La Metáfora Paterna en la Teoría de Lacan: Estructura y Función Simbólica

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La Metáfora Paterna: Una Perspectiva Lacaniana

Lacan retoma la teoría de Freud sobre el complejo de Edipo, pero la traslada del plano imaginario al simbólico. Para Lacan, el complejo de Edipo es una metáfora donde se sitúan los articuladores simbólicos que constituyen al sujeto en relación a su estructura y posición sexuada. Estos aspectos dependen de cómo se articule la metáfora paterna y la función del nombre del padre.

Lacan se distancia de los personajes concretos para centrarse en la estructura y sus funciones simbólicas. Es crucial entender que la metáfora opera, pero nunca de manera completa, ya que ningún padre puede cumplir su función de forma absoluta.

Términos Clave en la Metáfora Paterna

En la metáfora paterna intervienen cuatro términos fundamentales:

  • Niño
  • Nombre del Padre
  • Deseo de la Madre
  • Falo

El Falo en los Tres Registros

Es importante distinguir el falo en sus tres registros:

  • Simbólico: El falo es un significante de la falta, representando el deseo del Otro, específicamente el deseo de la madre. La falta solo existe en el ámbito simbólico.
  • Imaginario: El falo es un significado, una ilusión donde se proyecta la idea de que "si tuviese x cosa sería feliz".
  • Real: En lo real, no existe la falta.

El falo, como significante, permite inscribir la falta y la diferencia. El acceso al falo se da en el lugar del Otro, por lo que es esencial reconocer el deseo del Otro como tal, el Otro barrado.

El Nombre del Padre y la Ley

El nombre del padre es un significante que ubica la función paterna en lo simbólico, no refiriéndose al padre biológico, sino a quien cumple esa función. Este significante ordena el deseo e instaura la ley y la falta.

La Operación de la Metáfora Paterna

La metáfora paterna implica una operación simbólica: la sustitución del DESEO DE LA MADRE por el significante del NOMBRE DEL PADRE. Ante las ausencias de la madre, el niño se pregunta qué es lo que ella desea. El niño busca ser lo que ella quiere, pero percibe que ella desea algo más, algo que se relaciona con el falo.

Es crucial que la madre no se complete en su hijo, es decir, que no lo convierta en su falo. Si esto ocurre, el niño no podrá identificar el deseo en ella ni en sí mismo. El niño busca constantemente ser el falo de la madre, pero el nombre del padre ingresa metafóricamente, tomando posesión del objeto de deseo de la madre, representado por el falo.

Consecuencias de la Metáfora Paterna

La metáfora paterna nos enfrenta a la falta, permitiéndonos reconocer al otro como barrado y, por ende, reconocernos a nosotros mismos como sujetos faltantes. Esto posibilita la lógica del deseo, que obedece a la lógica del nombre del padre. Este último explica que la madre no se completa con el niño y que el niño no puede completar a la madre.

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