El Pensamiento de San Agustín: Metafísica, Antropología y Epistemología

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1. Metafísica: La Búsqueda de Dios en el Interior

Según San Agustín, todo ser humano busca la unidad y la felicidad en la vida, y él afirma encontrar ambas en Dios. Para encontrar a Dios, hay que buscar en nuestro interior, donde existen ideas eternas que provienen de Él. Dios es, en palabras de San Agustín, "más íntimo que nuestra propia intimidad".

Las principales influencias filosóficas de San Agustín son:

  • Neoplatonismo de Plotino: El bien se identifica con lo Uno y lo espiritual, mientras que lo material es una corrupción de este.
  • Cristianismo: El amor al prójimo y la vida centrada en el amor a los demás ("ama y haz lo que quieras") son principios fundamentales.

La filosofía de San Agustín puede entenderse como una cristianización del platonismo, donde el concepto del bien se transforma en la conciencia de uno mismo y en la idea de Dios.

San Agustín establece una jerarquía de saberes:

  • Artes Liberales (dialéctica, música, física, etc.) y conocimientos cotidianos: Preparación para la filosofía.
  • Filosofía: Impulsa la razón y las inquietudes del alma, un desarrollo continuo que prepara para el verdadero conocimiento.
  • Fe en Dios: El conocimiento supremo, donde se encuentra la verdad y la felicidad, colmando las pasiones del alma.

En su interior, el ser humano encuentra verdades universales, intemporales y suprapersonales. Estas verdades eternas, según San Agustín, tienen su origen en un ser eterno y necesario: Dios.

Dios y las Ideas

Dios es el ser necesariamente exigido por las ideas eternas. San Agustín propone el concepto de:

  • Ideas Ejemplares: Ideas eternas que se encuentran en la mente de Dios, modelos de todas las cosas.
  • Ideas Germinales: Ideas que Dios introdujo en la materia, raíces o semillas de las cuales se originan las cosas en el mundo creado desde la nada.

Dios implanta estas ideas en los seres para que puedan conocerlo. El cambio es el resultado del desarrollo de las ideas germinales en la realidad sensible, a partir de las ideas ejemplares. En todos los seres está impresa la huella de Dios, ya que responden a las ideas ejemplares y se desarrollan a partir de las ideas germinales.

2. Antropología: El Ser Humano, Imagen de Dios

El ser humano está compuesto por tres potencias:

  • Memoria: Hace presente el pasado.
  • Entendimiento: Permite vivir el presente y buscar la verdad.
  • Voluntad: Apunta hacia el futuro y tiende a la felicidad.

Ejercitar estas potencias supone un acercamiento a Dios.

El alma y el cuerpo son dos sustancias separadas, aunque inseparables y unidas accidentalmente. El alma prevalece sobre el cuerpo debido a su autosuficiencia. Sin embargo, esta filosofía no respalda la resurrección de la carne, ya que solo el alma, autosuficiente, resucita.

El ser humano es imagen de Dios, ya que todas las criaturas creadas por Él nos dicen algo de Él. El alma, creada por Dios para cada individuo, es inmortal y tiene dos funciones principales:

  • Principio vital: Infunde sensibilidad al cuerpo.
  • Principio de conocimiento: Racional y espiritual.

El Pecado Original y la Gracia

Según San Agustín, el ser humano hereda el pecado original de sus progenitores. El pecado original desencadena todos los males en el mundo, especialmente aquellos originados en el corazón humano. San Agustín define el mal como la ausencia de bien, ya que Dios, siendo bueno, no puede haber creado nada malo.

Debido al pecado original, el hombre tiende al mal, pero encuentra en su interior las ideas eternas provenientes de Dios, que lo impulsan hacia el bien. El hombre realiza el bien gracias a la Gracia de Dios, en contraposición al pelagianismo, que afirmaba que el hombre realiza el bien por sus propias fuerzas.

3. Epistemología: El Conocimiento a través de la Iluminación

El alma, para San Agustín, es el principio del conocimiento racional y espiritual. Las miradas del alma a la realidad atraen las cosas hacia su interior, donde se encuentra la verdad.

La epistemología de San Agustín es una cristianización del proceso de conocimiento platónico. Sin embargo, al ser el alma creada, no puede haber vivido antes, por lo que no existe la reminiscencia. En su lugar, se propone el proceso de iluminación.

Dios ilumina el alma dotándola de la potencia para penetrar cada vez más en la verdad de las cosas. Mediante el conocimiento, el hombre calma las pasiones del alma en su búsqueda de la verdad y la felicidad.

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