El proceso de hominización y la cultura como factor humanizador

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El proceso de hominización

Los cambios más importantes que supusieron la aparición de un nuevo género: el género Homo. Podemos destacar: la posición erguida, la liberación de las extremidades superiores y el desarrollo cerebral.

Posición erguida:

A diferencia de otros primates, los antepasados del ser humano se caracterizaban por la marcha bípeda, es decir, caminaban sobre los dos pies, sin utilizar como apoyo las manos. La pérdida de la presión en los pies, cambios en la curvatura, fortalecimiento del cuello..., pero sobre todo, permitió la observación de mayores áreas de espacios naturales y la liberación de las extremidades superiores.

Liberación de las extremidades superiores:

Caminar erguido sin utilizar las extremidades superiores permitió que las manos se especializaran en funciones distintas de la marcha: la manipulación de objetos de caza, la defensa o la construcción. Las manos sustituyeron a la boca como órgano de defensa y de trabajo, y posibilitaron la utilización e invención de toda clase de instrumentos.

Desarrollo cerebral:

Entre Australopithecus y Homo sapiens sapiens, el cerebro triplica su tamaño y se hace más complejo. El desarrollo cerebral de la especie fue el elemento que hizo posible la aparición de las capacidades técnicas y simbólicas del ser humano.

Capacidad técnica

Es la capacidad de fabricar y utilizar instrumentos para modificar el entorno y así satisfacer nuestras necesidades

Capacidad simbólica

Es la capacidad que posee el ser humano de crear y expresarse por medio de símbolos

La aparición del lenguaje articulado

La aparición de la capacidad cognitiva más asombrosa del ser humano: el dominio del lenguaje articulado como vehículo de comunicación. Gracias al lenguaje el ser humano es capaz de realizar generalizaciones y abstracciones y referirse a realidades pasadas, futuras o imaginarias. También sirve para expresar emociones básicas.

La cultura y el proceso de humanización

La propia evolución biológica produjo la aparición de un atributo que diferencia aún más al ser humano: la dimensión cultural. Por esta razón trataremos de ver en qué sentido cultural es el principal factor humanizador.

La cultura como factor humanizador

En este proceso de millones de años no solo se produce la hominización sino que también la humanización. Lo realmente diferenciador es la aparición de la cultura. Si la determinación biológica y genética con la que venimos al mundo constituye lo que consideramos nuestra dimensión natural, nuestra dimensión cultural, pero esta compuesta por todo aquello adquirido socialmente: como el conocimiento, las técnicas, los hábitos, las normas y formas de vida, podemos decir que la cultura es el conjunto de informaciones adquiridas a través del aprendizaje social.
Hay algo que diferencia estas formas de cultura de la humana. En el ser humano, aunque la adquisición de nuevas conductas se puede dar por imitación, existe una nueva forma de transmisión cultural y es a través del lenguaje, es el modo más evolucionado de la comunicación. El lenguaje permite el pensamiento y la comprensión de la realidad. Gracias a él la especie humana puede transmitir la información sin que sea necesario el contacto directo entre los miembros del grupo. Podemos afirmar entonces que el lenguaje es la causa del carácter acumulativo de la información cultural y la principal diferencia entre el ser humano y el resto de animales. Así decimos que la cultura humana es el conjunto de informaciones adquiridas socialmente y transmitidas mediante el lenguaje.

Diversidad cultural

La cultura constituye un rasgo diferenciador del ser humano. Más que la biología y la genética, lo que diferencia a los seres humanos de los demás animales es el hecho cultural. La variedad cultural es una característica propia del ser humano. Este no está programado para responder de forma fija, sino que posee cierta libertad para determinar su propia conducta. Mientras que los animales solo pueden reaccionar de manera limitada ante los estímulos de la naturaleza, el ser humano posee libertad e inteligencia para elegir la respuesta que le parece más adecuada en cada caso.

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