Literatura española de posguerra: contexto, autores y tendencias

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Literatura española de posguerra

Introducción

La Guerra Civil española (1936-1939) marcó una profunda ruptura en la evolución de la cultura española con relación al resto de Europa. Este periodo bélico trajo consigo consecuencias que impactaron directamente en la producción literaria:

  • Aislamiento político y cultural de España: El régimen franquista impuso un férreo control sobre la cultura, limitando el intercambio con otros países.
  • Falta de modelos estéticos: La Guerra Civil dispersó a la Generación del 27, un grupo de brillantes escritores que habían revitalizado la literatura española en las décadas anteriores.
  • Escasa producción literaria nacional: La censura y la represión dificultaron la creación literaria, y muchos autores se vieron obligados a exiliarse o a silenciar sus voces.
  • Aparición de una literatura “escapista”: Ante la dura realidad, surgió una corriente literaria que buscaba evadirse de los problemas sociales y políticos, centrándose en temas fantásticos o históricos.

Literatura en el exilio

Los escritores que se exiliaron tras la Guerra Civil continuaron su labor creativa fuera de España. El tema más recurrente en sus obras fue la nostalgia de España y la desazón por la derrota republicana.

  • Narrativa: Destacan autores como Ramón J. Sender (Réquiem por un campesino español), Max Aub, Rosa Chacel y Francisco Ayala.
  • Lírica: Además de los poetas del 27 que siguieron creando en el exilio, como Pedro Salinas o Jorge Guillén, emerge la figura de León Felipe, con su poesía desgarrada y existencial.
  • Teatro: La figura más destacada es Alejandro Casona, autor de obras como La dama del alba, que combinan elementos poéticos y fantásticos con una reflexión sobre la condición humana.

Narrativa española de posguerra

Tras la Guerra Civil, se rompe con la tendencia vanguardista que había dominado la literatura española en las décadas anteriores. Sin embargo, se puede observar un enlace entre los nuevos narradores y el Realismo del siglo XIX. En la narrativa de posguerra se distinguen dos etapas principales:

Años 40: El realismo tremendista

En esta década conviven diversas tendencias narrativas:

  • Narrativa de evasión: Obras que buscan evadirse de la realidad a través de la fantasía o la recreación histórica.
  • Novelas que ensalzan a los vencedores: Obras que exaltan los valores del bando franquista y justifican la Guerra Civil.
  • Novelas existencialistas: Reflejan la angustia y la desorientación del ser humano en un mundo caótico. Destaca Nada, de Carmen Laforet.
  • Tremendismo: Corriente inaugurada con La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela. Se caracteriza por una visión naturalista y descarnada de la realidad, con un profundo pesimismo y una descripción minuciosa de la violencia y la miseria.

Años 50: El realismo social

A partir de los años 50, algunos narradores se comprometen con la realidad social y buscan, a través de sus obras, generar una conciencia crítica y promover un cambio social. Para burlar la censura, utilizan un lenguaje más simbólico y se centran en la descripción de la vida cotidiana de las clases populares.

  • Autores más relevantes: Camilo José Cela (La Colmena), Miguel Delibes (El camino), Ana María Matute (Fiesta al noroeste), Rafael Sánchez Ferlosio (El Jarama), Carmen Martín Gaite (Entre visillos), José Manuel Caballero Bonald (Dos días de setiembre), etc.

Poesía de posguerra: Los cuarenta

En la poesía de la posguerra también se pueden distinguir diferentes corrientes:

  • Poesía del exilio: Continúa la labor de poetas como Juan Ramón Jiménez, Rafael Alberti y Luis Cernuda, que reflexionan sobre el exilio y la pérdida de la patria.
  • Poesía prohibida: La obra de Miguel Hernández, encarcelado y fallecido durante la Guerra Civil, se convierte en un símbolo de la resistencia y la lucha por la libertad.
  • Revistas poéticas: Surgen dos revistas que representan las dos Españas enfrentadas:
    • Garcilaso: La revista de los vencedores. Promueve una poesía desligada de la realidad, de inspiración clásica y renacentista. Destacan poetas como Dionisio Ridruejo y Leopoldo Panero.
    • Espadaña: La revista de los perdedores. Refleja el existencialismo y la preocupación por la realidad social. Destacan poetas como Blas de Otero y Gabriel Celaya.

Poesía de posguerra: Los cincuenta

En la década de los 50 surge la revista Cántico, que promueve una poesía intimista y centrada en el amor. Destacan poetas como Ricardo Molina y Pablo García Baena.

Paralelamente, la poesía social, que había sido silenciada en la década anterior, comienza a abrirse paso. A los nombres de Celaya y Otero se suman los de José Hierro y Ángel González, que denuncian las injusticias sociales y la falta de libertad.

Teatro de posguerra

En el teatro de posguerra se pueden distinguir tres tendencias principales:

a. Teatro triunfante

  • Comedia burguesa: Sigue el modelo de Jacinto Benavente, presentando los problemas cotidianos de la clase media, que se resuelven felizmente al final de la obra.
  • Teatro histórico: Exalta las virtudes de España y su pasado glorioso.
  • Teatro humorístico: Obras de autores como Jardiel Poncela (Eloísa está debajo de un almendro), Miguel Mihura (Maribel y la extraña familia) y Alfonso Paso (Usted puede ser un asesino), que buscan entretener al público con situaciones absurdas y diálogos ingeniosos.

b. Teatro comprometido

A finales de los 40, el estreno de Historia de una escalera, de Antonio Buero Vallejo, marca un punto de inflexión en el teatro español. Buero Vallejo introduce temas como la frustración, la alienación y la falta de comunicación en la sociedad española de la época.

Junto a Buero Vallejo, destaca la figura de Alfonso Sastre, máximo exponente del teatro comprometido. Sus obras, como Escuadra hacia la muerte, denuncian la violencia y la injusticia, y tuvieron que enfrentarse a la censura.

c. Teatro de denuncia y protesta

En los años 50, surgen autores que siguen la línea de Buero Vallejo y Sastre, denunciando las injusticias sociales, la explotación y la marginación. Su lenguaje es a menudo violento y crítico, lo que dificulta el estreno de sus obras.

Destacan autores como Lauro Olmo (La camisa), José Martín Recuerda (Las salvajes en Puente San Gil) y Fernando Arrabal, con su “teatro pánico”.

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