Las Meninas de Velázquez: Un Estudio Detallado de la Obra Maestra
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Las Meninas de Velázquez: Un Estudio Detallado
En esta obra, que corresponde al período final de la pintura de Velázquez, el pintor no repasa una y otra vez los colores superponiendo capas sobre capas, como hicieran los pintores flamencos, sino que definía con unas pocas pinceladas lo que quería expresar. El cuadro es el hito de lo que algunos han llamado “pintura tonal”. Si Velázquez hubiese elegido colores más vivos y brillantes, no hubiese resultado un cuadro igualmente verosímil. Al mismo tiempo, al colocar los colores sujetos a una tonalidad general, aborda un problema no menos complejo: la iluminación dentro del cuadro.
La escena tiene lugar en una estancia del Palacio, iluminada por la derecha y con cuadros que forran las paredes. Al fondo se abre una puerta por donde entra la luz. El autor domina con perfección la perspectiva aérea, la pincelada suelta que proporciona una mayor sensación de realidad. En la obra aparece en el centro la infanta Margarita, hija de Felipe IV y Mariana de Austria, quienes están reflejados en el espejo del fondo. La infanta recibe la atención de sus dos Meninas. En segundo plano se encuentra Dª Marcela de Ulloa, encargada del servicio de las damas de la reina. Al fondo, el mayordomo del Palacio. La zona derecha la ocupa un enorme lienzo y, ante él, el propio pintor. Los personajes más próximos a nosotros son dos bufones de la corte y un mastín.
En esta obra, Velázquez supera el propio tema del retrato de los personajes representados, para darnos una nueva interpretación de la pintura al presentar lo acontecido “al otro lado del cuadro”, ya que las figuras ocupan el lugar del pintor y observan a los reyes –reflejados en el espejo. Las composiciones de Velázquez no poseen movimiento.
Características Técnicas
Por las características que acabamos de analizar, podemos establecer que se trata de una pintura al óleo sobre lienzo, y que recibe el nombre de Las Meninas.
Función y Significado
Inicialmente, este lienzo constaba en los inventarios de palacio como “El cuadro de la familia”. Una vez finalizado, el cuadro fue colgado en el despacho de verano de Felipe IV, un lugar al que sólo el rey tenía acceso. La lucha artística de Velázquez consistió en hacer del “retrato” un método pictórico que no encontrara límites, que abarcara lo retratable y lo no retratable.
Velázquez era muy consciente del artificio de su profesión, la de creador de imágenes de una nueva realidad que se basaba en la apariencia de las manchas, de la luz y el color, y que podía disolverse –cuando el espectador se acercara- y demostrar que lo que se tenía delante era la verdad del artista, no la verdad de la naturaleza. Por ello tuvo que plantearse una reflexión sobre lo que era realidad y ficción pictórica.
Antecedentes y Consecuentes
En este cuadro, tanto la posición en primer plano del perro, como el recurso del espejo en el fondo, han sido comparados con el “Matrimonio Arnolfini” de Van Eyck. A partir del siglo XIX, la pintura de Velázquez se convirtió en fuente de inspiración de los impresionistas, concretamente Manet. En España, Goya se inspiró en Las Meninas para pintar La familia de Carlos IV. En el siglo XX, su obra ha sido motivo de reflexión y reinterpretación por artistas como Bacon, Picasso y El Equipo Crónica.