Modernismo y Generación del 98: Características y Autores Clave
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Desde finales del siglo XIX, en las artes y en las letras, hay impulsos renovadores frente a las tendencias vigentes de la época. Al principio, se llamó modernistas a todos los escritores animados por esos impulsos, pero más tarde se reservó ese término a quienes se preocupaban por los valores estéticos y autores que consideraban a todos los lugares del mundo como su patria. Esto dio lugar a la Generación del 98, autores que profundizaban más en problemas humanos o críticas a la penosa realidad española.
En 1890, Rubén Darío y otros reciben el nombre de modernistas, influidos por el Parnasianismo de Francia, que busca la belleza de las formas, y el Simbolismo, que profundiza en el significado oculto de las cosas. Los modernistas tomaron del primero los temas exóticos y el gusto por el poema perfecto, y del simbolismo les influyó el arte de los símbolos y la musicalidad. A todo esto hay que añadir el interés por algunos poetas antiguos como Jorge Manrique, Arcipreste de Hita, Bécquer y Rosalía de Castro.
Temática del Modernismo
La temática del Modernismo trata sobre la expresión del mundo personal del poeta (intimismo) que se enfoca desde una perspectiva sensual, tristeza, romanticismo, melancolía, gusto otoñal y la proyección de intimidad dolorida del poeta en la naturaleza; y la recreación de mundos de belleza alejados de la realidad (escapismo) en el que explica la presencia en sus obras de lugares exóticos, paisajes bellos...
Estilo Modernista
En su estilo se produce una renovación del lenguaje poético que busca la brillantez y musicalidad y, por otro lado, lo delicado. Abundan los elementos sensoriales, léxico culto, imágenes sorprendentes, presencia de color...
Métrica Modernista
En la métrica se amplían los versos de formas estróficas sin abandonar el octosílabo o endecasílabo; el verso preferido es el alejandrino, pero también se utilizan el dodecasílabo o eneasílabo.
El Modernismo en la Poesía
El modernismo se manifestó en la poesía; su autor más destacado fue Rubén Darío. Su obra es la expresión de una personalidad compleja y contradictoria en la que se combinan un temperamento emocional e idealista, una visión alegre de la vida y pasión por la belleza.
Sus libros más destacados son Prosas profanas y Cantos de vida y esperanza. En España, Manuel Machado, con una originalidad que fue incorporada a su poesía de formas y motivos folclóricos andaluces, y Salvador Rueda, cuyo libro fue En tropel, el cual hizo de este autor un precursor del modernismo de nuestro país. También cabe destacar a Antonio Machado (Soledades) y a Juan Ramón Jiménez (La soledad sonora) y Ramón del Valle-Inclán (Aromas de leyenda) en una prosa modernista escribió sus cuatro Sonatas (otoño, estío, primavera, e invierno) que tratan de temas de amor y muerte.
La Generación del 98
Está formada por Unamuno, Azorín, Baroja, Machado y Valle-Inclán. Aunque existen diferencias de estilo entre ellos, todos comparten elementos comunes: las preocupaciones existenciales, el problema religioso o el tema de España. En el tema de España mezclaron sus obras de amor hacia España y el dolor que les causaba esa época, exaltaron una España eterna y espontánea, recorrieron las tierras y los paisajes españoles y formaron sus obras. Vieron en Castilla la médula de España y se sintieron atraídos por la historia. Unamuno denominó la intrahistoria (la vida de los hombres sin historia que con su labor han hecho posible la historia más profunda).
Preocupaciones Existenciales
Las preocupaciones existenciales fueron importantes en todos los autores y se expuso en un malestar vital; ellos mismos se interrogan sobre el sentido de la existencia, el tiempo o la muerte y el disgusto de vivir. Ligado a esto está el problema religioso; los autores profesaron la religión en su juventud, pero en esa actitud se mantendría Baroja toda su vida. Unamuno luchó por lo que dictaba su razón y una sed de dios, Azorín adoptó posturas católicas tradicionales.
Lengua Literaria
En la lengua literaria, los autores del 98 contribuyeron a la renovación literaria de principios de siglo.
En el ensayo destaca Unamuno (Andanzas y visiones españolas) y a Azorín (Castilla); en cuanto a la novela, Pío Baroja (El árbol de la ciencia), Unamuno (Niebla), Azorín (La voluntad) y Valle Inclán (Tirano banderas). En el teatro destacan Valle Inclán (Luces de bohemia), Antonio Machado (Soledades) y Miguel de Unamuno (Campos de castilla).