Nietzsche: Interpretación, Adaptación y la Búsqueda de Sentido
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Conocimiento y verdad frente a interpretación
Las ilusiones metafísicas no aumentan nuestro conocimiento del mundo, pero nos ayudan a adaptarnos a él y nos consuelan en nuestros fracasos de adaptación. No tienen valor cognoscitivo, pero sí valor adaptativo. Son soluciones locales para vivir más tranquilo, más confiado, de manera gregaria.
No hay verdad porque no hay mundo verdadero (metafísico); solo hay interpretaciones diversas, multitud de perspectivas, todas ellas igualmente válidas porque ninguna responde a la verdad, sino a la singular experiencia que cada uno mantiene con la realidad mutable que se le presenta.
La verdad no es el conocimiento de la realidad, es solo fe o la necesidad de creer en algo permanentemente eterno. El ser humano no busca por naturaleza el saber, huye del peligro del devenir, del fluir constante de las cosas, del abismo de habitar en un mundo sin sentido ni racionalidad.
La única verdad que puede alcanzar el ser humano sin mentirse a sí mismo es la verdad de estar condenado eternamente a la no-verdad. No hay hechos, solo interpretaciones. No hay conocimiento objetivo ni verdad, solo apreciaciones. No tenemos una medida de percepción correcta. Una interpretación cuenta al menos con tres influencias subjetivas:
Aparato sensorial
Las percepciones son ya juicios de valor, se establecen en base a la utilidad o el prejuicio, lo agradable o lo desagradable, para el cuerpo que percibe. No hay percepción neutral; los sentidos están atravesados por una tarea selectiva e interpretativa. Esto es válido tanto para el mundo animal como para el humano. Desde la ameba hasta el ser humano, son las necesidades, impulsos y motivaciones del que observa las que condicionan previamente su percepción.
Vivencias
Lo que ya hemos experimentado; lo experimentado por nuestros antepasados y que queda en el acerbo cultural en el que nos desarrollamos; lo vivido a lo largo de nuestra biografía; todo un cúmulo de elementos previos que condicionan la percepción.
Impulsos
Pulsiones, afectos, instintos, como hemos visto en el punto anterior.
Este carácter interpretativo de lo experimentado es lo que aleja a Nietzsche del empirismo y del positivismo. Para estas corrientes es posible la observación neutral y objetiva. Según Nietzsche, no somos una tabula rasa, sino una tabula plena, un encerado lleno de signos que la biología o la evolución cultural han ido dejando en la superficie.