El Paleolítico y el Neolítico en la península Ibérica
Clasificado en Plástica y Educación Artística
Escrito el en español con un tamaño de 4,21 KB
El Paleolítico es el primer periodo de la historia del hombre sobre la tierra. Es una larga etapa que se prolonga hasta aproximadamente el 10.000 a. C. en la que se diferencian:
Paleolítico Inferior
Restos de Homo Antecessor y Homo Heidelbergensis, con una antigüedad aproximada de 1.200.00 años en el yacimiento de Atapuerca en Burgos.
Paleolítico Medio
Restos de Homo Neanderthalensis en Cova Negra en Valencia y en la Cueva de Morín en Cantabria.
Paleolítico Superior
Restos de Homo Sapiens Sapiens en las cuevas de Altamira y El Castillo en Cantabria.
Sociedad paleolítica
Caracterizada por su población escasa, agrupándose unas 15 o 20 personas que se ayudaban y defendían, sin una organización jerárquica ni social y cuyo trabajo común fundamental era la caza de grandes y peligrosos animales. Eran nómadas que pescaban, recolectaban productos silvestres para consumir hasta agotarlos, y buscaban animales para cazar dónde acudían a comer y beber.
Economía paleolítica
Era depredadora, obtenían recursos de la naturaleza sin preocuparse de su transformación ni reposición, lo que condicionaba su forma vida. La tecnología ligada a su trabajo y para alimentarse y defenderse era muy básica y escasa: hachas de mano, bifaces, raederas, de silex, hueso, asta, madera…
Revolución neolítica
En torno al IX milenio a. C. se produjo la revolución neolítica, la primera gran revolución en la Historia de la humanidad, convirtiendo al hombre depredador en productor; la caza se transformó en actividad ganadera y la recolección en agricultura. Esta revolución llegó a la península Ibérica hacia el V milenio a. C. siendo su primera zona de expansión la costa mediterránea hasta Andalucía, desde donde penetró hacia el interior peninsular.
Sociedad neolítica
Aumentó la población al aumentar los alimentos, surgió la especialización en el trabajo ampliándose las actividades y la diferenciación social en función de la riqueza, de la cantidad de excedentes que cada individuo consigue acumular. Se hizo necesaria la jerarquización para organizar a la población.
Economía neolítica
Se basaba en la ganadería y la agricultura, principales actividades productivas de las que derivarán formas artesanales como la cerámica, cestería y tejido y el trueque, actividades complementarias de las primeras. La tecnología evolucionó enormemente con artesanos dedicados a elaborar hoces, azadas, picos, rejas de arado, molinos manuales… que permitían obtener mayores rendimientos. Surgió la propiedad privada y la necesidad de guardar los excedentes, base del comercio. El hombre se volvió sedentario por las actividades que desarrollaba, apareciendo los primeros poblados, agrupaciones desordenadas de chozas en los valles y cerca de los ríos.
Pintura rupestre
La pintura rupestre nos permite conocer muchas costumbres del hombre primitivo. En la península Ibérica distinguimos dos grandes escuelas:
La Franco cantábrica
Con pinturas policromadas en el interior de las cuevas, representaciones realistas aisladas y con movimiento de grandes animales (bisontes, ciervos, caballos), y de algunos signos geométricos pero no de figuras humanas; utilizaban grasas animales, sangre y madera quemada. Las cuevas más famosas son Altamira, El Castillo, La Pasiega, Tito Bustillo… Se piensa que su finalidad no era estética sino pragmática y en algunos casos mágica, es decir, para conseguir mejores resultados en la caza de los animales representados. Se desarrolla durante el Paleolítico.
La Levantina
Con pinturas monocromas (negro, rojo u ocre) en abrigos rocosos al aire libre, que representan escenas esquemáticas muy estilizadas; aparecen figuras humanas y animales, dotadas de gran movimiento en escenas de caza, recolección de miel y bailes. Estas pinturas más abstractas, pretenden transmitir símbolos en vez de imágenes, lo que muestra una importante evolución intelectual. Se desarrolla entre el Epipaleolítico y el Neolítico, destacando las del Abrigo de Cogull en Lérida, el Barranco des Gascons en Teruel y la Cueva de los Caballos de la Valltorta en Castellón.
í!