El Nuevo Testamento: Testimonio de la Revelación Divina
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El Nuevo Testamento
"La palabra de Dios, que es fuerza de Dios para la salvación del que cree, se encuentra y despliega su fuerza de modo privilegiado en el Nuevo Testamento" (Catecismo de la Iglesia Católica, 124). Estos escritos nos ofrecen la verdad definitiva de la Revelación divina. Su objeto central es Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado, sus obras, sus enseñanzas, su pasión y su glorificación, así como los comienzos de su Iglesia bajo la acción del Espíritu Santo.
Los Evangelios: Corazón de las Escrituras
Los Evangelios son el corazón de todas las Escrituras "por ser el testimonio principal de la vida y doctrina de la Palabra hecha carne, nuestro Salvador" (Dei Verbum, 18).
Formación de los Evangelios
En la formación de los evangelios se pueden distinguir tres etapas:
- La vida y la enseñanza de Jesús: La Iglesia mantiene firmemente que los cuatro evangelios, "cuya historicidad afirma sin vacilar, comunican fielmente lo que Jesús, Hijo de Dios, viviendo entre los hombres, hizo y enseñó realmente para la salvación de ellos, hasta el día en que fue levantado al cielo" (Catecismo de la Iglesia Católica, 126).
- La tradición oral: "Los apóstoles predicaron a sus oyentes lo que Él había dicho y obrado, con aquella crecida inteligencia de que ellos gozaban, instruidos y guiados por los acontecimientos gloriosos de Cristo y por la luz del Espíritu de verdad" (Catecismo de la Iglesia Católica, 126).
- Los evangelios escritos: "Los autores sagrados escribieron los cuatro evangelios escogiendo algunas cosas de las muchas que ya se transmitían de palabra o por escrito, explicándolas atendiendo a la situación de las Iglesias" (Catecismo de la Iglesia Católica, 126).
El Evangelio cuadriforme ocupa en la Iglesia un lugar único; de ello dan testimonio la veneración de que lo rodea la liturgia y el atractivo incomparable que ha ejercido en todo tiempo sobre los santos.
Los Evangelios Sinópticos
Se atribuyen a Mateo, Marcos y Lucas.
El Evangelio de Mateo
Las comunidades a las que se dirige Mateo parecen estar compuestas por cristianos procedentes del judaísmo, que vivían en Siria y Palestina, por lo que hace muchas alusiones al Antiguo Testamento. La preocupación del autor es la enseñanza, por lo que se agrupan las palabras de Jesús en cinco grandes discursos. Al mismo tiempo, ofrece pistas en torno a la organización, la vida fraternal, etc. de la Iglesia, por lo que se ha llamado también “el Evangelio eclesial”.
El Evangelio de Marcos
Parece que surge en una comunidad de origen pagano, por lo que su autor se entretiene en explicar las costumbres judías. La tradición lo atribuye a Juan-Marcos, compañero de Bernabé y Pablo, y posteriormente a Pedro. Presenta a un Jesús cercano a los hombres que enseña más con los hechos que con las palabras. Se propone que el lector acabe confesando que Jesús es Hijo de Dios.
El Evangelio de Lucas
Está dirigido a las comunidades cristianas de Siria, Grecia, o de Asia Menor, que eran tremendamente pobres. Es la primera parte de una obra de dos tomos: evangelio y Hechos de los Apóstoles. Parece tener como autor a Lucas, compañero de Pablo y griego de lengua, cultura y formación. Insiste mucho en el cariño entrañable de Dios por todos los hombres, en especial por los más pequeños, pobres y desamparados. Da el título de Señor a Jesús ya en su vida mortal. Presenta al Resucitado insistiendo especialmente en su corporalidad, haciendo ver que es toda la persona la que resucita en cuerpo y alma. Es el evangelio de la oración, Espíritu Santo y los pobres.
El Evangelio de Juan
Con toda probabilidad, fue compuesto entre los años 95-100. Parece cierto que fue escrito por Juan Zebedeo. Son constantes las referencias a la presencia de Jesús Resucitado en los sacramentos: Bautismo, Eucaristía.