Los Milagros de Jesús: Signos del Reino de Dios y la Salvación

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Los Milagros de Jesús: Signos del Reino de Dios y la Salvación

Una parte importante en la aceptación que Jesús encontró fue por la abundancia de milagros que hacía. Jesús rodea su predicación del reino con muchas curaciones y expulsiones de demonios.

El Lenguaje de los Milagros

Los milagros son el lenguaje de Dios. La naturaleza habla de la gloria de Dios. Para los ojos despiertos, que no están nublados por la rutina, toda la creación es un canto de alabanza al Creador que pregona: Él nos ha hecho. La belleza del mundo es palabra hermosa que habla de Dios. Todo habla de Dios y de su esplendor de gloria. Pero el milagro tiene un lenguaje especial. Es el lenguaje privado de Dios. Sólo Él puede emitir una palabra que vaya más allá de los límites que ha querido establecer en la naturaleza. Los milagros hablan del amor omnipotente del Eterno. Y Dios habla en Jesús con tantos milagros que, al cabo de los tres años, casi se acostumbran a esa grandeza. Todos los milagros de Jesús son para el bien; nunca realiza ningún milagro para castigar o hacer caer fuego del cielo sobre los injustos o los malhechores. Los que los observan, ven el dedo de Dios que señala: mirad a mi Hijo. Los beneficiados se gozan. Los ciegos se llenan de alegría, al ver; los paralíticos saltan de gozo, y los leprosos estrenan nueva convivencia al quedar limpios.

El Significado del Dolor y la Sanación

Es significativa la cantidad de milagros destinada a sanar las enfermedades. El dolor es un efecto del pecado original. Cristo, al vencer al dolor, quiere demostrar que viene a vencer a su causa que es el pecado. No sana todas las enfermedades, sólo unas pocas, aunque sean cientos. Porque el dolor se va a convertir en instrumento del amor más grande. Gran misterio el del dolor; pero mayor aún el del amor que, en el dolor, no deja de querer. Jesús dará a conocer su mesianidad por medio de los milagros, pero cada milagro será un signo elocuente de lo que viene a traer al mundo: una felicidad nueva, traída por un amor generoso y fuerte, que llega de lo Alto.

Algunos Milagros Realizados por Jesús

Conozcamos los milagros que Jesús realizó:

  • La boda de Caná.
  • En Caná y Cafarnaúm realiza algunos milagros.
  • La primera pesca milagrosa.
  • El endemoniado en la sinagoga.
  • La suegra de Pedro.
  • La curación del paralítico.
  • Curación de dos ciegos y un endemoniado mudo.
  • La curación del leproso.
  • La curación del paralítico de la piscina de Siloé.
  • La tempestad calmada.
  • El endemoniado de Gerasa.
  • La hija de Jairo y la hemorroísa.
  • Primera multiplicación de los panes.
  • Otros milagros en la región de Tiro y Sidón.
  • El demonio mudo y la fe.
  • La curación del ciego de nacimiento.

El Significado Teológico de los Milagros

En cuanto a su significado teológico, los milagros son testimonios elocuentes a favor de la personalidad divina y la obra salvífica de Jesús; despliegue de la misericordia de Dios en favor de los hombres; medios de provocar y aumentar la fe; y signos eficaces de la salvación mesiánica, y de la llegada del Reino de Dios. Ya desde los primeros tiempos de la Iglesia se han presentado los milagros como pruebas de la divinidad de Jesucristo. Los milagros son como las credenciales dadas al Hijo por el Padre. No se debe interpretar esta dimensión apologética de una manera extrínseca o exterior. Los milagros no son extrínsecos a la Revelación de Jesús sino parte esencial de ella. Realizan, en efecto, aunque sólo incoativamente, la salvación que proclaman. Los milagros son así un anticipo de la salvación mesiánica, y signo exterior de la superabundancia interior de la gracia y la vida nueva traídas por Cristo.

La Resurrección de Cristo y su Relación con los Milagros

La Resurrección de Cristo guarda una estrecha relación con el resto de los milagros evangélicos, y ayuda a entender su naturaleza y su sentido. La Resurrección es el milagro decisivo, de cuya realidad no se puede dudar. La totalidad de la vida que la Resurrección de Cristo nos trae no puede ser captado experimentalmente, sino que nos la revela la palabra del mismo Jesús; pero el resurgir de Cristo después de la muerte y el retomar su cuerpo no es por eso menos un hecho: un hecho real, constatable y constatado de hecho por los discípulos, y no un resultado de la imaginación o del entusiasmo personal de los primeros cristianos.

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