El lenguaje periodístico en la era digital

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En los últimos años, los medios de comunicación tradicionales han visto ampliadas sus posibilidades con el uso de Internet. El desarrollo de las redes sociales ha alterado el esquema de comunicación, haciéndolo más horizontal, con mayor retroalimentación informativa e intercambiando los papeles de emisor y receptor. Esto dificulta la tarea de sintetizar los principales rasgos del lenguaje periodístico, debido a la variedad de aspectos que abarca, desde la prensa escrita hasta la formulación sucinta de 140 caracteres de Twitter.

Lenguaje icónico y verbal

En el periódico se combinan dos tipos de lenguaje: icónico o no verbal y el propiamente lingüístico o verbal.

Variaciones según el subgénero

El lenguaje varía según el subgénero que trate, con diferencias entre opinión e información. En la noticia, el lenguaje es enunciativo y neutro (como ocurre en los titulares), pero en los subgéneros de opinión suele ser más rico, personal y creativo, cercano a lo literario, para persuadir al lector.

Rasgos propios del lenguaje periodístico

Podemos destacar como rasgos propios los siguientes:

Nivel fónico

Pronunciación estándar neutra y muy correcta, sin presencia de rasgos dialectales, que varía en función del tema tratado. En prensa escrita, predomina la entonación enunciativa, aunque es frecuente la aparición de signos de exclamación (¡!) e interrogación (¿?) en los géneros de opinión.

Nivel morfosintáctico

  • Supresión de determinantes, especialmente en crónicas deportivas.
  • Aparición de estilo directo y citas, buscando la precisión informativa; se reproducen las palabras exactas de los protagonistas a modo de declaraciones.
  • Tendencia al alargamiento de oraciones mediante la acumulación de complementos, locuciones o construcciones perifrásticas.
  • Frecuencia de oraciones impersonales o sin sujeto elíptico, cuando importa más la acción que el sujeto.
  • Frases cortas en los titulares, con el fin de llamar la atención. Es frecuente la elipsis.
  • Nominalización o abundancia de construcciones con menos verbos que sustantivos o adjetivos, sobre todo en titulares.
  • Uso particular de algunos tiempos verbales, como el presente escénico, condicional de rumor o pretérito imperfecto de subjuntivo con valor de pretérito perfecto simple.
  • Alteraciones del orden sintáctico para poner de relieve determinados aspectos. Las palabras iniciales y finales son las que más llaman la atención.

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