Literatura gallega contemporánea: Del siglo XX al XXI
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La (re)evolución literaria gallega
En el panorama literario gallego de finales del siglo XX y principios del XXI, se distinguen diferentes grupos y tendencias que reflejan la evolución de la sociedad y la cultura gallegas.
La estela de la posmodernidad
Un tercer grupo lo conforma la escritura posmoderna, con experiencias como la Bravú, una etiqueta con la que se autodefinen para marcar una expresión sin complejos. Su intención es hablar de las nuevas problemáticas de la juventud de la época, en entornos rurales y urbanos que ya comienzan a compartir situaciones como el paro, la objeción al servicio militar o el interés por el rock (Xurxo Souto, Antón Reixa). También encontramos escrituras alternativas, en unas claves menos evidentes, como las de Estevo Creus o Antón Lopo.
Siglo XXI: Nuevas voces, nuevas perspectivas
Hasta nuestros días conviven generaciones que presentaron obra ya en los años sesenta (Méndez Ferrín), setenta (V. Vaqueiro o A. Pexegueiro), con todos los poetas de los ochenta y los noventa. Con el nuevo siglo aparecen, además, nuevas voces que tienen en común la superación de la posmodernidad al no admitir mitos ni discursos canónicos. En las nuevas voces detectamos experiencias diversas como la poesía intimista de Berta Davila, las nuevas voces de Antía Otero y Xiana Arias, la crítica social de Daniel Salgado o la escrita de Gonzalo Hermo.
La prosa de finales del siglo XX y comienzos del XXI
Temas y autores de los 80 y los 90. Prosistas y tendencias actuales más relevantes
En los inicios de la Transición también es cuando se datan los primeros cambios en el ámbito de la narrativa en gallego. La democracia le otorga a la Administración un papel de promoción de la cultura y de difusión de la literatura gallega. La incorporación del gallego a la enseñanza favorecerá la aparición de nuevos géneros y de textos orientados al público infantojuvenil, que pasarán a ser muy relevantes en el sistema editorial y en la formación de una masa social lectora. Así, el interés por el libro gallego se incrementa en la sociedad y las autoras/es pueden ejercer la escritura en un ambiente de mayor libertad. Se convocan premios literarios y aparecen nuevos estudios críticos literarios vinculados a la universidad. Al mismo tiempo, se constata una tendencia hacia la profesionalización del escritor/a.
Hitos de la narrativa gallega
En 1976, al igual que en la poesía, datamos dos obras que hablan de memoria histórica y que definen una nueva etapa. Estas dos novelas son Xoguetes para un tempo prohibido de Carlos Casares y Dos anxos e dos mortos de A. Rei Ballesteros. La apuesta por la renovación estilística se acompaña de una reivindicación de una nueva época que se va a narrar.
Los años 80 vienen de la mano de los premios literarios y de las nuevas casas editoras. Aquí señalamos la aparición del Premio Blanco Amor de novela larga, que dará frutos tan distintos como O triángulo inscrito na circunferencia de Víctor Freixanes o Xa vai o grifón no vento de Alfredo Conde. Existe una apuesta institucionalizadora por apoyar la novela de gran formato, con muy poca presencia aún en el campo literario gallego.
Buena parte de los cambios en la narrativa obedecen a un intento normalizador, procurando un espacio literario acorde a los nuevos tiempos, y también a la configuración de un lector/a que viene formado en el gallego escrito en el nuevo espacio escolar y que ya demanda textos en gallego. Es así como se entiende el primer premio Xerais de novela, Crime en Compostela de Carlos Reigosa. No existía aún una novela negra ni de quiosco y en este momento precisan de ella. O lo mismo podemos decir de apuestas de este final de la década de los ochenta con productos como Galván en Saor de Darío X. Cabana, que mezcla narrativa fantástica y temática medieval, y que se convertirá en lectura obligatoria en la enseñanza secundaria durante muchos años.
Además de este camino normalizador o institucionalizador también encontramos pasos en otra dirección, como Polaroid de Suso de Toro, que introduce la narrativa experimental en el campo. Se trata de un texto fragmentario dirigido a un lector de textos más complejos.
En los años 90, llegados ya al último tramo del siglo XX, observamos cómo la convivencia de varias generaciones da pie a nuevas aportaciones como la literatura bravú, que reivindica lo rural y que viene ligada a productos televisivos como el Xabarín Club.