. Fue identificado con el gran profeta esperado (como Moisés o Elías). No obstante, Jesús trascendía los estereotipos comunes de profeta o rabino de su tiempo.
El Reino de Dios según Jesús
La expresión 'Reino de Dios' es fundamental en la predicación de Jesús. Se trata de un genitivo explicativo: no se refiere a un territorio que Dios posee, sino a la realidad misma de Dios actuando, reinando, manifestando su soberanía salvadora.
Para Jesús, el Reino de Dios no es algo que los seres humanos deban 'ganar' o construir por sus propios méritos. Es un don que llega, que irrumpe por iniciativa divina. La respuesta humana adecuada no es el esfuerzo por merecerlo, sino:
- Creer en la Buena Noticia (el Evangelio) de que Dios está actuando.
- Convertirse (metanoia), es decir, cambiar la mentalidad y el corazón para adoptar los valores propios de ese Reino (justicia, misericordia, perdón, amor).
Jesús proclama que el Reino de Dios ya ha sido ofrecido, ya está presente y actuando en su propia persona y ministerio. Lo que falta es la respuesta de fe y conversión por parte de las personas.
¿Cómo anuncia Jesús el Reino?
Jesús anuncia y hace presente el Reino de Dios a través de:
- Parábolas (Palabras): Narraciones que invitan a la reflexión y revelan aspectos del Reino.
- Milagros (Acciones): Signos concretos del poder salvador y liberador de Dios.
- Comidas con pecadores (Estilo de vida): Gestos que manifiestan la misericordia inclusiva de Dios.
Las Parábolas de Jesús
Las parábolas son un género narrativo característico de Jesús, especialmente adecuado para hablar de realidades divinas y del Reino de Dios, que a menudo trascienden el lenguaje directo. Invitan al oyente a pensar y a tomar una postura.
Se pueden clasificar de diversas maneras, por ejemplo, según su enfoque principal:
- Aquellas que explican la actuación sorprendente y misericordiosa de Dios (ej. el hijo pródigo, los trabajadores de la viña).
- Historias que ilustran la naturaleza del Reino y su crecimiento (ej. el grano de mostaza, la levadura).
- Las que exhortan sobre la manera de actuar que corresponde a quienes acogen el Reino (ej. el buen samaritano, el siervo sin entrañas).
Ejemplos mencionados en el texto original: El buen samaritano, el pastor y las ovejas (posiblemente la oveja perdida), el grano de mostaza.
Los Milagros de Jesús
Los milagros son acciones poderosas y benéficas realizadas por Jesús, a quien se describe como taumaturgo (obrador de maravillas). Se presentan como signos visibles de la llegada del Reino de Dios, manifestaciones de su poder sanador y liberador sobre el mal, la enfermedad y la muerte. No son meros espectáculos, sino encuentros que a menudo requieren la fe de la persona beneficiada.
Los Evangelios registran numerosos milagros, tradicionalmente clasificados así (según el texto original, se mencionan 27):
- 14 Curaciones: Sanaciones de diversas enfermedades físicas y dolencias (ciegos, leprosos, paralíticos, etc.).
- 5 Exorcismos: Liberaciones de personas consideradas poseídas por espíritus malignos.
- 3 Resurrecciones: Devolución de la vida a personas fallecidas (la hija de Jairo, el hijo de la viuda de Naín, Lázaro).
- 2 Prodigios de tipo místico: Eventos sobrenaturales relacionados con la persona de Jesús (ej. la Transfiguración, caminar sobre las aguas).
- 3 Signos extraordinarios sobre la naturaleza: Demostraciones de poder sobre los elementos o las leyes naturales (ej. las bodas de Caná, la multiplicación de los panes y los peces, la pesca milagrosa).
Compartir Mesa con Pecadores
En la cultura judía del tiempo de Jesús, compartir la mesa con alguien era un signo importante de aceptación, comunión y solidaridad. Existía la creencia extendida de que Dios rechazaba a los 'pecadores' (aquellos que no cumplían estrictamente la Ley o tenían oficios considerados impuros).
Al comer deliberadamente con recaudadores de impuestos y otras personas marginadas y consideradas pecadoras, Jesús rompía barreras sociales y religiosas. Este gesto era una poderosa declaración práctica sobre la naturaleza del Reino de Dios:
- Manifestaba que el Reino está abierto a todos, sin importar su pasado o condición social.
- Ofrecía un perdón gratuito e inmerecido, una muestra tangible de la misericordia de Dios que busca activamente a los perdidos.
- Subrayaba su misión, como él mismo dijo: “No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores” (Marcos 2:17).