Miguel Hernández: Poesía, Compromiso y Guerra en la España del Siglo XX
Clasificado en Lengua y literatura
Escrito el en español con un tamaño de 4,19 KB
M.H. viajó varias veces a Madrid. Su primera vez (1933) resultó un fracaso, pero su segunda visita supondrá el comienzo de una nueva etapa: se introduce en la intelectualidad madrileña. En 1935 escribe El rayo que no cesa, conocerá a Vicente Aleixandre, colabora con Pablo Neruda y se incorpora a las Misiones Pedagógicas.
Las Misiones eran un proyecto educativo español que había comenzado en 1931, inspirado en la filosofía de la Institución Libre de Enseñanza y cuyo fin era “difundir la cultura general a las zonas con altos índices de analfabetismo”.
El estallido de la Guerra Civil en 1936 obliga a M.H. a dar el paso al compromiso político. Su respuesta fue defender la República, ocupó varios cargos importantes y publicó poemas significativos en el semanario Al Ataque. En 1937 viajó a Orihuela para casarse civilmente con Josefina Manresa. De vuelta en Andalucía, dirigió el periódico Frente Sur.
M.H. comprende el poder transformador de la palabra y su posible función social y política. Fruto de esta necesidad de compromiso será Viento del pueblo, donde la concepción de la poesía como "arma" implica que lo lírico cede paso a lo épico: el poeta asume una función profética. Se articula en tres tonos diferentes:
- La exaltación (heroica a los hombres que luchan por la justicia y la libertad).
- La lamentación (por las víctimas de los opresores).
- La imprecación (a los enemigos, opresores y explotadores).
En Viento del pueblo, la voz hímnica domina gran parte de sus poemas, en los que hay un generoso entusiasmo combativo que lleva a mitificar a los protagonistas poemáticos (jornaleros, poetas, combatientes, campesinos…). En Vientos del pueblo (215-217) se identifica con una colectividad (el pueblo español). El poeta se convierte en intérprete de las desdichas del pueblo, no solo se siente el ruiseñor de las desdichas de los oprimidos, sino que lleva su compromiso a las trincheras.
El amor y el vientre poblado de amor y sementera de la esposa son el sustento del poeta-esposo-soldado. M.H. entiende la guerra como una defensa inevitable que acabará pronto y le permitirá despojarse de la piel del soldado. En los poemas más sociales ("Niño Yuntero", "Aceituneros") el tono de lamento sirve para expresar la identificación íntima, solidaria, con los protagonistas, víctimas de la explotación. Frente a la exaltación del heroísmo de los que luchan por la libertad, el tono de imprecación implicará denigrar e insultar a los cobardes. Este radical contraste entre la exaltación del pueblo y la imprecación del tirano aparece dramáticamente articulado en "Las Manos".
El poeta sufre una depresión. El hombre acecha (poemario de 19 composiciones), escrito entre 1937 y octubre de 1938, momento en que muere su primer hijo sin haber cumplido un año. El hombre acecha es un poemario orgánico, con una esmerada razón compositiva, en el que se va agravando la exaltación de héroes y se va encendiendo el lamento por las víctimas. Los títulos de ambos poemarios nos dan la clave: "del pueblo", mucho más colectivo y solidario en su primera obra de guerra. Un tema clave de su segundo libro de guerra es España, un tema que arranca a M.H. poemas impresionantes en plena guerra como “Madre España”, y el símbolo de España será la tierra como madre primigenia.
En 1939, perdida la guerra, muerto su primer hijo, el poeta es detenido en la frontera portuguesa y conducido a Sevilla para ser encarcelado. Fue puesto en libertad meses después sin ser juzgado. M.H. entregó a su esposa un cuaderno manuscrito con poemas que había titulado Cancionero y Romancero de ausencias. El poeta es una víctima más, un vencido más. Y sus versos son ya los de un hombre herido que expresa su dolor: dolor por todas las ausencias que lo definen, la de la muerte (su primer hijo) y la de la cárcel (ausencia de la esposa y de su segundo hijo).
M.H. dejó en sus últimos versos de hombre vencido, con sabor a pueblo, unos versos de pacifismo en “Tristes guerras”. Son los versos de un hombre cuya empresa fue el amor y cuyas armas fueron palabras.