Medios de Enseñanza y Selección de Libros de Texto: Criterios y Clasificación
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Medios de Enseñanza: Clasificación y Criterios de Selección
Desde Cabero o Sevillano (ambos trabajos de 1990), se han realizado múltiples clasificaciones de medios, todas con criterios convincentes y discutibles al mismo tiempo.
Podemos defender una clasificación en la que predomine más la razón práctica que la academicista. Se entiende que ése es el criterio más interesante y próximo al docente, como instrumentador del currículo, o al estudiante de profesor, como aprendiz de dicha tarea.
Podemos exponer esta clasificación:
Clasificación de los Medios de Enseñanza
- Recursos o medios reales: Objetos que pueden servir de experiencia directa al alumno para poder acceder a ellos con facilidad. Siendo objeto de estudio en la escuela, pueden visitarse o experimentarse directamente. Los más comunes son:
- Plantas y animales
- Objetos de uso cotidiano
- Instalaciones urbanas, agrícolas, de servicios, etc.
- Todos aquellos objetos que acerquen la realidad al alumno
- Recursos o medios escolares: Los propios del centro, cuyo único destino es colaborar en los procesos de enseñanza:
- Laboratorios y aulas de informática
- Biblioteca, mediateca y hemeroteca
- Gimnasio y laboratorio de idiomas
- Globos terráqueos y pizarras
- Recursos o medios simbólicos: Pueden aproximar la realidad al estudiante. Dicha transmisión se hace por medio del material impreso o de las nuevas tecnologías.
- Como material impreso: textos, libros, fichas, cuadernos, mapas...
- Entre los que transmiten la realidad por medios tecnológicos incluimos los recursos que denominamos, en función del canal que utilizan, como: icónicos, sonoros, audiovisuales o interactivos.
Criterios para la Selección de Libros de Texto y Pedagogía
El equipo de profesores de ciclo deberá seleccionar los textos y preparar los materiales que mejor se adapten a su proyecto educativo, y elegir los que más se adecuen a los objetivos acordados. Las autoridades educativas, los centros de formación del profesorado y los propios centros de enseñanza deben facilitar criterios para su selección.
Dichos criterios deben fundamentarse en:
- Los principios que mantienen los proyectos educativos y curriculares de centro.
- Las propuestas de materias o áreas en niveles, ciclos o etapas.
- Las finalidades educativas o valores que estos proyectos sugieren.
- Los contenidos que se seleccionan o que se omiten, y su modo de secuenciación.
- Las funciones pedagógicas que permiten.
- El equilibrio entre texto y actividades, a favor de estas últimas.
- La capacidad de promover metodologías activas o colaborativas.
Si se estudian con detenimiento los textos usados en la enseñanza y sus modos de empleo, podremos acercarnos al estilo pedagógico de las clases, a la mentalidad didáctica de los profesores y a las metodologías que se usan en la enseñanza.
Sería recomendable plantear la actividad de la clase al margen de los libros. Pero trabajar significa mucho más que abandonar un libro: supone una nueva didáctica basada en el medio, centrada en las necesidades de los alumnos y en sus deseos de conocer, que han de ser correctamente despertados y pedagógicamente conducidos.
Hay que rechazar la utilización de los libros de texto como fuente única de información. El texto único está en contra de todo principio de pedagogía activa y de educación progresista. Hay que disponer de material de clase, de la biblioteca del aula y de las nuevas tecnologías, que muchas veces pueden cumplir con igual o mayor eficacia que el libro, la labor mediadora que se nos encarga a los docentes.
Y, ante todo, prima la realidad. No debemos poner “intermediarios” cuando no se necesiten.