El Neoclasicismo y la Ilustración en la Literatura del Siglo XVIII
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El siglo XVIII se inicia bajo la influencia de la Ilustración, cuyo origen se halla en el Racionalismo de Descartes y el Empirismo de Locke. Este movimiento considera que la razón es la base esencial del pensamiento. El Empirismo, además, fundamenta el saber en la experimentación y la observación. La Ilustración será, por tanto, una corriente centrada en la investigación científica y filosófica. La razón será el medio para acabar con el oscurantismo y el pensamiento religioso y lograr el progreso moderno.
La sociedad occidental vivirá una gran transformación social y política que culmina con dos hechos históricos trascendentales: la independencia de los Estados Unidos (1776) y la Revolución Francesa (1789). En la mayoría de los países europeos, los reyes absolutos se imponen frente al poder eclesiástico, y la Iglesia se opone a las reformas educativas y económicas. En el ámbito político, se instauran las ideas del Despotismo Ilustrado, que más tarde se implementarán en España.
Este nuevo pensamiento triunfa especialmente en Francia y, desde allí, se divulga a otros países por medio de la Enciclopedia, que recopila todas las áreas del saber y en la que colaboran Rousseau, Voltaire y Montesquieu. Este pensamiento se difundió también gracias al contacto con intelectuales extranjeros, los periódicos y las revistas.
Características del Pensamiento Ilustrado
El pensamiento ilustrado se caracteriza por:
- El triunfo del reformismo y el despotismo ilustrado, considerados instrumentos para alcanzar el progreso, la justicia y la felicidad.
- En las ideas sociales, se desarrollaron todas las teorías sobre el bienestar social y se difundió una confianza ilimitada en la ciencia como medio para alcanzar el conocimiento.
- En el ámbito religioso, se critica el poder que ejerce la Iglesia y se inicia el ateísmo moderno.
- En el terreno cultural, los ilustrados defienden el Utilitarismo: la cultura debe estar al servicio de la mejora y modernización de la sociedad.
En las dos últimas décadas del siglo XVIII surgirá el Prerromanticismo, anticipando el valor de los sentimientos y las emociones frente a la razón.
La Ilustración en España
En España, el pensamiento ilustrado es tardío. Se instauró la monarquía borbónica y, con ella, las nuevas ideas renovadoras. Se iniciaron una serie de reformas en el ámbito político, económico, social y cultural. Este movimiento se extiende por el siglo XVIII y continúa en el XIX. Podemos distinguir tres etapas:
- Antecedentes: se inicia el pensamiento ilustrado.
- Reformismo: se difunden las ideas ilustradas.
- Revolución: reacción de la nobleza y la monarquía contra el pensamiento ilustrado.
Géneros Literarios de la Ilustración
Durante la Ilustración, los géneros que alcanzan un mayor desarrollo son el ensayo y la narrativa filosófica. La prosa ilustrada más brillante se muestra en los ensayos de carácter literario, filosófico, científico y religioso. Destacan las figuras de Feijoo, Jovellanos y Cadalso.
- Feijoo busca la modernización de la sociedad con obras como Teatro Universal y Cartas Eruditas. Fue muy criticado por sus contemporáneos conservadores.
- Cadalso realiza una crítica social en sus Cartas Marruecas a través de un personaje que recorre un país extraño y, desde su perspectiva, comenta cómo lo ve. En estas cartas, critica la sociedad de España.
- Jovellanos fue un intelectual que participó en la política de Carlos III y Carlos IV. En sus ensayos, abordó temas variados: economía, educación, derecho... Entre sus obras destacan Informe sobre la ley agraria y Memoria sobre la educación pública.
Durante el Neoclasicismo, surgió la poesía basada en ambientes pastoriles y temas amorosos. Destacan, además, las fábulas de carácter didáctico. El poeta más destacado fue Meléndez Valdés, que escribió "Filis, ingrata Filis".
El Teatro Ilustrado
Por último, el gran difusor del pensamiento ilustrado fue el teatro. Los ilustrados rechazaron desde el primer momento el teatro de Lope y Calderón para defender el carácter didáctico que este ha de tener. En cuanto a la forma, defendieron el mantenimiento de las unidades de espacio, tiempo y acción. Algunas figuras destacadas son Nicolás y Leandro Fernández de Moratín, especialmente con obras como El sí de las niñas y Elegía a las musas. Moratín lleva a cabo una suave crítica de la sociedad, de ahí que el género que utiliza sea la comedia.
En teatro, podemos mencionar también a García de la Huerta, con su tragedia Raquel, y a Jovellanos, que inicia un teatro prerromántico con El delincuente honrado.