Los Obispos, los Concilios y la Cristología: Un Recorrido Histórico
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El Obispo: Pastor, Maestro y Pontífice
Todo obispo tiene la triple misión de ser pastor, maestro y pontífice en la diócesis que el Papa le ha confiado. En los primeros siglos, los obispos sobresalían por ser sabios, cultos y preocupados por predicar el Evangelio.
Características de los Padres de la Iglesia
Cuatro características que deben poseer íntegramente:
- Autoridad de su doctrina: Asumida por la Iglesia como propia.
- Antigüedad eclesiástica.
- Santidad de vida.
- Aprobación moral de la Iglesia.
Atributos de los Padres en la Iconografía
Las tres funciones principales del obispo se reconocen en la iconografía por los atributos:
- El báculo hace presente su función de pastor que dirige, orienta y guía a los creyentes.
- La mitra, especie de sombrero alto, terminado en dos puntas que simbolizan el Antiguo y Nuevo Testamento. Le otorga la categoría de maestro.
- Las manos en actitud de bendecir recuerdan su función de pontífice, responsable de confirmar en la fe y santificar a sus hermanos.
- Otros símbolos: anillo, cátedra, cruz pectoral.
Los Concilios: Asambleas de la Iglesia
A partir del Edicto de Milán, en el mundo cristiano proliferaron las celebraciones de concilios (asambleas) donde se reunían los obispos, presididos por el Papa, para tratar asuntos relativos a la fe o vida de la Iglesia.
Concilios Locales
Reuniones de obispos de determinada zona. En España destacan:
- Concilio de Elvira
- Concilios de Toledo. El III Concilio de Toledo ha pasado a la historia porque en él recibió el bautismo el rey Recaredo.
Concilios Ecuménicos
Asamblea universal de todos los obispos bajo la autoridad del Papa, que los preside. Oikoumene: totalidad del mundo conocido, para referirse al primer concilio en Nicea. A partir de ese momento, los concilios en que participan todos los obispos se denominan ecuménicos.
- Combatieron diversos tipos de herejías.
- Fijaron la síntesis de la fe cristiana.
El Concilio de Nicea (325 d.C.)
Muchas verdades de la fe cristiana fueron mal interpretadas, sobre todo los aspectos referentes a Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. En Alejandría, un presbítero llamado Arrio enseñaba que Jesucristo no era Dios.
Contexto: El emperador Constantino reunió en 325, aproximadamente 300 obispos en el Concilio de Nicea para tratar este tema.
- Condenó las afirmaciones de Arrio.
- Afirmó que Jesucristo es verdaderamente el Hijo de Dios.
A pesar de esto, las ideas defendidas por Arrio (arrianismo) se extendieron por todo el Imperio Romano.
Consecuencia: El emperador Teodosio convocó un nuevo concilio en Constantinopla en 381. Se reafirmó la doctrina expresada en el Concilio de Nicea. Recordó que Dios es Uno: Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo.
El Concilio de Nicea y el de Constantinopla sintetizaron la verdadera doctrina en el Credo Niceno-Constantinopolitano.
Nuevas Herejías: Nestorianismo y Monofisismo
Surgieron nuevas herejías, sobre todo en Antioquía y Alejandría.
- Antioquía: presentaban a Jesucristo resaltando de forma exagerada su humanidad.
- Alejandría: se hablaba de Jesucristo a partir de su divinidad.
La exageración en ambas direcciones dio lugar a dos herejías: nestorianismo y monofisismo.
Nestorianismo
Doctrina herética que proviene de Nestorio, patriarca de Constantinopla en 428. Defendía que en Jesucristo coexistían dos personas: Hijo de Dios y hombre Jesús. También que la Virgen María es madre del hombre Jesús, pero no es la Madre de Dios.
Esta doctrina fue:
- Combatida por San Cirilo de Alejandría.
- Condenada por el Concilio ecuménico de Éfeso en 431.
Monofisismo
El monje egipcio Eutiques combatió los errores del nestorianismo, pero cayó en la herejía opuesta. Afirmaba que en Jesucristo existe una sola naturaleza, la divina; es decir, que Jesucristo es Dios, pero no hombre.
Esta herejía fue condenada por el Concilio ecuménico de Calcedonia en 451.
Conclusiones
Fueron necesarios estos dos concilios ecuménicos para afirmar que en Jesucristo hay una única persona divina y dos naturalezas.
- El Concilio de Éfeso afirmó que la Virgen María es Madre de Dios.
- El Concilio de Calcedonia afirmó que Jesús es a la vez Dios y hombre verdadero.