Monet y Renoir: Maestros del Impresionismo y su Legado Artístico
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Monet y Renoir: Maestros del Impresionismo
Monet: Un Nuevo Paradigma del Arte
Monet es uno de los paradigmas del arte contemporáneo. De él dijo el poeta francés Mallarmé que tenía una retina nueva, virginal y abstracta.
La pintura de Monet se centra en paisajes puros, directamente tomados de la naturaleza, sin retoques en el estudio y con una técnica rapidísima para captar la luz y el color de un instante. Sus pinceladas son cortas, cargadas de pasta, de colores puros y yuxtapuestos.
La producción de Monet está plagada de obras fundamentales en el arte contemporáneo: Regatas en Argenteuil, la serie de la Catedral de Rouen… Siempre fiel a su línea de trabajo basada en el toque ágil, vibrante, luminoso y de cromatismo inigualable, produce las últimas y espléndidas series de los Nenúfares recogidos directamente de su propio jardín en Giverny.
Renoir: El Pintor de la Alegría de Vivir
Renoir es el pintor de la alegría de vivir. Contemplar sus cuadros supone una auténtica inyección de optimismo para el espectador. Sus temas, siempre ligados a la juventud y a la diversión, aparecen envueltos en una atmósfera de radiante plenitud. La luz parece brotar del propio lienzo e inundar el espacio exterior con una fuerza irresistible.
Esta etapa de formación explica que Renoir siempre mantuviera un gusto por el dibujo que le diferencia del resto de sus compañeros impresionistas. De 1874 a 1883 fue el líder del impresionismo junto con Monet. Sus obras siguen los principios del movimiento con una fidelidad total: pintura al aire libre, pincelada suelta, colores puros, eliminación del negro, sombras coloreadas, disolución del dibujo, captación de la luz sobre los objetos… Nadie como él supo amortizar los colores complementarios ni hacer vibrar los rayos de sol en los cuerpos. Torso de mujer al sol, El baile del Moulin de la Galette.
En 1883 Renoir entró en un período de crisis. Admirador de los clásicos, sobre todo de Rafael, comenzó a dudar de la viabilidad de la pintura impresionista e inició una etapa basada en la recuperación del dibujo y el uso de una pincelada más académica. Los colores se hacen más fríos y ácidos. Es una etapa olvidada, en ocasiones, pero en la que pintó cuadros maravillosos como Las bañistas.