Metecos, Periecos y Esclavos: La Estructura Social de las Ciudades Griegas

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La Estructura Social de las Ciudades Griegas: Metecos, Periecos y Esclavos

Metecos: Los Extranjeros en la Antigua Grecia

La mayoría de las ciudades griegas se valía de una serie de tribus que, originariamente, eran la agrupación de varias familias relacionadas. La percepción de los impuestos se repartía de forma equitativa para que la carga se distribuyera proporcionalmente entre los ricos, dejando exentos a quienes menos tenían. Esto se hacía con el sistema de liturgias y con la eisfora.

El cuerpo de ciudadanos constituía una minoría privilegiada. Muchas ciudades admitían como ciudadanos a extranjeros que se establecían permanentemente para desarrollar cualquier actividad. Estos extranjeros fueron tan importantes que muchas ciudades les establecieron estatutos especiales. Fueron llamados metecos, "cohabitantes". Esparta nunca autorizó a los extranjeros a residir en su suelo. Las democracias abrieron sus puertas a los extranjeros en excelentes condiciones.

Una vez presentados y censados, podían ejercer sus oficios y disfrutar de derechos, excepto los políticos. No tenían acceso a las magistraturas ni a casarse con una ateniense. Participaban en liturgias, como la coregía. Desde el siglo VI a.C., la integración fue total. La ciudad los distinguía con recompensas, desde elogios hasta el derecho de propiedad inmueble y a la ciudadanía. Ellos fueron generosos ayudando al estado con dinero, créditos y sangre como muestra de fidelidad.

Periecos: Comunidades Autónomas en la Periferia

Los periecos constituían un grupo especial de no ciudadanos dentro de algunas polis. Estas poblaciones existían en lugares como Esparta. Constituían comunidades instaladas en las zonas periféricas de Laconia. No eran ciudadanos, aunque tenían autonomía administrativa y política propia. Residían en pequeñas villas y aldeas y podían dedicarse libremente a los trabajos agrícolas, artesanales y al comercio, lo que les permitía adquirir riquezas. Estas sociedades no pagaban impuestos, pero tenían la obligación de servir en el ejército espartano.

Esclavos: La Base de la Sociedad Griega

La condición de esclavo era la misma, excepto para los ilotas espartanos. La esclavitud era admitida por todos. Utilizar su fuerza corporal era el mejor servicio que de ellos podía obtenerse. En los registros eran inventariados como objetos. La guerra era la fuente principal de su suministro: prisioneros hechos durante las operaciones militares, mujeres y niños. Una parte de estos fue rescatada por compra de familiares.

En las grandes ciudades, los esclavos eran indígenas capturados o gente nacida ya en esa condición. Su destino no era el mismo: las mujeres permanecían en las casas y hacían tareas domésticas, algunas trabajaban en el campo ayudando a su dueño, otros recibían el encargo de administrar una tienda. Otro sector trabajaba en la producción artesanal. El peor destino era el de los llevados a las canteras y minas.

El futuro del esclavo dependía de su amo. El siervo carecía de personalidad; el dinero que consiguiera debía pasar a su dueño. En la práctica, el trato dado a los esclavos procuró suavizarse para evitar prácticas de deserción, como por interés general de la sociedad. Las costumbres atenienses introdujeron algunas medidas protectoras que defendían a los sirvientes de la violencia excesiva. Se les trató como a criados, con familiaridad. Algunos conseguían la manumisión gracias a sus dueños o por autorescate. En todas las ciudades existía una cifra de esclavos que eran propiedad del estado y sus funciones eran de obrero y de funciones públicas.

Los Ilotas: Un Caso Especial de Esclavitud

Los ilotas eran otro grupo de la población espartana. Su labor era la de ser esclavos de las tierras de los ciudadanos espartanos. Cuando un ciudadano heredaba una tierra, también heredaba los ilotas adscritos a ese terreno.

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