Pregunta 5 mill
Clasificado en Filosofía y ética
Escrito el en español con un tamaño de 8,41 KB
Pr.5: ¿CREES QUE MILL TIENE RAZÓN AL SOSTENER QUE LA UTILIDAD DE UNA ACCIÓN JUSTIFICA SU MORALIDAD? 1. La utilidad o el principio de la felicidad general es para Mill el criterio moral que nos permite discernir entre lo moral y lo inmoral y sólo puede justificarse porque concuerda con los deseos humanos. Pero, la igualdad establecida por Mill entre deseado y deseable ha sido frecuentemente criticada. Estas son las dos críticas más importantes: 1.1. Que cada cual desee ser feliz no permite concluir que todos deseemos la felicidad de todos, porque mi felicidad puede depender de tu desdicha y a la inversa. (Falacia de composición) 1.2. De un enunciado descriptivo no puede deducirse un juicio de valor. Diferencia entre el ser y el deber ser. (Falacia naturalista denunciada por Moore en 1903.)No obstante, considero que Mill no merece tales críticas porque parte de una visión optimista del ser humano en el que Virtud y Felicidad son las dos caras de una misma moneda. Lo deseado y deseable coinciden en los individuos moralmente desarrollados para los que bueno y placentero no coinciden si uno renuncia equivocadamente a los placeres superiores dañándose a sí mismo y, por insolidaridad, dañando a la comunidad. (Bentham, 1838) La felicidad no se encuentra en algo físico ni metafísico, sino en el desarrollo armónico de las capacidades físicas e intelectuales. 2. Otros le critican porque dicen que su criterio moral conduciría a un “Mundo Feliz” como el descrito por A. Huxley. Pero tampoco considero que Mill sea merecedor de esta crítica. Para él, la libertad y la Justicia llevan a la Felicidad y forman parte inseparable de ella. Sin libertad no hay felicidad. Tampoco considera - y así lo expone en su obra Consideraciones de un gobierno representativo - que el individuo podría ser feliz en una sociedad como la República ideal de Platón, dirigida por gobernantes perfectos. El utilitarismo exige un cuidadoso cálculo de los placeres que no pretende que cada cual viva como quiera sino conseguir que se den las condiciones para que todos vivan como desearían vivir si gozaran de plena libertad; es decir, si sus decisiones estuvieran determinadas por el pleno desarrollo físico-intelectual del sujeto.3. Hay quienes sostienen que no hay tiempo, con anterioridad a la acción, para calcular los efectos de una línea de conducta sobre la felicidad general. Mill contesta a esto diciendo que debemos contar con la experiencia atesorada por la humanidad que nos provee de principios subordinados para la acción. (Utilitarismo de la regla). 4. Otros sostienen entonces que la estricta aplicación de los principios utilitarios trae consigo consecuencias inaceptables: ¿sería moralmente correcto el comportamiento de una comunidad sadomasoquista en la que inferir o padecer daño complaciera a todos sus integrantes? ¿Sería moralmente correcto sacrificar a un individuo para beneficiar a un grupo?
¿Obró de forma correcta Raskolnikov - el personaje de Dostoiewski en Crimen y Castigo - al matar a una anciana prestamista para costearse su carrera de medicina y poder sanar a muchos enfermos? Mill sostiene ante estas observaciones que debemos seguir las reglas establecidas, pero sin olvidar que son generalizaciones que pueden quebrantarse en los casos excepcionales porque no son principios obligatorios de conducta. A diferencia de las éticas deontológicas, como la kantiana, donde la norma es incuestionable, Mill considera que no somos esclavos de las normas aunque nos servimos del legado moral de la humanidad. Habrá casos excepcionales en que habrá que reformarlas y mejorarlas o, incluso, poner alguna en suspenso, atendiendo a consideraciones utilitarias. (Utilitarismo del acto.)
En cambio, me parece que J. Stuart Mill no podría hacer frente estas otras consideraciones: 1. El sostener una concepción de la naturaleza humana- al afirmar que los individuos debidamente educados desean la felicidad general -y del proceso histórico- que según él, ha de conducir, por el incesante progreso del espíritu humano, al desarrollo moral de los individuos - que trasciende lo empírico - no todos los individuos desarrollados moralmente, al menos en apariencia, aspiran a adecuar su conducta al criterio moral de la felicidad general y aunque existan individuos que , en verdad, presenten ese desarrollo moral, como él, que sí lo hagan, no podremos convertirlo en una norma general - ycondena a su criterio moral de la utilidad o felicidad general al ámbito de lo meramente hipotético. 2. Por otra parte, el criterio moral defendido por Mill, al establecer que los placeres son distintos cualitativa y cuantitativamente, hace que el cálculo y la comparación de las consecuencias para resolver determinados conflictos morales sea en muchas ocasiones extremadamente difícil. El bagaje moral atesorado por la humanidad nos ayudará dice Mill - utilitarismo de la regla - y la posibilidad de modificar las reglas morales en situaciones excepcionales - utilitarismo del acto - evitará las consecuencias indeseables de nuestras acciones. Pero considero que el individuo no es buen juez de su propia causa. Mill que también debió entenderlo así dijo que, aunque sea difícil en ocasiones la aplicación del criterio, siempre será mejor que carecer de él dando lugar a la más absoluta parcialidad. Pero, en la práctica - continúa diciendo Mill, poseer un criterio último para la acción no puede perjudicar a nadie y termina afirmando que esta dificultad podrá ser superada por la inteligencia y virtud del individuo. Por lo tanto, si en última instancia es la inteligencia y virtud del individuo la que le permitirá actuar moralmente, el criterio moral de la felicidad general de Mill - como ya ocurrió con la moral formal kantiana -, no parece ser de utilidad para resolver los conflictos morales reales.