Manifestaciones Artísticas del Paleolítico: Rupestre, Mobiliar y Megalítico
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El Arte de los Cazadores-Recolectores
Las primeras manifestaciones artísticas del hombre prehistórico se sitúan en el Paleolítico Superior, en torno al 30.000 a.C. La vida del hombre se caracterizó por su continua lucha contra un medio hostil, del que dependía pero que no controlaba, con un clima muy frío, obligado a continuos desplazamientos por su economía depredadora y totalmente indefenso ante las enfermedades que provocaban una altísima mortalidad.
En el arte prehistórico podemos distinguir dos tipos de manifestaciones artísticas:
- Arte rupestre o parietal: pintura, grabado, relieve, cuyo soporte es la roca, bien en el exterior o en el interior de una caverna.
- Arte mobiliar: transportable, exento y de pequeño tamaño (estatuillas, placas, bastones y utensilios diversos) realizado en diferentes materiales, generalmente piedra, hueso, asta o marfil.
Las Pinturas Rupestres del Paleolítico
Las pinturas paleolíticas no se realizaron en espacios abiertos o accesibles ni en lugares de paso. La mayoría de ellas están situadas en las zonas más profundas y recónditas de las cuevas (sobre el techo o las paredes), sin luz natural, alejadas del lugar donde vivían, cuyo desarrollo y significado todavía se desconocen.
Las técnicas utilizadas fueron el grabado y la pintura. Primero se realizaba el contorno con pedernal y luego se rellenaba con pintura. Los colores eran rojo, ocre, negro y amarillo. Los temas eran simbólicos y mágicos, y aparecen dispuestos de diferentes formas: agrupadas, completas, de animales. La mayoría de estos animales aparecen de perfil y, aunque son esencialmente representaciones de carácter naturalista y profundamente vividas, también utilizan perspectivas especiales para las astas y patas, o recursos para expresar el movimiento y la carrera.
El Arte Mobiliar Paleolítico
La mayoría de las veces se trata de pequeños objetos tallados de hueso, asta o marfil, generalmente de uso cotidiano, aunque también aparecen objetos que probablemente tuvieran un carácter simbólico. Destacan las Venus, esculturas realizadas en piedra de pequeño tamaño, exentas, de bulto redondo. Son representaciones femeninas (sexo, senos, caderas) y estos caracteres femeninos aparecen resaltados de forma excesiva y en profundo contraste con el escaso interés en el tratamiento de las piernas, los brazos y el carácter anónimo de la cabeza.
La Pintura Levantina
En la pintura levantina predomina la figura humana y el carácter narrativo. Se extiende por un amplio marco geográfico, constituyendo un magnífico y peculiar ejemplo de ellas las pinturas rupestres del Levante español. A diferencia del Paleolítico, realizan sus pinturas al aire libre, en abrigos rocosos situados en zonas altas, laderas o cabeceras de ríos, dominando el paisaje. Es monocroma, de figuras planas en rojo o negro, y resultan excepcionales por su viveza, su dinamismo y captación del movimiento.
Representan la caza, luchas tribales, cultos y danzas tribales y otras actividades como el vareo de árboles frutales o la recolección de la miel.
Las Construcciones Megalíticas
Gracias a las relaciones comerciales y posiblemente también a motivaciones de tipo religioso, el megalitismo alcanzó una rápida y amplia difusión por Europa Occidental y meridional. La arquitectura megalítica es una arquitectura de enormes dimensiones con grandes bloques de piedra. Se creaban estructuras básicas que darían lugar a un modo universal de construir, lo que llamamos arquitectura adintelada o arquitrabada, que caracterizó a arquitecturas tan importantes como la egipcia y la griega, y sigue siendo hoy día uno de los modos habituales de edificar.
La forma megalítica más sencilla es el monolito, que estaba anclado al suelo. Puede estar aislado o en grupo junto a otras piezas de la misma clase, en línea recta o formando alineaciones.