Jorge Manrique y el Romancero: Tradición Literaria Medieval Española

Jorge Manrique

Nació en Palencia en 1440, aunque vivió largas temporadas en la Sierra Norte de Jaén. Fue hijo de Rodrigo Manrique, maestre de Santiago. Padre e hijo participaron en las intrigas políticas de su tiempo. Murió en el asedio a un castillo en 1479.

Estructura de las Coplas

Las Coplas se insertan en la tradición literaria donde en la Edad Media se centra el tema de la muerte.

1. Coplas I-XIII

   Se hace una consideración general sobre la fugacidad de la vida y el valor universal de la muerte. El tópico central es el menosprecio del mundo. Se tratan temas típicos de la época medieval como el tiempo, la muerte o la fortuna.

2. Coplas XIV-XXIV

   Ilustran lo dicho. La cita de personajes fallecidos, que el lector de la época conoce, sirve a Manrique para contar casos tristes, llorosos. Se emplea el tópico ubi sunt?: ¿Dónde están?

3. Coplas XXV-XL

   Aparece el padre del poeta, su muerte. Ésta le llega con serenidad, como a los demás personajes. Se entrega a Dios y logra la fama. El poeta lo transmite mediante la elegía, subgénero de larga tradición, que expresa sentimientos doloridos por un ser querido.

La estrofa utilizada es la doble sextilla de pie quebrado, de rima consonante y esquema abcabc defdef (en la que los versos c y f son tetrasílabos).

El Romancero

Ha sido considerado como la principal manifestación literaria española. Sus orígenes se remontan a la Edad Media. Los romances son poemas épicos y líricos, con un número indeterminado de versos octosílabos con rima asonante en los pares.

Tipos de Romancero

1. Romancero Viejo

   Es de carácter anónimo y abarca desde un origen indeterminado hasta mediados del siglo XVI. Los más antiguos datan del siglo XV, aunque es posible que existieran antes.

2. Romancero Nuevo

   Son textos escritos desde mediados del siglo XVI por autores cultos a imitación de los romanceros viejos.

Características del Romancero

• Molde métrico único: facilitaba el aprendizaje y su transmisión.
• Tendencia a la condensación: al paso del tiempo, los romances se despojan de lo innecesario.
• Frecuente presencia de arcaísmos.
• Uso peculiar de los verbos: son frecuentes los cambios temporales.
• Repetición, antítesis y enumeración: recursos habituales.
• Ausencia de intención moralizante.