Normativización del Gallego: Etapas, Características y Desafíos
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La Variedad Estándar y el Proceso de Normativización
La variedad estándar es aquella que sirve como medio de comunicación común a los individuos de una misma comunidad lingüística. Presenta un carácter conservador, se emplea en los usos formales, en la enseñanza y en los medios de comunicación, y posee un conjunto de reglas de corrección recogidas por gramáticas y diccionarios.
El proceso a través del cual se "elabora" la variedad estándar de la lengua se denomina normativización. De esto se ocupan los lingüistas y filólogos cuando crean una gramática, establecen las normas ortográficas y morfológicas, o el léxico correcto que debemos emplear.
Algunas lenguas, como el español, el francés o el portugués, llevaron a cabo este proceso a lo largo de varios siglos. Sin embargo, el gallego, debido a la situación de subordinación que vivió en los Séculos Escuros, quedó al margen, conservándose solo como lengua oral y popular. Los estudiosos distinguen cuatro etapas en el proceso de normativización del gallego:
Etapas de la Normativización del Gallego
- Galego popularizante: Empleado en el siglo XIX por los autores del Rexurdimento, se caracteriza por reproducir la lengua oral. El referente ortográfico es la ortografía castellana, y el léxico está lleno de dialectalismos, vulgarismos y castellanismos. Desde el primer momento, los autores son conscientes de la necesidad de una normativa, pero esta no se llevó a cabo. Al no conocer la tradición literaria medieval ni tener un modelo prestigioso de referencia, cada escritor utilizaba criterios particulares. Tomaron como base la lengua oral popular de su zona natal y la adaptaron a la escritura mediante la ortografía castellana.
- Galego enxebrista: Tiene su origen en la insistencia de los escritores del primer tercio del siglo XX por alejar lo más posible el gallego del castellano para remarcar su identidad propia. Este objetivo los lleva a incluir cultismos, hipergaleguismos, arcaísmos y lusismos. En esta etapa surge un cierto intento de estandarización del gallego con la propuesta de las "Normas pra a unificación do idioma galego", publicada en 1933 por el Seminario de Estudos Galegos.
- Galego protoestándar: Sobre la base construida en la preguerra, se intenta en la posguerra buscar una mayor simplicidad ortográfica y gramatical, adoptar soluciones que superen los dialectalismos y corregir paulatinamente los excesos diferencialistas de la etapa anterior.
- Galego estándar: La RAG (Real Academia Galega) y el ILGA (Instituto da Lingua Galega) elaboraron el estándar actual, recogido en las "Normas ortográficas e morfolóxicas do idioma galego", declaradas oficiales en 1982 por la Xunta de Galicia, después de que el gallego alcanzase el estatus de lengua cooficial de Galicia en el Estatuto de Autonomía de 1981.
La elaboración de las normas oficiales contó con fuertes debates y discrepancias desde sus inicios. Estos se solucionaron en 2003, en la última revisión realizada, con la introducción de cambios que significaron un acercamiento de las divergencias existentes entre los oficialistas y los reintegracionistas o lusistas.
Interferencias y Desviaciones de la Norma
La norma estándar debe excluir las interferencias y las desviaciones de la norma. Las interferencias son los préstamos innecesarios, aquellos para los que sí existe una palabra propia en la lengua receptora, y que son debidos a la presión sociocultural de la lengua dominante (castellanismos, anglicismos, lusismos).
Las desviaciones de la norma más importantes que afectan a la construcción de la variedad estándar son los hipergaleguismos (falsa "galleguización" de formas que coincidían en ambos idiomas), los vulgarismos (resultado de algún tipo de vacilación vocálica o consonántica) y los arcaísmos.