El Movimiento Obrero y la Industrialización en la España del Siglo XIX
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El Movimiento Obrero en España
El establecimiento de la sociedad de clases, el triunfo del liberalismo político y la modernización económica sentaron las bases para el nacimiento del movimiento obrero, con la burguesía y el proletariado como protagonistas. Este movimiento representó la lucha de las clases trabajadoras por mejorar sus condiciones laborales y obtener derechos políticos.
En España, el desarrollo del movimiento obrero fue más lento que en el resto de Europa debido a una industrialización tardía, condicionada por los avatares políticos en la construcción del estado liberal. Las desigualdades en las zonas rurales y las generadas por la industrialización provocaron un aumento de la conflictividad tanto en el campo como en la ciudad.
Primeras protestas y asociaciones
Las primeras manifestaciones de protesta obrera se dirigieron contra las máquinas, a las que se culpaba de la pérdida de puestos de trabajo y la reducción de salarios (ludismo). Sin embargo, el problema de fondo eran las condiciones de explotación a las que estaban sometidos los trabajadores. Esto llevó al desarrollo de nuevas formas de lucha, como la paralización de la producción mediante la huelga y la unidad de acción a través de la creación de las primeras asociaciones obreras. Estas asociaciones, que agrupaban a trabajadores de un mismo oficio, tenían funciones reivindicativas y de apoyo mutuo.
Durante el Bienio Progresista, estas asociaciones obreras causaron agitación política y dieron lugar a la creación de sindicatos, cuyas reivindicaciones también incluían peticiones políticas. Sin embargo, el regreso de los moderados al poder conllevó la represión del asociacionismo obrero.
La influencia del internacionalismo
Hasta 1868, el movimiento obrero español estuvo influenciado por las ideas democráticas burguesas. Sin embargo, la situación cambió con la llegada de las ideas internacionalistas tras la Revolución Gloriosa. En 1864 se fundó en Londres la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), cuyos principios se basaban en la solidaridad obrera internacional y la autonomía de la lucha de los trabajadores para lograr su liberación de clase.
En este contexto, convivieron dos corrientes opuestas: la anarquista y la socialista.
Anarquismo
Las ideas internacionalistas fueron introducidas en España por Giuseppe Fanelli, quien se reunió con trabajadores en Madrid y Barcelona para difundir los principios anarquistas. A partir de estos núcleos, surgió la Federación Regional Española de la AIT (FRE-AIT), de predominio anarquista, que desarrolló una intensa actividad de rebelión durante el Sexenio Democrático.
- En 1881, la FRE-AIT pasó a llamarse Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE) para poder ser legal.
- Dentro del anarquismo español, surgieron dos corrientes: los partidarios de la acción de masas, que veían en la huelga y la movilización obrera el medio para alcanzar sus fines, y los partidarios de la propaganda por el hecho, que llevaron a cabo atentados contra el Estado y la Iglesia. Estos actos de violencia desencadenaron una fuerte represión por parte del Estado contra los militantes anarquistas.
- En 1907, los partidarios de la acción de masas impulsaron la creación de Solidaridad Obrera, antecedente de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), fundada en 1910. La CNT, que abogaba por el apoliticismo y la acción directa, se convirtió en la principal organización obrera española antes de la Guerra Civil. Entre sus líderes destacaron Salvador Seguí y Ángel Pestaña.
- Otro grupo activo dentro del anarquismo español fue la Federación Anarquista Ibérica (FAI).
Socialismo
El núcleo socialista madrileño, liderado por Pablo Iglesias Posse, fundó en 1879 el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), una organización marxista que aspiraba a la conquista del poder por parte de la clase trabajadora.
- En 1888, los socialistas crearon la Unión General de Trabajadores (UGT), un sindicato que defendía la negociación entre obreros y patronos y el uso de la huelga como herramienta para visibilizar los intereses de los trabajadores.
- Con el tiempo, el socialismo español se fue moderando, combinando la participación en huelgas con la búsqueda de mejoras laborales a través de la negociación.
- En 1910, en coalición con los republicanos, el PSOE obtuvo su primer acta de diputado para Pablo Iglesias.
- En 1921, un grupo de militantes del PSOE y la UGT se separaron para fundar el Partido Comunista de España (PCE).
El movimiento obrero español logró el reconocimiento del derecho a la huelga en 1909 y la jornada de 8 horas en 1919.
La Industrialización en España y el Ferrocarril
El proceso industrializador, enmarcado en el triunfo del liberalismo político, impulsó la modernización económica de España. Diversas medidas políticas hicieron posible este proceso, como la desamortización de la tierra, la supresión de aduanas interiores, la unificación de pesos y medidas, la adopción del sistema métrico decimal y la unificación monetaria.
La industrialización en España comenzó con retraso a partir de la década de 1830, marcada por:
- Escasas transformaciones en los sistemas agrarios.
- Reducida capacidad de consumo del mercado interior.
- Lentitud en los cambios económicos debido a la tardía revolución liberal.
- Escasa mentalidad emprendedora y capitalista, con preferencia por las inversiones inmobiliarias.
- Dependencia del exterior.
- Falta de competitividad de los productos españoles debido a los altos costes de producción, la falta de renovación y especialización, y los obstáculos geográficos. Esto impidió que los productos españoles pudieran competir en el mercado mundial.
- Protección arancelaria para defenderse de la competencia internacional.
- Desequilibrio territorial y regional, con zonas industrializadas y urbanizadas, y otras atrasadas y rurales.
- Localización periférica e inexistencia de una capital política fuerte.
La política proteccionista fue valorada de forma dispar por los historiadores. Para algunos, el desarrollo industrial fue posible gracias a los aranceles, mientras que para otros, estos aranceles retrasaron el crecimiento, la industrialización y la modernización.
Desarrollo industrial por regiones
Cataluña
Cataluña se convirtió en la principal zona industrial de España. Su desarrollo estuvo ligado al sector textil, con la introducción del algodón, la mecanización de las tareas, el empleo de motores mecánicos, la reinversión de los capitales obtenidos y el espíritu emprendedor de los propietarios.
- En la década de 1830, se introdujeron las máquinas de vapor para mover los telares, creándose las primeras fábricas modernas cerca del puerto de Barcelona, por donde se recibían las materias primas.
- En la década de 1870, con la intención de ahorrar costes, se crearon nuevas industrias textiles en las riberas de los ríos.
- La producción textil catalana se destinó al mercado interior y a las colonias.
Andalucía y Levante
Ambas regiones tuvieron un inicio industrializador temprano en los sectores siderúrgico y textil. Sin embargo, sus economías tuvieron que reorientarse hacia la potenciación del sector agrario.
- Los primeros altos hornos españoles se crearon a principios de la década de 1830 en Andalucía, debido a la necesidad de hierro para los toneles en los que se exportaban los vinos andaluces. Su producción creció en la década de 1840, pero a partir de 1860 fueron decayendo hasta desaparecer debido a los elevados costes de producción y a la competencia de las instalaciones del norte y de los productos extranjeros.
- También destacaron las industrias mineras del sur, aunque las explotaciones estaban en manos de empresas extranjeras.
Asturias y País Vasco
En estas regiones, el sector clave fue la siderurgia y las explotaciones mineras.
- En Asturias, la explotación masiva del carbón y la proximidad a las minas permitieron abaratar la producción de hierro y crear diversas industrias metalúrgicas. Sin embargo, el proceso industrializador asturiano se ajustó a las dimensiones y producción del mercado español.
- En el País Vasco, tras superar las dificultades de la Tercera Guerra Carlista, se instalaron empresas químicas y metalúrgicas, destacando la construcción naval.
Galicia
: A industrialización galega foi bastante pobre. Os sectores artesanais arruináronse pola competencia da zoa, pero a pesca destacou e tivo un rápido crecemento grazas ás novas técnicas de conservación, aínda así non cobrou moita importancia e as conserveiras xiraban aredor da sardiña.
A lexislación aboliu os obstáculos contra a circulación e produción de bens e construiu mellores vías de comunicación para lograr un mellor mercado interior, para iso aprobouse a Lei Xeral de Ferrocarrís de 1855, e na construción dos trazados ferroviarios hai varias fases; Antes de 1855, só 440km de liñas ferroviarias ás cidades máis importantes. 1866-1876, paralización da construción de novas vías. 1877-1895, relanzamento da construción ferroviaria. 1896-1936, continúa a tendencia anterior con máis lentitude. O papel do ferrocarril para uns é clave, pois permitiu a comunicación interior e facilitou o transporte de mercadorías, pero para outros, a mala política fixo que os efectos foran inferiores aos esperados. Esto sumado ao desenvolvemento bancario e financieiro, contribuirán ao proceso modernizador.