El Palacio de Carlos V: Joya Renacentista en la Alhambra

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El Palacio de Carlos V en la Alhambra de Granada

El edificio ante el que nos encontramos es un magnífico ejemplo del Renacimiento clasicista propio de los siglos XV y XVI. La construcción está hecha en piedra y mármol que nos sugieren un edificio costoso en cuya construcción no se han escatimado medios.

Fascinado por la belleza del paraje, Carlos V, que visita la Alhambra en su viaje de novios, encarga a un afamado arquitecto, pintor y escultor de su tiempo, Pedro Machuca, este edificio concebido como residencia del monarca en los periodos que éste pasase en Granada. Las obras comienzan en 1527 y se prolongan por más de siglo y medio, por lo que ni el arquitecto llegará a verlas concluidas, ni el emperador disfrutará de una estancia en sus instalaciones. El resultado final, que podemos apreciar en la imagen, es un edificio de proporciones rigurosamente renacentistas con una fachada dividida por una definida cornisa longitudinal que resalta la horizontalidad de la construcción para dividir el paramento en dos mitades de dimensiones similares. La mitad inferior del muro, de sillares regulares, está acabada en un fortísimo almohadillado que sugiere robustez y fuerza. La parte superior, cubierta por amplios ventanales, se halla jalonada por pilares adosados que simulan un podio en la parte inferior y están coronados por capiteles jónicos escogidos como orden para el exterior.

Los vanos de todo el perímetro son adintelados en el caso de ventanas y puertas, aunque sobre cada ventana del piso superior se abren sendos óculos circulares para aumentar la luminosidad del interior. La rítmica y armoniosa repetición de los vanos, y de los elementos sustentantes nos transmite una sensación de orden y estabilidad muy buscada por los autores del clasicismo renacentista. En tanto que las ventanas del piso inferior presentan un dintel sencillo, las del piso superior alternan frontones triangulares con cornisas en sus dinteles. La puerta principal también es culminada por un frontón triangular con tímpano decorado por relieves y sus jambas repiten el motivo del pilar adosado con capitel jónico.

La planta del edificio es otra de las singularidades de esta construcción, ya que mientras el exterior presenta un trazado cuadrangular, el patio interior, rodeado de una impresionante galería de columnas en sus dos niveles, es de planta circular.

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