Leyes de totalidad
Clasificado en Filosofía y ética
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La percepción.
Este es un proceso cognitivo de naturaleza más compleja. Supone el proceso mental de organización e interpretación de sensaciones.La percepción está basada en sensaciones, pero acompañada de representaciones mentales.
Pensemos por ejemplo en una tableta de chocolate. Nosotros no percibimos las sensaciones de forma aislada, primero el color negro, después su forma rectangular, y luego su sabor dulce y rico. Concebimos el chocolate de forma conjunta, como un todo integrado. Podemos pensar también en problemas culturales: pensemos en una fotografía. Si una persona no ha visto nunca una fotografía antes, tendrá dificultades para percibirla y reconocer la tridimensionalidad.
En psicología se plateó primero el hecho de que percibimos las sensaciones de forma individual y aislada. Este fue el planteamiento de filósofos empiristas como Locke y Hume, posteriormente recogidos con las teorías asociacionistas esgrimido por los primeros psicólogos (Wundt y James). El asociacionismo defiende que la mente humana funciona combinando elementos simples, irreductibles. Para Locke o Hume, la facultad humana de la memoria y de la imaginación permite retener estas sensaciones y después unirlas unas con otras, generando ideas de las cosas, ya sean reales o imaginarias. Por ejemplo, si imaginamos a Laura R. de color verde y con alitas de mariposa en su espalda es porque, según estos autores, hemos tenido las sensaciones del color verde, de las alas y de Laura de forma independiente y luego las hemos unido.
Este planteamiento se vino abajo con la llegada de la psicología de la Gestalt. Según esta escuela, las imágenes son percibidas como un todo, como una configuración y no como una mera suma de sus partes constitutivas. Los psicólogos de la Gestalt descubrieron así que la percepción estaba muy influida por el contexto y la configuración de los elementos recibidos; las partes derivan de su naturaleza y de su sentido del total y no pueden entenderse separadas de ellas. La mera suma de las partes no equivale al todo.
Los psicólogos de la Gestalt determinaron las leyes de la organización perceptual, señalando que la semejanza, proximidad, cierre y continuidad son factores que determinan la agrupación en figuras y su diferenciación de fondo. Sin embargo, la ley más general que rige la percepción es la de pregnancia, que afirma que la organización psíquica será tan buena como lo permitan las condiciones dominantes, es decir, la percepción que surge con mayor precisión y rapidez es la que corresponde a la forma más destacada en el sentido de más sencilla, completa, simétrica, mejor equilibrada y mejor centrada.
Algunas leyes de percepción.
Ley de primacía: se tiende a percibir totalidades con más facilidad que a percibir partes.
Ley de la buena figura: ley de pregnancia, la forma percibida tiende a ser la mejor posible; es decir, la más simple, completa y simétrica.
Ley de simplicidad: organizamos espontáneamente los datos sensoriales de tal modo que tendemos a percibir la figura resultante lo más simple posible.
Ley de contraste: la percepción del tamaño de un elemento puede estar influida por la relación de este elemento con los demás elementos del conjunto en que se halla incluido.
Ley de proximidad: En igualdad de condiciones los elementos más próximos son percibidos como formando figuras.
Ley de identidad: cuando existen elementos de distintas clases, los de igual clase son percibidos como formando figura.
Ley de continuidad. En igualdad de circunstancias, como siempre, tendemos a percibir como formando figura los elementos que conservan una cierta continuidad.
Ley de totalidad: las líneas que circundan una superficie son más fácilmente percibidas como formando figura de aquellas que se cierran.
También el lenguaje configura de alguna manera las fuentes de percepción. Por el lenguaje manejamos conceptos y símbolos que interfieren con los datos de la sensación, dándoles una orientación determinada, o haciendo resaltar unos u otros aspectos de la sensación. Así, los conceptos actúan como hipótesis posibles que han de ser comprobadas cada vez con más datos.
Por ejemplo, si percibimos de un modo un poco claro una forma azul y prismática de escasa altura, es fácil que tendamos a ver un libro, en cuanto tenemos un concepto formado de libro, al que parecen ajustarse los datos. Así el manejo de conceptos y símbolos orientan la percepción en un sentido, al igual que lo hacen las leyes de la forma.
Las percepciones tienden a sufrir un proceso de simplificación en la memoria, lo cual se puede traducir en una especie de olvido cualitativo. Las formas tienden a hacerse más genéricas, y se “idealizan”. Los recuerdos tienden a asimilarse con objetos que guardan alguna semejanza.