Modernización Económica de España en el Siglo XIX: Desafíos y Desequilibrios

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INTRODUCCIÓN:

El siglo XIX fue fundamental para el proceso de modernización económica de nuestro país. Sin embargo, esa transformación fue lenta y dificultosa, debido a lainestabilidad política, la escaseza de materias primas y de capitales, la falta deinnovaciones tecnológicas o la mentalidad conservadora de empresarios y gobernantes.

Junto a todo eso, hay que constatar que la modernización económica afectó desigualmente a las distintas regiones y zonas de España y también tuvo una incidencia desigual en los distintos sectores económicos, aspectos con los que están relacionados los presentes documentos.

ANÁLISE Y TRABAJO DE LOS DOCUMENTOS:

En el caso de España es evidente el contraste en el territorio  entre una periferia económicamente activa y un centro político y administrativo muy atrasado. Efectivamente,  los principales focos económicos, sobre todo desde el punto de vista industrial, tendieron a concentrarse en determinadas zonas, especialmente el País Vasco y Cataluña.

Recordemos que España, a pesar de empezar su industrialización en las primeras décadas del s. XIX, progresó muy lentamente en comparación con las principales potencias industriales, por lo que se habla por parte de los historiadores del “fracaso de la revolución industrial” o del “modelo  latino” de desarrollo español.

Entre las principales características de la industrialización española están el mencionado fuerte desequilibrio territorial y regional de zonas atrasadas y zonas desarrolladas (País Vasco y Cataluña), la fuerte dependencia con respecto al exterior (capitales, tecnología, equipamientos), la importancia de la minería y la política proteccionista para defender la producción nacional frente a la competencia internacional.

El Sector Textil: Cataluña como Foco Principal

Un de los sectores  claves en la industria del siglo XIX español fue el textil (documento 1) .  En este sentido, Cataluña fue la principal zona de producción textil de España. En Cataluña ya existía una vieja tradición artesanal (las indianas o estampados de algodón de las Manufacturas Reales), a finales del siglo XVIII y principios del XIX se produjo una renovación considerable en el sector de los tejidos: aumento de las importaciones de algodón, proceso de mecanización del hilado y tejido (introducción de las máquinas de vapor), reinversión de los capitales. El crecimiento y fortalecimiento de la industria textil catalana se explica, por otra parte, por su predominio, casi en exclusiva, del mercado interior español (la industrial textil gallega tradicional, basada en el lino, no pudo hacer competencia al algodón, mientras que las fábricas de tejidos de otras partes del país tampoco pudieron rivalizar con Cataluña) y del cubano (hasta 1898). De este modo, las fábricas textiles más importantes tendieron a concentrarse en Cataluña, especialmente alrededor de Barcelona (originando un importante desarrollo de las sociedades anónimas). Por último, hay que hacer referencia a que este sector textil estuvo fuertemente defendido por altos aranceles, debido a que los propios industriales catalanes exigieron constantemente al gobierno central una política proteccionista para sus productos.

La Siderurgia: Focos y Desafíos

En el Documento 2 se hace referencia al otro sector industrial de relevancia en el panorama económico español del XIX, la siderurgia. Como vemos en la tabla correspondiente, la siderurgia española ofrece el siguiente panorama:

– Andalucía occidental fue la región pionera en la actividad siderúrgica,  pero con el paso del tiempo no pudo competir con los focos más activos de la mitad norte por la falta de carbón de calidad (abunda el empleo de carbón vegetal) y por el hecho  de que la mayoría de las empresas mineras estuviesen en manos de compañías extranjeras.

-Entre los principales focos siderúrgicos, el más destacado era el vasco, debido a la abundancia y calidad del mineral de hierro y a la adquisición de carbón británico. La ría de Bilbao fue el mayor foco siderúrgico español (concentraba las empresas más potentes, como los Altos Hornos de Vizcaya y producía más del 50% del hierro nacional). Aunque más tardío que el foco andaluz, el foco vasco superaría progresivamente en producción desde mediados del XIX a Andalucía.

-En Asturias también tuvo un gran peso la siderurgia, gracias a la abundancia deyacimientos carboníferos (lo que posibilitó la construcción de altos hornos y de factorías metalúrgicas, con capital extranjero). Sin embargo, la escasa calidad del carbón local, su alto precio por las dificultades de extracción y su poca competitividad frente al británico, hicieron que la siderurgia asturiana dependiese de una fuerte política proteccionista para posibilitar su crecimiento (bastante artificial).

-En Cataluña también hubo un importante foco siderúrgico, totalmente renovado desde el punto de vista tecnológico.

El Ferrocarril: Impulso y Controversias

Dejando la industria, y pasando al campo de los transportes y comunicaciones, el Documento 3 hace referencia al tema del ferrocarril.  Hay que tener en cuenta que, a principios del siglo XIX, España presentaba un panorama negativo, con grandes dificultades de comunicación internas (condiciones orográficas y trabas legales). En este sentido fue fundamental el papel desarrollado por el ferrocarril, un medio barato y eficaz de transporte terrestre, que llegó relativamente tarde a España. Los inicios del ferrocarril español se remontan a la década de 1840 (primeras normas sobre la construcción ferroviaria, como un ancho de vía superior al resto de Europa), construyéndose a partir de 1848 los primeros y cortos tramos Barcelona-Mataró y Madrid-Aranjuez. Sin embargo, habría que esperar a la Ley General de Ferrocarriles, aprobada por el Gobierno progresista en 1855, para encontrarnos con el principal impulso de un medio de transporte considerado como auténtico símbolo de la modernidad y del progreso de la Revolución Industrial. Esta Ley regulaba tanto el carácter de la red como el sistema de concesión y los apoyos estatales. Desde el punto de vista financiero, el Estado español levantó el ferrocarril a base de subvenciones oficiales, capitales privados (nacional y sobre todo francés) y emisiones de acciones de las propias compañías ferroviarias. El Gobierno español también facilitó la importación de la maquinaria y de otros materiales imprescindibles para la construcción del tren. Desde el punto de vista territorial, la red ferroviaria nacional adoptó una disposición radial en sus principales líneas (salvo en la zona mediterránea), con su centro en la capital nacional.  En los primeros años la construcción de la red fue muy rápida, naciendo numerosas compañías (que se irían concentrando posteriormente) . Después de  1868, y hasta 1900 se completaría la red ferroviaria.

Con respecto al papel del ferrocarril en el desarrollo económico español resulta bastante polémico: por una parte, permitió comunicar unas zonas con otras, creando un mercado interior e integrado (potencia las comunicaciones y el transporte de mercancías); pero por la otra los resultados fueron inferiores a los esperados y decepcionantes (la mala política estatal permitió la importación de material ferroviario, perjudicando el desarrollo de la siderurgia y de la metalurgia nacionales).

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