El Nivel Inicial en Argentina: De la Dictadura a la Democracia

Retroceso durante la Dictadura

Durante la dictadura militar en Argentina, el Nivel Inicial sufrió un gran retroceso. Los Jardines Maternales no eran considerados parte del sistema educativo en las provincias, que solo reconocían la sala de 5 años. El Estado dejó de financiar las instituciones estatales, lo que llevó a un crecimiento del sector privado, accesible solo para la clase media-alta, y a una gran ausencia de jardines estatales. Esta falta de financiamiento perjudicó especialmente a los Jardines Maternales, ya que atentaban contra el modelo de familia impuesto por la dictadura: padre trabajador, madre ama de casa y cuidadora de los hijos.

El gobierno buscaba imponer su ideología, fomentando la disciplina y la obediencia. Se observan dos etapas claras: una inicial, donde se controlaban las conductas externas (corte de pelo, actitud, vestimenta) y se expulsaba a docentes, y una segunda etapa, donde se buscaba promover el "buen comportamiento". El juego, las canciones y los rincones de juego fueron censurados, y las actividades eran pautadas, sin posibilidad de elección para los niños.

Durante este período, solo el sector alto de la sociedad tenía acceso al Nivel Inicial, ya que el número de instituciones se redujo notablemente.

Resurgimiento con la Democracia

Con la llegada de la democracia, el Nivel Inicial recuperó su importancia. Se reconoció la Ley Nacional de Educación, que consideraba como jardín de infantes a las salas de 3 a 5 años, formando una unidad pedagógica. También se definió al Jardín Maternal como una institución especializada en el cuidado y atención a niños entre los 45 días y los 2 años. La sala de 5 años se hizo obligatoria y la de 4 años universal. El Estado, las familias y la ciudad asumieron un rol protagónico, y se estableció el juego como una forma de aprender valores y cultura.

Se creó el diseño curricular del Jardín Maternal, que enfatizaba la importancia de la higiene, la salud psicológica, el bienestar mental y afectivo de los niños, quienes debían recibir cuidados y atención por parte de personas especializadas.

Influencias Pedagógicas

Owen

Durante la Revolución Industrial, Robert Owen fundó instituciones para los hijos de obreros de 0 a 6 años. Creía que para una sociedad basada en la razón, la educación debía comenzar desde la más temprana edad. Consideraba la educación como un medio de elaboración social y la educación temprana como fundamental para el desarrollo de la personalidad, basándose en cuatro razones:

1. Pedagógicas: Las experiencias tempranas son cruciales para el desarrollo del niño, y su variedad y calidad influyen en su personalidad.
2. Sociológicas: La incorporación de las madres al mercado laboral desarmó la estructura familiar, generando falta de espacio para el juego y el movimiento de los niños.
3. Filosóficas: La "educación permanente" implica que el hombre aprende desde que nace hasta que muere.
4. Políticas: La igualdad de oportunidades comienza con la igualdad educativa, asegurando niveles completos para todos los niños.

Owen fomentaba las actividades al aire libre, los trabajos en grupo y el socialismo. Sus ideas, que consideraban al niño evolutivamente, no tuvieron gran repercusión en la historia.

Montessori

María Montessori elaboró el método "El método de la Psicología Científica", que reconoce la individualidad de cada niño y la importancia de respetar sus potencialidades innatas. Considera que lo mental y lo físico están vinculados. Su pedagogía se basa en la educación desde la más temprana edad, permitiendo aprendizajes que sirvan de base para saberes posteriores. El niño posee un interés innato por el conocimiento, y se introduce la lectura, escritura y matemática.

Montessori trabaja con materiales autocorrectivos, que permiten al niño identificar y corregir sus errores por sí mismo. No separa por edades, permitiendo que los niños de 3, 4 y 5 años convivan, lo que refuerza el aprendizaje de los mayores al enseñar a los menores, y permite a los menores aprender de los mayores. El rol de la maestra es de observadora, interviniendo solo cuando el niño no puede avanzar por sus propios medios.