Origen, Evolución y Características de la Fábula: Desde Esopo hasta la Edad Moderna

Clasificado en Griego

Escrito el en español con un tamaño de 3,67 KB

Introducción a la Fábula

La fábula es un género literario de origen popular y de tradición oral. Es difícil distinguirla de la alegoría o la parábola, entre otros. Aristóteles considera la fábula como un recurso retórico, solo para provocar la persuasión. La define como una especie de ejemplo (paravdeigma) utilizado por los oradores y señala dos rasgos de la misma: es una narración ficticia y alegórica. A pesar de su popularidad y difusión, muchos autores no han podido dar una definición general satisfactoria. La Fontaine consiguió darle un nuevo prestigio estilístico, gracias a su maestría y sus dotes poéticas.

Origen y Difusión del Género Fabulístico

Este género nació en Mesopotamia y pasó a Grecia a través de Babilonia y Asia Menor, aunque es difícil precisar las aportaciones de cada cultura. Desde Mesopotamia, y a través de Persia, llegó a la India. Tiene su base en una tradición de doble raíz: grecolatina e india.

Los primeros testimonios se dan en la época arcaica, ya en el siglo VIII a.C. Hesíodo cuenta la fábula de "El halcón y el ruiseñor" en Los trabajos y los días (202-212). También Arquíloco, Estesícoro y Semónides aluden a algunas fábulas (siglos VII y VI a.C.). En Grecia existía una importante tradición fabulística oral, que posteriormente se materializó por escrito.

Es en este contexto donde surge la figura de Esopo.

Esopo: El Padre de la Fábula

Los datos sobre Esopo son escasos y de dudosa veracidad.

Esopo, autor de fábulas que vivió en la segunda mitad del siglo VI a.C., fijó el tipo clásico de fábula y divulgó la primera colección. Autores del siglo V a.C., como Heródoto o Aristófanes, mencionan a Esopo. "Logopios", es decir, escritor de fábulas. Lo poco que se sabe de él es gracias a una novela anónima del siglo I o II d.C., conocida como Vida de Esopo. Se dice que era un esclavo frigio que viajaba de un lugar a otro viviendo aventuras. Su fealdad física contrastaba con un ingenio y una sabiduría poco comunes.

La Tradición Fabulística Posterior a Esopo

Babrio (finales del siglo I y principios del II d.C.), latino instalado en Siria, donde fue preceptor de príncipes, escribe en griego dos libros de fábulas en verso, bastante más literaturizadas. Será desde Grecia de donde arrancará la corriente que dará frutos en Roma (Fedro), en la Edad Media y Moderna, con el francés La Fontaine y los españoles Félix María de Samaniego e Iriarte.

Hay una constante tendencia a introducir variantes, tanto en la forma como en el fondo, lo que pone de manifiesto la pervivencia de su carácter popular.

Características de la Fábula

Un rasgo distintivo de la fábula es su carácter alegórico. La mayor parte de los protagonistas son animales, pero su carácter y actuación son humanos. Los animales se sirven del raciocinio característico del hombre. Esa reflexión final puede estar implícita o, frecuentemente, explícita en la moraleja abstracta, colocada antes de la narración (protimio) o después de la misma (epitimio), siendo esto último lo más frecuente. Desde el punto de vista histórico, es probable que el protimio fuera el esquema originario, pues muchas moralejas no se adaptan bien a las conclusiones implícitas de las fábulas. También hay que destacar la brevedad y sencillez narrativa del género. Las fábulas son relatos en pocas líneas en los que apenas se esboza una acción dramática.

Entradas relacionadas: