El Placer y la Ética: Perspectivas Filosóficas y su Impacto en la Toma de Decisiones

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El placer es un asunto crucial para la ética, ya que juega un papel muy importante en nuestras decisiones y acciones, y debe regularse racionalmente mediante la prudencia. Hubo filósofos que lo consideraron el bien supremo, como los epicúreos, mientras que otros, como los estoicos, decían que era algo que había que erradicar. Aristóteles no está de acuerdo con ninguno de los dos.

Todos los humanos buscan el placer. Hacemos unas cosas y evitamos otras por el placer o el dolor que conllevan. Por lo tanto, se puede decir que los placeres y dolores nos influyen al tomar una decisión y realizar una acción; ahí entra la virtud ética, que debe moldear la respuesta a estas afecciones.

Según Aristóteles, el placer no es una sensación sin más, sino una especie de acabamiento que acompaña a la acción, cuando esta termina. Por lo tanto, existen tantos tipos de placeres como tipos de acciones, y se puede encontrar placer en actos básicos de nuestra condición de animales, en actos moralmente reprobables, en actos virtuosos y en la actividad intelectual. Por eso, el placer cannot be el fin de las acciones.

Aristóteles habla de la relación de las virtudes con el placer y el dolor, y deja claro que no se trata de reprimirlo ni de dejarse llevar por él, sino de educar el sentimiento que este nos produce. Así conseguiremos sentir placer al realizar las actividades virtuosas. El hombre virtuoso encontrará el placer en la práctica de las acciones virtuosas; en cambio, el hombre que está sometido a las pasiones solo alcanzará el placer en la satisfacción de estas.

El placer se vincula a la felicidad; y por ello, el placer is presente en la vida feliz. Comportarse de un modo virtuoso es en sí mismo placentero.

Administrar el placer y el dolor es la clave de la educación, y de ahí la importancia del castigo como medicina. Aristóteles dice que el fin de su ética es enseñar a sentir placer de manera adecuada y ante las acciones adecuadas. Para conseguir esto se necesita una educación correcta que consista en:

  • Aprender a identificar los placeres y dolores que se deben perseguir y los que no en cada situación.
  • Hacer acciones virtuosas y repetirlas hasta que nos acostumbremos a ellas, les cojamos gusto y sintamos placer por ellas.
  • Sentir placer por lo virtuoso y desagrado por lo vicioso.

Esta educación es responsabilidad de la familia, de las leyes y de la comunidad entera.

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