Manejo de la Ansiedad y Signos Vitales en Emergencias: Estrategias para Socorristas
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Manejo de la Ansiedad y Evaluación de Signos Vitales en Situaciones de Emergencia
La Ansiedad en Situaciones Críticas: Impacto y Abordaje
La ansiedad o inquietud de los participantes en un accidente o enfermedad repentina es una respuesta natural ante lo inesperado. La persona se enfrenta a una situación de lesión corporal y, en ocasiones, a daños materiales. A la inquietud inicial se añade el dolor y la preocupación por su vida y la posible no recuperación de la integridad física. La ansiedad puede manifestarse como miedo e incapacidad para reaccionar, afectando la capacidad de decisión. Es crucial procurar tranquilizar a la persona antes de solicitar su consentimiento para cualquier intervención.
Estas situaciones desencadenan respuestas psicológicas, emocionales y sociales, percibidas como una grave amenaza para la salud y el bienestar de todos los implicados. La respuesta se manifiesta como una crisis o estado temporal de trastorno y desorganización, generando estrés. La persona puede sentirse incapaz de manejarse emocional y cognitivamente, ya que sus recursos de adaptación y mecanismos habituales no funcionan adecuadamente. Experimenta un desequilibrio o descompensación que puede provocar tensión y ansiedad.
El apoyo psicológico inmediato es fundamental para aliviar al herido y favorecer su recuperación física y emocional. Este apoyo no solo se dirige al afectado, sino también a otros implicados, incluyendo socorristas y profesionales asistenciales, quienes también pueden estar asustados y angustiados, dificultando incluso la recepción de indicaciones. El socorrista, ante la sorpresa y la dificultad, debe recordar lo aprendido para actuar con confianza.
Evaluación de Signos Vitales
Respiración
La respiración es la función mediante la cual el organismo introduce aire (oxígeno) en los pulmones (inspiración) y elimina dióxido de carbono (espiración). Durante la inspiración, el tórax se expande, lo que permite contar las respiraciones por minuto. La respiración implica un intercambio de gases con el medio ambiente.
Conceptos clave:
- Ventilar: Proceso de entrada y salida de aire de los pulmones.
- Hiperventilar: Respiración rápida y profunda.
- Eupnea: Respiración normal.
Características de la respiración:
- Frecuencia: Número de respiraciones por minuto (r/min).
- Ritmo: Regularidad de la respiración.
- Profundidad: Volumen de aire inspirado (aproximadamente 500 c.c.).
- Simetría: Similitud entre el trabajo de ambos pulmones.
Alteraciones frecuentes:
- Apnea: Ausencia de respiración.
- Taquipnea: Respiración rápida.
- Bradipnea: Respiración lenta.
- Disnea: Dificultad para respirar.
- Respiración irregular, asimétrica o dolorosa.
Protocolo de medición: No se debe informar al paciente que se va a observar su respiración. Se toma su muñeca y se observa el ascenso y descenso del tórax y/o abdomen. Si la respiración es irregular, se puede doblar el brazo del paciente. Al medir, se debe comprobar la caja torácica, y ver, oír y sentir el paso del aire.
Temperatura
La temperatura es el grado de calor que tiene el cuerpo, resultante del equilibrio entre el calor generado por los mecanismos de producción (actividad muscular, metabolismo, etc.) y el calor perdido por el organismo.
Alteraciones frecuentes:
- Hipertermia, fiebre o pirexia: Aumento de la temperatura por encima de los valores normales. Se clasifica en:
- Febrícula: 37.1 a 37.9 °C
- Fiebre ligera: 38 a 38.4 °C
- Fiebre moderada: 38.5 a 39.4 °C
- Fiebre alta: 39.5 a 40.4 °C
- Fiebre muy alta: Más de 40.5 °C (emergencia, puede afectar el sistema nervioso central).
- Hipotermia: Temperatura corporal peligrosamente baja (por debajo de 35 °C, emergencia por debajo de 32 °C).
El Triaje Simple
El triaje simple es un sistema de clasificación de heridos (o pacientes) que prioriza la atención según su estado de salud. Se utiliza para evaluar las prioridades de actuación mediante procedimientos rápidos y repetitivos.
Plazo de tratamiento: El objetivo principal es salvar la vida y conservar la función frente a defectos, priorizando amenazas como la asfixia, la hemorragia y el shock. Los pacientes críticos requieren reanimación inmediata. Aquellos con lesiones leves o mortales pueden no recibir asistencia inmediata.