Modelos Pedagógicos y su Influencia en la Educación: Tradicional, Aprendizaje y Formación

Modelos Pedagógicos: Tradicional, Centrado en el Aprendizaje y en la Formación

Un modelo pedagógico explica cómo se interrelacionan los tres polos de la tríada didáctica: docente, alumno y saber o conocimiento. Esto se da a través de los tres procesos implícitos en el acto educativo:

• Enseñar: prioriza el eje docente-saber.
• Aprender: prioriza el eje alumno-saber.
• Formar: prioriza el eje docente-alumno.

Lo más importante para que se dé una transformación es el saber.

Modelo Centrado en la Enseñanza

En este modelo, también conocido como modelo tradicional, la relación más importante es la del docente con el saber. La cultura se considera un patrimonio histórico cultural de la humanidad, que es preciso conservar y acentuar. Se le asigna una importancia fundamental a los contenidos y se cree que debe existir una secuencia lógica para la presentación y apropiación de los conocimientos. El docente se posiciona como el único poseedor del conocimiento, mientras que el estudiante se encuentra en una posición de no saber. Por lo tanto, se valoran los aprendizajes por recepción y se considera que primero está la teoría y después la práctica. Este modelo sigue estando presente en la actualidad.

Modelo Centrado en el Aprendizaje

Aquí, el énfasis está puesto en la relación alumno-saber. Lo más importante en una situación educativa es lo que se aprende. El alumno es el elemento activo, y el docente cumple el papel de facilitador. El aprendizaje es un proceso dinámico, pero no lineal, ya que es el alumno quien construye el conocimiento. Es necesario respetar los estilos y ritmos particulares de aprendizaje. Por lo tanto, la planificación pedagógica debe considerar los aspectos didácticos y psicosociales para facilitar la contextualización de los aprendizajes. Como el conocimiento es cambiante, lo importante es aprender a aprender. El trabajo se orienta en subgrupos, lo que da un poco más de movilidad. El saber no se cuestiona. Hay que tener conocimiento y saber cómo transmitirlo, es decir, qué estrategias y técnicas se deben implementar para una mejor enseñanza. Este modelo necesita de la psicología para desarrollarse, dado que es ella quien descubre que no todos aprenden todo y de igual manera.

Modelo Centrado en la Formación

Este modelo hace énfasis en la relación docente-alumno. Ambos poseen saberes, los cuales se consideran inacabados. Docente y alumno poseen conocimientos diferentes (saberes distintos y plurales). Se establece una dialogicidad, la cual implica dos partes y hace referencia a razón, verdad, palabra, conocimiento, etc. Este diálogo posibilita que haya discusión. La enseñanza y el aprendizaje se consideran necesarios para promover la formación de las personas. Nadie forma a nadie; el sujeto se forma a medida que va encontrando su propia forma. Nadie se forma solo. La formación tiene que ver con toda la persona, con lo intelectual y lo afectivo, con lo consciente y lo inconsciente. La formación se establece en base a las experiencias de cada persona, y hay múltiples factores que la determinan: familiares, institucionales, etc.

Corrientes Pedagógicas: Liberal y Progresista

Pedagogía Liberal

La pedagogía liberal apareció como justificación del sistema capitalista, que estableció una forma de organización social basada en la propiedad privada de los medios de producción, también denominada sociedad de clases. Es una manifestación de este tipo de sociedad. La pedagogía liberal sostiene la idea de que la escuela tiene por función preparar a los individuos para el desempeño de funciones sociales, de acuerdo con las aptitudes individuales. Para eso, los individuos necesitan aprender a adaptarse a los valores y normas vigentes en la sociedad de clases. La educación liberal se inició con la pedagogía tradicional. En este contexto, la pedagogía liberal se caracteriza por acentuar la educación humanística, en la que cada alumno es educado para llegar, por su propio esfuerzo, a su plena realización como persona. Los contenidos, los procedimientos didácticos y la relación docente-alumno no tienen relación con la cotidianidad del alumno y mucho menos con las realidades sociales.

Pedagogía Progresista

El término “progresista” se utiliza para designar tendencias que, partiendo de un análisis crítico de las realidades sociales, sustentan implícitamente las finalidades sociopolíticas de la educación. La pedagogía progresista no puede institucionalizarse en una sociedad capitalista; de ahí que ella sea un instrumento de lucha de los docentes junto con otras prácticas sociales.