Maestros del Renacimiento Italiano: Escultura y Pintura en su Máximo Esplendor

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El Renacimiento Italiano: Escultura

Educado en torno al "jardín de los Médicis", las primeras obras de Miguel Ángel poseen un marcado estilo donatelliano, como en la Madonna della Scala y la Batalla entre Centauros y Lapitas (Galería Buonarroti, Florencia). Tras la caída de los Médicis, se traslada a Bolonia, donde trabaja con J. della Quercia. De esta etapa es el Ángel con el Candelabro. En 1495, llega a Roma, donde ejecuta inicialmente La Piedad (San Pedro del Vaticano). En 1503, por encargo, realiza el David (Florencia), de 5 metros de altura, con una profunda expresión del movimiento y de la tensión emocional de la acción. En 1506, se descubre en las Termas de Tito (Roma) el conjunto del Laoconte, que influye decisivamente en su obra, abriendo su período de madurez con la obra inacabada del Monumento sepulcral de Julio II. De este proyecto realizó algunas partes, como Los esclavos de Florencia y el Louvre, y la enérgica escultura de Moisés (Iglesia de San Pietro in Vincoli, Roma), una de sus obras maestras.

Miguel Ángel: Madurez y Última Etapa

Entre 1520 y 1534, realiza los dos monumentos funerarios de Juliano y Lorenzo de Médicis (San Lorenzo, Florencia), con forma piramidal, con un nicho donde sitúa las estatuas de Juliano y Lorenzo, bajo las cuales realiza representaciones alegóricas (en el de Juliano, el Día y la Noche; y en el de Lorenzo, la Aurora y el Crepúsculo) en actitudes inestables. Contemporánea a los sepulcros es la Madonna con el Niño, que abre su última etapa, donde sus características se acentúan, primando el movimiento y la expresión a la masa, preludiando la posterior escultura barroca. Obras de esta época son dos importantes “piedades”, la Piedad Rondanini (Milán) y la Piedad de Palestrina (Florencia).

Otros Escultores Destacados

Entre el conjunto de escultores de este mismo período y que siguen de alguna forma la escuela creada por Miguel Ángel, hay que destacar a Benvenuto Cellini (1500-1571), cuyas representaciones tienen un carácter apasionado, reflejo de su propia vida. Sus obras más importantes son el Salero de Francisco I (Viena) y el Perseo (Loggia dei Lanzi), que sitúa sobre un rico pedestal de mármol muy ornamentado, con nichos con estatuas de bronce y relieves que representan la Liberación de Andrómeda por Perseo. También es destacable Juan de Bolonia (1529-1608), autor claramente manierista, cuyas obras más características son el Rapto de las Sabinas y el Mercurio.

El Renacimiento Italiano: Pintura

Como ocurre en el resto de las disciplinas, el nuevo centro artístico es Roma, donde la pintura del Alto Renacimiento busca la simplificación, abandonando el detallismo del Quattrocento, unificando el tema, generalmente de grandes proporciones, por la eliminación de las escenas secundarias. Se busca, fundamentalmente, una belleza formal, la perfección clásica. Los pequeños detalles se suprimen dando paso a obras de tema unitario, que abarca toda la superficie pintada.

Los Grandes Maestros del Cinquecento

Los grandes artistas de este período son Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Rafael y Correggio, que sintetizan los logros cuatrocentistas en la característica fundamental del Cinquecento: la perfección formal. En el último tercio del siglo XVI se abandona el manierismo para desarrollar el eclecticismo, que consiste en la fusión de elementos de diversas tendencias, buscando la belleza por la belleza misma, sin preocupación por el contenido psicológico de las obras. Este movimiento sirve de transición al Barroco.

Leonardo da Vinci: Un Genio Polifacético

Leonardo da Vinci (Florencia, 1452-1519). A los diez años estudia en el taller de Verrocchio; a los 20 entra en el gremio de pintores. A los 30 trabaja en Milán para Ludovico el Moro; en 1499 vuelve a Vinci y Florencia, viajando después por Italia. A los 50 entra al servicio de César Borgia, trabajando después para el rey de Francia, lugar donde muere. Fue un artista polifacético, típico hombre del Renacimiento.

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